martes, 6 de julio de 2010

Las Ligas Menores fueron la última prueba para que (Jim 'Junior') Gilliam y (Elston) Howard mostraran que podían jugar en Grandes Ligas

Josh Jackson. mlb.com.

Arlene Jackson todavía recuerda la primera vez que vio a su esposo hacer lo que más le gustaba.
“Recuerdo haberlo visto cuando yo estaba en el liceo en San Luis. Él jugaba para un equipo semi-profesional”, dijo ella. “Entonces todo el país vivía segregado”.
En ese momento, ni ella ni su futuro esposo podían saber que el jugaría para los Yanquis de Nueva York. Para Elston Howard, el gran cambio vino en pedacitos, dispersados a lo largo de dos décadas. Luego de destacar como beisbolista profesional en las Ligas Negras, Howard tuvo que probarse otra vez en las Ligas Menores.
Y se lo probó a si mismo, cuando tuvo una temporada monstruosa en 1954 como catcher de los Maple Leafs de Toronto, él habría sido el primer pelotero de ascendencia africana en ganar el premio MVP de la Liga Internacional AAA si otro no se le hubiera adelantado dos años antes.
La carrera de Jim ‘Junior’ Gilliam avanzó en paralelo a la de Howard. Èl también jugo en las Ligas Negras, pero antes de tener su oportunidad de jugar en Grandes Ligas con los Dodgers de Brooklyn, tuvo que jugar primero en las Ligas Menores.
“Un rasgo único en estos jugadores fue su experiencia en las Ligas Negras”, casi de la misma forma como Jackie Robinson se abrió paso hacia la Gran Carpa, dijo el Dr. Richard Puerzer, profesor de la Universidad de Hofstra, quién presentó un trabajo sobre las aspiraciones de Gilliam y Howard en el Simposio Cooperstown 2009 sobre Béisbol y cultura estadounidense. “Cuando llegaron a las Ligas Menores, se les informó en que se estaban metiendo”.
Para la mayoría de los entendidos, Gilliam y Howard estaban listos para jugar en Grandes Ligas mucho antes de que recibieran la oportunidad de brillar allí. Ambos hombres respondieron proporcionando al juego con unas pocas temporadas brillantes en las Ligas Menores.

Un sueño diferido.

Cuando Gilliam jugaba para los Elite Giants de Baltimore y su manager George Scales, desarrolló un talento innegable. Para el momento en que terminó su tercera temporada corrida como integrante del equipo de todos estrellas para Baltimore en 1950, el béisbol de Grandes Ligas tenía 4 años de haberse integrado.

El muchacho de 23 años firmó con los Dodgers antes de la temporada de 1951y esa primavera empezó a trabajar en la organización donde se formaron Jackie Robinson, Roy Campanella y Don Newcombe. Tener todas esas estrellas negras no significaba que Brooklyn tuviera un sistema más fácil que cualquier otra organización para que un afro-americano avanzara.
“Por una parte los Dodgers como equipo estaban más integrado que los demás”, dijo Puerzer. “Por otro lado Gilliam estaba casi listo para jugar en Grandes Ligas desde 1951. Ellos se lo pusieron todo muy difícil”.
Gilliam era un veterano de 5 temporadas en el profesional con los Elite Giants y una con los Black Vols de Nashville antes de eso, pero fue asignado a los Royals de Montreal de la Liga Internacional para su primera temporada en el béisbol integrado.
Lideró la liga con 117 carreras anotadas, jugó impecablemente en segunda base y ayudó a los Royals a ganar la Governor’s Cup ese año. En un doblejuego de ese año bateó dos jonrones y se embasó 7 veces. Diez días después en otro doblejuego en el Buffalo’s Offerman Stadium bateó de 8-8 con un grand slam, negoció 3 boletos y agregó un sacrificio. Fue nominado al equipo Todos Estrellas, terminó la temporada con promedio de .287 y recibió tantos boletos como carreras anotó.
Aún así fue enviado a jugar otra vez en Montreal para 1952.
“Una razón potencial para explicar su permanencia en las Ligas Menores era que tenían a Jackie Robinson en segunda base, y si Junior Gilliam subía, Robinson jugaría en tercera”, dijo Puerzer. “Si Robinson jugaba tercera, Billy Cox perdería su trabajo. Si eso ocurriera, el cuadro interior de los Dodgers tendría mayoría negra, lo cual para aquel tiempo, habría sido inaceptable”.

El retardo no amilanó a Gilliam.
Gilliam bateó .301 con 39 dobles en 1952 y volvió a encabezar la liga en carreras anotadas y a impresionar con su defensiva. Sus esfuerzos lo convirtieron en el primer negro en ganar el premio MVP en la Liga Internacional.
“Ese muchacho es la crema de nuestro sistema de granjas”, admitió el Vice-Presidente de los Dodgers Buzzie Bavasi a la revista Baseball Digest luego que de la temporada cuando fue el más valioso. “La próxima temporada será el Novato del Año de la Liga Nacional”.

Siempre aprendiendo.

Elston Howard jugaba para los Monarchs de Kansas City de Buck O’Neil en 1950 cuando una transacción a mitad de temporada lo envió a un equipo donde pocos pensabas tendría oportunidad de jugar. La lentitud de los Yanquis para ajustarse a la nueva realidad del béisbol de integración de razas, podría ser la explicación de su prolongada permanencia en las Menores.
“Había gente reclamando frente al Yankee Stadium. Querían un jugador negro en la alineación de los Yanquis, pero ellos no prestaban atención”, dijo Ralph Wimbish quién fue coautor de la autobiografía de Arlene Howard, “Elston and me: The Story of the First Black Yankee”.
“No se olviden que ellos ganaron cinco títulos seguidos, y lo hicieron sin jugadores negros”, añadió Wimbish. “Ganaban como un equipo de puros blancos”.

Howard pasó de los Monarchs de Kansas City a los Clippers de Muskegon (Mich.) a finales de julio de 1950.
“Cuando llegó a Michigan, inmediatamente lo pusieron de cuarto bate, ellos dieron a entender que sabían que él podía responder ahí”, dijo Puerzer.
En menos de dos meses Howard tenía 42 carreras remolcadas, 17 extrabases, .283 de promedio ofensivo y ayudó a los Clippers a descontar a la mitad su distancia del primer lugar.
Los Yanquis planeaban enviarlo a una Liga AA en 1951 pero Howard fue reclutado por la armada de los Estados Unidos. Sin embargo mantuvo sus destrezas al pasar buena parte de su tiempo jugando para el equipo de béisbol de su unidad militar. Allí mantuvo la misma mentalidad para jugar que tenía en las Menores.
“Aún jugando en la armada, él se aseguraba de aprender algo todos los días”, dijo la Señora Howard.
Una vez finalizado el servicio militar, Howard fue asignado a los Blues de Kansas City AAA para la temporada de 1953. Bateó .286, 10 puntos por encima del promedio de su equipo, 10 jonrones y 22 dobles.
“Estaba listo para las mayores en 1953”, dijo Wimbish. “Él no se iba a quejar por estar en las Menores, esa no era su decisión. Seguiría saliendo al campo para hacer su trabajo”.
En los entrenamientos primaverales de 1954, los Yanquis le pidieron a Howard que hiciera la transición de jardinero a receptor, aún cuando tenían una gran cantidad de prospectos en esa posición y a Yogi Berra detrás del plato en el Bronx.

“Mucha gente vio eso como una excusa para mantenerlo en las Menores”, dijo Puerzer. Pero llevaron a Bill Dickey para que le enseñara a Howard los secretos de la receptoría.
La Señora Howard no recuerda haber visto a su esposo frustrado por el cambio de posición. Ella recuerda que él estaba dispuesto a ayudar al equipo de cualquier forma y absorbió todo lo que pudo de su nuevo tutor.
“Recuerdo que él estaba muy impresionado con Bill Dickey y la forma como manejaba a los pitchers”, dijo ella.
“La conversión iba a ser su boleto de entrada a las Grandes Ligas, así que se entregó por completo a ella”, dijo Wimbish. “Muchos de los Yanquis me dijeron más tarde esa primavera, que pensaban que Howard haría el equipo”.
Al final, los Yanquis decidieron enviar a Howard al equipo de los Maple Leafs de la Liga Internacional, donde podría catchear todos los días. Necesitaría probarse a sí mismo una vez más antes de llegar al Bronx.
Howard reventó los cueros de todas las pelotas jugando para Toronto en 1954. Aunque lo habían mantenido en las Menores para que se desarrollara en su nueva posición, su bateo se estaba convirtiendo en algo difícil de ignorar. Fuera del campo, encontró más inspiración con el desarrollo de una relación amorosa.
“Nos escribíamos todos los días”, dijo la Señora Howard. Ella viajó de San Luis a Syracuse para ver jugar a Elston. “Tomé un avión. Era la segunda vez que volaba, hicimos 2 o 3 conexiones. Fue mucho más largo de lo que debió ser”.

Fue la primera vez que lo vió jugar en un juego regular de una temporada de béisbol integrado, y sería la última oportunidad de verlo como jugador de Ligas Menores. Bateó .330 con 22 jonrones y 21 dobles, además de ser claramente un catcher consagrado al final de la temporada.
“Le pregunté a Whitey Ford quién era mejor catcher, Yogi o Howard”, dijo Wimbish. “Whitey dijo que Yogi era más rápido en la jugadas alrededor del plato, pero Howard era mejor mascoteador”.
Por sus contribuciones en el plato y detrás de este, fue nombrado el jugador más valioso de la Liga dos años después que Gilliam rompiera la barrera racial para los ganadores de ese premio. Aunque muchos pensaban que debía estar en las Mayores, Howard había convertido su cuestionable asignación a AAA en una oportunidad, eso le dio buenos resultados.
“Siempre estaba aprendiendo, listo para aprender”, dijo la Señora Howard. “Estoy segura que aprendió mucho ese año”.
Ese otoño, los Yanquis adquirieron un compromiso que significó que Elston Howard se convirtiera en el primer jugador afroamericano de la franquicia.

Sin la pava del segundo año.

Para Howard y Gilliam, el camino que los llevó de las Ligas Negras, a las Ligas Menores y a las Grandes Ligas fue más largo y duro de los que sería para otros peloteros en el futuro.

Cuando un reportero le preguntó a Gilliam si esperaba sufrir las dificultades del segundo año, respondió algo disgustado, según reportó la revista Jet, en su ejemplar del 25 de marzo de 1954.
“¿Por qué me debo preocupar por eso?”, preguntó Gilliam. “No me considero un jugador de segundo año, así como no me consideré novato el año pasado, aún siendo mi primer año en las Grandes Ligas. Este es mi noveno año en el béisbol profesional. Tengo experiencia en esto”.
Howard tenía la experiencia para reìrse de ese tipo de preguntas, ambos hombres (Howard y Gilliam) se fajaron para llegar a la Gran Carpa en una época cuando el béisbol aún cuando estaba oficialmente integrado, a menudo exigía más de un prospecto afro-americano que de uno blanco.

Traducción: Alfonso L. Tusa C.

No hay comentarios: