Las imágenes de Derek Jeter atravesándose entre un tiro del outfield sin fuerza para tomar la pelota y pasársela al receptor en ruta a realizar un out inesperado en el plato, junto a la del campocorto corriendo hacia la tribuna del left field corto para tomar un elevado de foul sobre las sillas, de regreso al campo había una hematoma en su pómulo, sin embargo la primera reacción fue ocupar su posición entre segunda y tercera bases.
Esas acciones demuestran una ética de trabajo cuyo origen se remonta a los campos de béisbol de Kalamazoo, Michigan. Allí, horas después de haber finalizado la práctica del equipo o cuando había algún rato libre, Jeter se reunía con sus padres, Charles y Dorothy y su hermana menor Sharlee para seguir fildeando roletazos, ajustando su swing o lanzar pelotas.
Esas horas extra jugando con su familia tienen un gran peso en la clase de pelotero que Jeter es en la actualidad por cuanto desarrollaron en él una filosofía que llevará consigo toda la vida.
“Mis padres siempre me dijeron: da lo mejor de tí en el juego y en el trabajo”, dijo Jeter quién tiene 5 anillos de Serie Mundial con los Yanquis. “Siempre habrá gente mejor que tú, pero eso lo puedes compensar trabajando muy duro todos los días”.
“Trata de jugar duro, porque lo menos que puedes hacer es salir al campo y dar el 100 %. Eso no significa que siempre harás el trabajo o que tendrás éxito, pero lo último que quieres decir cuando todo está hecho, es desear haber hecho un mejor intento”.
Don Zomer fue el manager de Jeter en Kalamazoo Central, donde bateó .567 como novato y .508 como jugador de último año en 1992 cuando fue nombrado el Jugador del Año de la secundaria por la Asociación Americana de Técnicos de Béisbol. Zomer recuerda el brazo excepcional de Jeter, su velocidad de piernas, pero había más.
“Él quería ser un pelotero profesional, y trabajó para eso, y todavía sigue haciéndolo”, dijo Zomer. “Nunca he visto a alguien tan enfocado y con la voluntad de llevar sus sueños a convertirse en realidad”.
“Su habilidad no es natural como la de Tiger Woods o Alex Rodríguez”, dijo en 2006 el entonces manager de los Yanquis Joe Torre. “La suya es principalmente una mezcla de atributos. Nunca se le apreciará en toda su magnitud hasta que se le observe con regularidad. Aquí llegan jugadores en cambios, o firman como agentes libres, más de uno me ha dicho: ‘Siempre supe que Jeter era un buen jugador, pero nunca lo comprobé hasta que fui su compañero de equipo’.”
Jeter ha sido catalogado como el rostro del béisbol y no precisamente por ser bien parecido. Él es un gran competidor, respetuoso del juego y de todos los que están alrededor de este. Nunca da nada por sentado y todavía llama a su manager, “Mr. Torre”. Torre le da crédito a los padres, quienes hacían que su hijo estuviera de vuelta en casa a las 10 pm y mantuvieron la condición de que para jugar primero debía cumplir sus deberes escolares.
“Me gusta su actitud, su mentalidad y lo feliz que se siente por ser un pelotero”, dijo el antiguo campocorto de Grandes Ligas Alan Trammell. “Él es un verdadero Yanqui, pero más que eso es un verdadero beisbolista. Está comprometido con cada victoria de su equipo. Diría que es uno de los mejores embajadores del juego”.
Jeter, ejemplo del jugador de equipo, fue nombrado capitán de los Yanquis el 03 de junio de 2003. Así se unió a una venerable lista de grandes peloteros como Babe Ruth, Lou Gehrig, Thurman Munson y Don Mattingly.
Alfonso L. Tusa C.
jueves, 25 de febrero de 2010
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