miércoles, 18 de noviembre de 2009

La marca de un pitcher

El domingo 15 de noviembre de 2009 aprecié por fin el documental “The lost son of Havana” (El hijo perdido de La Habana) auspiciado por ESPN para recrear la vida del lanzador cubano Luis Tiant hijo. Sencillamente escalofriantes las escenas del reencuentro con su país y con su familia. Las imágenes por si solas delinean un paisaje abrumador que exprimen lágrimas contenidas por mucho tiempo. Tiant salió de Cuba en mayo de 1961, su padre le aconsejó no regresar porque habían suspendido el béisbol profesional en la isla, y sólo pudo regresar en 2007. “Demasiado tiempo”, lamentó el beisbolista entre abrazos y comentarios entrecortados.
El documental entrevera el desarrollo de la carrera de Tiant en el béisbol organizado estadounidense desde que debutó en la Gran Carpa en 1964 con los Indios de Cleveland y dominó a los Yanquis con blanqueo de 4 hits en su casa, algo inédito en 60 años. Su incandescente temporada de 1968 cuando lideró la Liga Americana con 1.60 de efectividad mientras dejaba marca de 21-9, 19 juegos completos, 9 blanqueos, 4 de ellos seguidos.
El hombre de bigote fumanchú, camina por las veredas, recuerda los lugares donde jugaba pelota de niño, saluda y conversa con amigos en medio de miradas que traspasan la ausencia de 46 años.
Luego de confrontar problemas con el brazo de lanzar que lo hicieron salir de Cleveland y Minnesota, empezó una progresiva recuperación con los Medias Rojas, a partir de 1971 empezó un cambio en su mecánica de pitcheo debido a la lesión que había sufrido en el brazo. De pitcher de poder pasó a ser lanzador de envíos quebrados y cambios de velocidad. Se enseñó a lanzar como lo hacia su padre, El Tiante..

Uno de los amigos refiere un episodio de cuando Tiant hijo entrenaba en una calle de La Habana. El padre llegó, lo observó, le tocó el brazo. “Vas a ser un buen pitcher. Pero no tan bueno como yo”. El hijo se pasó la mano por la visera. “Oh, si. Yo voy a ser mejor que usted”.
Aunque Tiant considera su debut ante Whitey Ford y los Yanquis en 1964 como su mejor día en el béisbol, su momento cumbre llegó en 1975, cuando a pesar de no tener sus mejores números, llevó a los Medias Rojas a la Serie Mundial. Meses atrás el senador McGovern entre otros puntos que llevó para discutir en La Habana entregó a Fidel Castro una carta escrita por el comisionado de béisbol en nombre de Tiant. Castro accedió a que los padres de Tiant no sólo lo fueran a visitar a Boston sino que se quedaran todo el tiempo que quisieran, un acto sin precedentes. Antes de un juego de la temporada regular los Medias Rojas le pidieron a Tiant que querían que su padre hiciera el lanzamiento inicial antes del juego que abriría su hijo. Fue una escena digna de la película “El campo de los sueños” con Fenway Park hirviendo de vítores mientras Tiant Sr. se quitaba el saco para desarrollar su wind-up hacia las mascota de Carlton Fisk. Tiant blanqueó a la Gran maquinaria roja en el primer juego de la serie, pero su gran noche como lo dice Peter Gammons en una de las entrevistas del documental, fue la del cuarto juego, cuando sin contar con lo mejor de su repertorio, fue capaz de mantener una ventaja de 5-4 en los últimos 5 episodios del juego, en el quinto y noveno capítulos embasó dos corredores, a punta de voluntad y disposición se llevó la victoria con 173 lanzamientos en la casa de los Rojos. Como lo dijo Gammons: “Aquella noche fue la de la voluntad de un hombre contra la grandeza de un equipo, y por esa vez pudo más la voluntad”.

Para mí fue inevitable recordar el no-hitter que lanzara Tiant en el estadio Universitario de Caracas con los Tiburones de La Guaira ante los Leones del Caracas. El 14 de noviembre de 1971 Tiant venció 3-0. Antes de salir a lanzar el último episodio el pitcher se volteó hacia la tribuna caraquista y se pasó el dedo por el cuello.
Tiant se despide de sus familiares con los ojos inflamados de lágrimas y una frase recurrente: “Pudo haber sido de otra forma. No tenía porque pasar tanto tiempo sin verlos, sin compartir con ustedes”.
Ya de regreso hacia el aeropuerto se detiene a fumar un habano en una plaza. Un hombre lo reconoce y empieza a preguntarle a los jóvenes quién ha sido el pitcher cubano que ha ganado más juegos en Grandes Ligas. Los muchachos dicen Livan Hernández, El Duque, José Contreras. El hombre chasquea la lengua y ladea la cabeaza, ah, ah. Luis Tiant señores, Luis Tiant es el pitcher cubano con más victorias en grandes ligas. Todavía resonaban en el televisor los gritos de : “Louie, Louie” con que Fenway Park aupaba las actuaciones del pitcher cubano.

Alfonso L. Tusa C.

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