viernes, 28 de agosto de 2009

¿Por qué son muy extraños los catchers zurdos?

ALAN SCHWARZ

Las cartas siguen llegando. Cada pocas semanas, Benny DiStefano abre su buzón y encuentra una carta de un jugador de pequeñas ligas, o del padre de uno, pidiendo consejo. Él es la única persona que conocen, que saben que entenderá.
Hace 20 años este martes 18 de agosto de 2009, DiStefano, entonces un grande liga suplente, jugó como catcher zurdo en un juego de grandes ligas. Nadie más lo ha hecho desde entonces. Como las noches de damas, o los pitchers llamados Wilbur, los catchers zurdos están efectivamente extintos, por razones en las cuales hay poco consenso.
“No tengo idea”, dijo Joe Mauer, el catcher Todos Estrellas de los Mellizos de Minnesota (derecho, naturalmente).
“¿Es por qué hay más bateadores derechos?”, dijo el catcher de los Bravos de Atlanta Brian McCann.
“¿De verdad no ha habido un catcher zurdo en 20 años?, dijo Joe Torre, un catcher Todos Estrellas en la década de 1960. “Bien, en principio, los pitchers zurdos no lanzan la pelota en línea recta”.
Los equipos de Grandes Ligas han estado buscando receptores por mucho tiempo, le han rogado a las madres que dejen a sus hijos jugar esa posición, sin embargo dejan de lado una corriente de talento que lanza a la zurda. En los últimos 100 años, Dale Long recibió dos innings para los Cachorros de Chicago en 1958, Mike Squires hizo otro tanto para los Medias Blancas en 1980.
Y desde el 18 de agosto de 1989, cuando DiStefano fue catcher zurdo por última vez, el béisbol ha usado uniformes del pasado, y hasta han vuelto a compartir las ganancias, pero no las de DiStefano. En las Ligas Menores no hay un solo catcher zurdo en la actualidad.
“Este es un juego de cambios lentos”, dijo DiStefano, en la actualidad coach de bateo de los WhiteCaps de West Michigan, un equipo afiliado de los Tigres de Detroit en Clase A. “Hace falta un manager creativo que quiera experimentar con algo que se salga de lo común”.
DiStefano tuvo esa oportunidad a finales de 1988, cuando le preguntó a su manager en los Piratas de Pittsburgh, Jim Leyland, si podía ser el catcher de emergencia del equipo. A DiStefano le gustaba mucho catchear en los campos beisboleros de Brooklyn donde jugaba en su infancia, pero luego fue mudado a los jardines. Leyland recordó como el mundo no se salió de su eje cuando su antíguo jefe Tony La Russa usó a Squires como catcher, así que le permitió a DiStefano ir a la liga instruccional ese otoño para que reaprendiera la posición.
La próxima primavera, cuando un experimento de rosters de 24 peloteros, le restó flexibilidad a los equipos, DiStefano se mantuvo como jardinero suplente, primera base y, si, receptor. Lo trajeron en tres juegos y mascoteó por 6 innings. El único corredor que intentó robarle una base fue Oddibe McDowell de los Bravos de Atlanta, el 18 de agosto.
“Fue una curva contra el suelo”, dijo DiStefano. “Casi lo hice. Tuve tan buena oportunidad de sacarlo como cualquiera”.
Ningún zurdo se ha colocado los aperos de catcher desde entonces. Pocas personas saben el porque. Las pequeñas ligas ven receptores zurdos ocasionalmente, las mascotas para zurdos se encuentras en las tiendas deportivas locales, pero en el béisbol profesional no ocurre nunca. DiStefano entiende mejor que nadie cuales teorías tienen sentido y cuales no.
Ninguna es más valedera que la Conjetura del Bateador Derecho, la cual dice que en los intentos de robo los receptores zurdos tienes que lanzar alrededor de los bateadores derechos, los cuales son más numerosos que los bateadores del otro lado del plato. Pero los receptores derechos no parecen tener problemas lanzando alrededor de los bateadores zurdos, además, mientras los bateadores derechos tomaron el 62 % de las apariciones al plato hace 50 años, ahora es casi 56 % versus 44 % de los zurdos.
La tesis de Torre sobre la trayectoria de los lanzamientos hechos por los zurdos, fue inmediatamente dejada de lado por su colega catcher convertido en manager de los Marineros de Seattle, Don Wakamatsu.
“Hay muchos lanzadores zurdos que no llegan a las Grandes Ligas porque sus envíos son demasiado rectos”, dijo Wakamatsu.
En referencia a que el lanzamiento de un zurdo a segunda base generalmente se dirige lejos del corredor antes que hacia él, DiStefano comentó. “A medida que desarrollas experiencia puedes dirigir mejor el envío hacia la base”.
Los lanzamientos para sorprender a un corredor en primera base son menos importantes que los tiros a tercera. Como lo dijo Torre: “Los corredores van en una dirección, y en el caso del tiro a tercera, los bateadores derechos impedirían el lanzamiento de un receptor zurdo. Pero DiStefano, también desestimó ese argumento.
“Cuando tenía que lanzar a tercera, hacía un poco de trampa, me echaba varias pulgadas hacia atrás y dejaba mi pie izquierdo dirigido hacia fuera”, dijo DiStefano. “No tenía que reacomodar los pies porque mi brazo era muy potente. Y cuando los corredores roban tercera, 9 de 10 veces es responsabilidad del pitcher”.
DiStefano dio dos explicaciones. Los toques hacia tercera base, le causan problemas a los catchers zurdos. Al agarrar la pelota, pasarla a la mano de lanzar y lanzar a primera o segunda base, sus cuerpos quedan en posiciones incómodas. Los tiros para los derechos son más abiertos y naturales.
Pero el problema principal que encontró DiStefano fueron las jugadas en el plato. Porque tenía la mascota en la mano derecha, cada lanzamiento preciso hacia el lado donde el corredor llega al plato, tiene que ser tomado de revés, lo cual impide la rapidez para tocar al corredor. Y en los disparos de los jardineros sobre la línea de primera base, tomar la pelota con la mano derecha dejaría el hombro de lanzar abierto al corredor.
“Si hay una jugada violenta, el catcher zurdo va a salir lesionado”, dijo DiStefano.
DiStefano trató de aprovechar su nueva versatilidad, mediante un trabajo mejor pagado en Japón en 1990. Asistió a los entrenamientos primaverales de los Astros de Houston en 1992, con los pitchers y catchers, e hizo el equipo en parte porque podía servir como catcher de emergencia. Nunca jugó como receptor, pero ellos necesitaban un jugador adicional porque Craig Biggio iba a pasar a segunda base.
Pensemos en esto, hablando de segunda base. ¿Por qué tampoco hay segundas bases zurdos? ¿Ni terceras bases ni shortstops?
“Me parece que todos los zurdos terminan como pitchers”, dijo el shortstop de los Astros Miguel Tejada.
Aparentemente es así. Hace aproximadamente 15 años, un zurdo adolescente de la liga de verano de Lumps Gas Station en Clifton, Texas, jugó un partido en el short, él recordó. “Ellos dijeron que los zurdos no deben jugar esa posición”, y fue mudado. El adolescente era Zach Duke, ahora un lanzador zurdo del equipo de Todos Estrellas de los Piratas de Pittsburgh.
Ningún campocorto zurdo ha jugado un inning en la posición en las Grandes Ligas en 100 años. En cuanto a los segundas bases sólo ha habido 3 desde la Segunda Guerra Mundial: George Crowe con los Cachorros de Chicago de 1958 (hizo dos outs), Sam McDowell con los Indios de Cleveland en 1970 (mientras tomaban turno dos bateadores derechos antes que el regresara a lanzar), y Don Mattingly (porque lo ubicó allí Billy Martin para el último out del juego del incidente del alquitrán de pino en 1983).
“Los segundas bases no pueden ser zurdos, así no puedes hacer un dobleplay, recibes la pelotas y tienes que darte la vuelta para lanzar a primera”, dijo el tercera base de los Rangers de Texas Michael Young, quién antes de esta temporada jugó exclusivamente en el medio del infield. “Los shortstops también tendrían problemas para lanzar la pelota en un dobleplay. Nunca lo he visto. Y tampoco espero verlo”.
Esto nos lleva a tercera base y el versátil Squires, quién fue uno de los mencionados anteriormente como catcher zurdo. Pocos zurdos han jugado brevemente en tercera base (incluyendo a Mattingly en 1986), pero Squires jugó 13 juegos allí para los Medias Blancas de 1984.
Los antesalistas zurdos tienen que tomar todas las pelotas bateadas hacia el hueco del shortstop, con el guante de revés, lo cual les limita el alcance, a menos que su coordinación sea tan espectacular que los lleve a ubicarse en la posición de shortstop.
Squires, un scout de los Rojos en la actualidad, dijo que los terceras bases zurdos tienen muchos problemas con los toques, porque pasar la pelota rápidamente a su mano izquierda mientras se viene hacia delante es virtualmente imposible.
¿Pero y los catchers zurdos? Squires no ve porque no pueden existir
“Estamos hablando de personas de los viejos tiempos que no quieren cambiar”, dijo Squires. “Cuando era niño siempre quise ser catcher y no me lo permitieron”.
DiStefano se convirtió en catcher sólo para alargar su carrera. En vez de eso alargó su legado, no sólo para la trivia del béisbol sino también para la comunidad de los catchers zurdos, para quienes permanece como héroe.
“No sabía que se acercaba el aniversario 20 de la última vez que jugué como catcher en Grandes Ligas”, dijo DiStefano. “Definitivamente lo celebraré. Es agradable. Es muy reconfortante ser recordado en positivo”.

Traducción: Alfonso L. Tusa C.

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