Will McDonald. Honoring & Remebering. Royals Review.
Estoy dictando un curso sobre los años 70 y en la primera asignación del semestre pregunté a mis estudiantes que analizaran una publicidad de una revista de ese período. Para facilitar las cosas, agarré una caja llena de revistas viejas. Había probablemente 10 copias amarillas de The Sporting News en la colección y cuando casi me había aburrido, encontré una simpática historia que nunca antes había escuchado: El embrollo alrededor del título de bateo de 1976.
La batalla por el título de bateo de la Liga Americana era ya muy interesante porque dos compañeros de equipo, George Brett y Hal McRae se perseguían mutuamente en pos de la corona. Brett tenía 23 años y disfrutaba su segunda temporada como superestrella en las Grandes Ligas (había jugado bien sin llegar a extraordinario en las campañas de 1973 y 1974). McRae tenía 30 años y estaba en el apogeo de su carrera, lograría el mejor OBP (promedio al bate con gente en base) de su carrera en 1976: .406, y el próximo año agregó poder a su bate al largar 21 jonrones.
El 26 de septiembre McRae aventajaba a Brett .337 a .333. Sin embargo Brett mantuvo su ritmo en la recta final y cuando la temporada terminó todavía bateaba .333 gracias a que en la semana culminante bateó para .333 (de 24-8). McRae en cambio bateo de 23-5 (.217), oficialmente terminó con .332 a fracciones de punto de Brett.
Esa es la versión general del asunto.
Lo que ocurrió en detalle fue que el título de bateo se decidió en el último turno de Brett. Cuando Brett entró a la caja de bateo en el noveno inning (con McRae en el círculo de prevenidos), si bateaba un hit pasaría a McRae, si no, quedaría segundo. Brett bateó un elevado al jardín izquierdo, cuando Steve Brye falló en atrapar la pelota, Brett terminó siendo acreditado con un jonrón dentro del parque. Luego McRae falló con rolling al cuadro. Brett es el campeón bate.
Ahora, recordemos que estamos en 1976, lograr el mayor promedio de bateo tiene una significación increíble.
De acuerdo a la reseña de Joe McGuff en The Sporting News, titulada : “Un elevado mal fildeado ensombrece el título de bateo de Brett” (página 31), después que McRae falló con el roletazo, hizo dos gestos obscenos hacia el dugout de los Mellizos y tuvo que ser aguantado cuando el manager Gene Mauch salió del dugout.
Después del juego, McRae se quejó de que los Mellizos habían conspirado para darle el título de bateo a Brett. El racismo, dijo McRae, fue el motivo.
“Las cosas han sido así por mucho tiempo. Están cambiando gradualmente. No deberían ocurrir de esta manera. Pero puedo aceptarlo. Sé lo que pasó. Ha sido una buena temporada para mí, diría que muy buena. Pero sé que dejaron caer la bola a propósito”.
La protesta de McRae se basó en que Brye estaba jugando muy lejos (por instrucciones de Mauch) y que Brye dudó ante el elevado de Brett para dejarlo caer.
Mauch denominó la sntencia “la peor acusación que me han hecho en 35 años de béisbol”, la reseña incluye varias declaraciones de otros peloteros negando las conclusiones de McRae. Cookie Rojas defendió a Mauch y habló de experiencias anteriores, pero también dijo que “rezaba a Dios” para que la acusación de McRae fuese falsa, con lo cual fue muy ambíguo. De acuerdo a la reseña no hubo enemistad entre McRae y Brett después del juego. De hecho, Brett dijo: “Pienso que tal vez los Mellizos me hicieron un presente con el título de bateo, si es así, me siento tan mal como Hal”.
Pocos días después, el 07 de octubre, Brett declaró que le gustaría compartir el título con McRae.
La historia se complicó más por el hecho de que Rod Carew, de los Mellizos, terminó tercero ese año con .331. Carew dijo después del juego: “todo se vuelve un despelote cuando empiezan a hablar del tema racial”.
Estoy avergonzado de admitir que no sabía de esta historia, parece que después de unos años se esfumó. Mientras investigaba para este artículo, encontré pocas menciones de este juego en las ediciones de finales de los setenta de Baseball Digest, pero sólo hablaban de los compañeros de equipo y las escenas postreras del juego.
Lo que me llama más la atención es que la historia quedó sepultada en la página 31 de The Sporting News. Sólo una historia más en el paso de las páginas. Sin mención en la portada. Sin mención en el editorial de la página 2. Nada.
¿Se imaginan si eso ocurriese hoy? De seguro estuviésemos viendo repeticiones de Brye fildeando el elevado a cada momento, y cada periodista de béisbol escribiendo del tema. Habría una fiesta a beneficio de McRae, de seguro, junto a otra muy bulliciosa contra él. También abundarían los que argumentarían que la jugada debía ser corregida y considerarla como un error. Habría algún artículo interesante en el que alguién analizaría la fenomenología física de la jugada, y compararía la posición del jardinero en la jugada con la de otros en situaciones similares. Y también tendríamos una cantidad inmensa de condicionales: “¿Si McRae hubiese querido hacer algo, habría bateado un imparable!” Y así sucesivamente . (Por tres días).
Esos cinco minutos locos terminaron siendo históricamente importantes, porque permitieron a Brett ganar un título de bateo en tres décadas distintas (1976, 1980, 1990)
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
jueves, 25 de febrero de 2010
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