miércoles, 4 de noviembre de 2009

El pitcher de los Medias Rojas Dick Drago recuerda el legendario sexto juego de la Serie Mundial de 1975

Sheila Lennon.

En 1975, vi el sexto juego de la Serie Mundial en un bar llamado el First and Last Chance Cafe en Pawtucket. (Todavía está ahí, ahora se llama Doherty's East Ave. Irish Pub). Como todos los que vieron a los Medias Rojas de Boston vencer a los Rojos de Cincinnati en Fenway Park para igualar la serie esa noche, recuerdo el jonrón de Carlton Fisk en el duodécimo episodio. Más que correr, cuando él descargó la línea pegada a la raya del left field hacia los confines del palo de foul, él se puso de lado y le ordenó a la pelota que se mantuviera en zona buena mientras saltaba hacia su derecha.
Pero lo que hizo posible esto fue el jonrón del emergente Bernie Carbo hacia las gradas del center field en el octavo inning, que remolcó a Fred Lyn y Rico Petrocelli, para igualar la pizarra, mientras Dick Drago calentaba en el bull pen para entrar a lanzar por los Medias Rojas. Para Dick, calentar para lanzar el noveno inning con su equipo abajo por tres carreras, era de repente su oportunidad de ganar un juego de Serie Mundial.
Una tarde dominical del mes pasado, Drago, quién lanzó 13 temporadas entre 1969 y 1981, y tres entradas en blanco en uno de los juegos de la Serie Mundial mejor jugados de la historia, se sentó en el porche trasero de mi casa y me contó la historia de aquel juego desde su perspectiva
Un amigo de mi hermano por muchos años, Dick estaba en Providence para ver un juego de los Patriots con mi hermano. Dick, un buen cocinero, trajo un frasco de salsa para pasta hecha con una receta de su familia italiana y un poco de guacamole. Cuando vino el entretiempo del juego de fútbol americano, nos fuimos un momento al porche trasero, allí le pregunté de ese juego de la Serie Mundial, de sus primeras memorias de béisbol mientras crecía en Toledo, Ohio, y de su participación en un proyecto sin fines de lucro que incluye un libro infantil ambientado en el béisbol.
Encendí una grabadora digital y lo dejé hablar (Se escucha el gorjeo de los pájaros).
Aquí está un extracto:
“Cuando Bernie bateó esa pelota hacia los asientos del center field, recuerdo haber saltado sobre el montículo del bull pen y me dije: ‘Bien, de repente estoy en un sexto juego de la Serie Mundial que está empatado, vengo a lanzar y todo está por decidirse’. Así que de un momento a otro mi cara hacia el juego debe cambiar y tengo que lograr ese fuego en la mirada, eso es bueno porque cuando ocurre, se activan los nervios, y sientes las pequeñas mariposas en el estómago, al saber que estamos en el noveno inning de un juego igualado…”
“Enfrenté a tres futuros inquilinos del Salón de la Fama, uno detrás del otro. Pienso que fueron (Pete) Rose, (Johnny) Bench y (Tany) Pérez, en la apertura del noveno episodio, y los retiré en orden… Con todo ese nerviosismo… es una adrenalina que o la sabes manejar o sucumbes ante ella. Yo la disfruté. Fue una presión que me gustó…”
Fue sacado por un emergente después de mantener a raya a los Rojos hasta el undécimo inning. Dick no tuvo decisión. Rick Wise lanzó el postrero inning doce. Los patirrojos perdieron el séptimo juego y la serie.
Drago, ahora de 64 años, vive en Tampa, Fla., pasa una buena parte de su tiempo promoviendo un libro infantil titulado A Glove of Their Own (Un guante de ellos), en escuelas, que varias fundaciones sin fines de lucro utilizan como herramienta para recabar fondos.
El libro de ilustraciones, es un largo poema, sus autoras son Debbie Moldovan, Keri Conkling y Lisa Funari-Willever e ilustrado por Lauren Lambiase, trata de juegos de béisbol sabanero entre grupos de niños que intercambian guantes y bates desgastados hasta que un señor se aparece con bolsos de implementos deportivos que tenía en su garaje, alguna vez usados por sus hijos ahora mayores. Una parte de lo recaudado por las ventas del libro es donado a tres organizaciones sin fines de lucro, Pitch In For Baseball, Sports Gift, y Good Sports para dotar de equipos deportivos a los niños que adolecen de suficientes bates, pelotas y guantes para jugar.
El libro, que tiene la filosofía de la película “Pay it forward” (Cadena de favores), ha atraído el apoyo de empresas manufactureras de implementos deportivos como Rawlings, Louisville Slugger y Modell's, las cuales proveen implementos a esas organizaciones a precios de mayor. Además de Drago, otros antíguos jugadores de Grandes Ligas como Bernie Williams, Jason Grilli, Joe Torre, Tommy John, Craig Biggio, Roy White, Phil Niekro, Ken Griffey y Luis Tiant Jr., han prestado su tiempo y voces al proyecto.

No hay comentarios: