Jack Curry
Tim Wakefield no fue sólo un pobre bateador de ligas menores. Fue brutal, se ponchó 92 veces en 256 turnos en sus primeras dos temporadas con la organización de los Piratas de Pittsburgh.
“Le decía a la gente, en broma, que era alérgico a la madera”, dijo Wakefield. “Al salir de la universidad estaba acostumbrado a los bates de aluminio. En ese nivel todo el mundo es igual. Fue lo mismo que cuando pasé de la secundaria a la universidad. Los pitchers lanzaban más duro y tenían más lanzamientos quebrados. Eran momentos difíciles”.
Joe Ausanio, un antíguo Yanqui que fue compañero de equipo de Wakefield con los Pirates de Watertown Clase A, recordó un jonrón de Wakefield de 450 pies. Pero no recuerda mucho más de Wakefield como bateador.
“Era del estilo de Gorman Thomas o Rob Deer”, dijo Ausanio.
Afortunadamente para Wakefield, disponía de la bola de nudillos. También afortunadamente, un conocedor del béisbol de nombre Woody Huyke, observó a Wakefield lanzando la nudillos en los jardines y lo recordó cuando los Piratas estaban a punto de despedir al errático primera base Wakefield en 1989.
“Le pedimos que lanzara la bola de nudillos”, dijo Huyke. “Bien, el resto es historia”.
El resto de la historia es muy llamativo, de cómo Tim Wakefield dominó con los Piratas en una temporada 1992 de ensueño, antes de perder el control sobre el pitcheo. Wakefield fue despedido, pero firmó con los Medias Rojas y ha sido muy consistente con ellos. A los 42 años, aparecerá en su primer Juego de Estrellas el martes 14 de julio de 2009.
“Pienso que esto significa más para mí que si tuviera 25 años”, dijo Wakefield. “Ahora lo aprecio más porque sé lo duro que es hacer el equipo. Es algo especial”.
Cuando Ausanio fue compañero de Wakefield otra vez con el Buffalo AAA en 1992, ya no veía a un primera base con un swing largo. En su lugar Wakefield era un lanzador de nudillos a tiempo completo. Ausanio dijo “era casi cómico” pensar como Wakefield se había transformado.
“Yo era el único tonto lo suficiente para lanzarme la pelota con él”, añadió Ausanio.
A lo largo de una larga trayectoria de 189 victorias y 2 anillos de Serie Mundial, Wakefield dijo que tenía que recordarse a si mismo para estar seguro de su lanzamiento especial.
“Pienso que lo más importante es tener la suficiente confianza de lanzarlo y de no preocuparse mucho de los resultados”, dijo Wakefield. “Creo en el proceso que me trajo hasta aquí. Se trata de trabajo duro y perseverancia. Tengo que creer en eso cuando estoy allá afuera lanzando”.
Así como Wakefield habla de su confianza en el pitcheo, este lanzamiento deja a los bateadores dudando de su confianza en si mismos. Kevin Millar de Toronto, antiguo compañero de Wakefield con los Medias Rojas, tiene una táctica especial contra Wakefield.
“La verdad, trato de batearle un jonrón con cada pitcheo”, dijo Millar. “Estás acostumbrado a ver pitcheos de 90 a 95 millas en cada turno al bate. Viene un tipo que te la lanza a 66 millas. No la ves. Me paro en el plato. Hago swing con todo. Trato de sacarla”.
Pero Millar, lamentó que hay un problema con su estrategia porque Wakefield lo puede ridiculizar. Sin embargo, a Millar le encanta enfrentar a Wakefield porque es un reto diferente. Es un reto que sólo ocurre porque Wakefield decidió pasar de ser un bateador horroroso a un buen lanzador de nudillos.
“Sabemos una cosa”, dijo Millar. “Él no podía batear. Por eso fue que empezó a lanzar la pelota de nudillos. Es un hecho”.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
martes, 14 de julio de 2009
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