jueves, 5 de agosto de 2010

A cincuenta años de aquel Campeonato Mundial de Béisbol Juvenil

Siempre que seguía los torneos de béisbol amateur a comienzos de los años setenta terminaba con el mismo sabor cáustico en la boca, la representación cubana se llevaba todos los honores, por lo general derrotando a la novena venezolana en las instancias culminantes. Mientras me preguntaba si alguna vez Venezuela había vencido a Cuba además de los famosos campeonatos mundiales de los años cuarenta, se me acercó Elías a un lado de las brasas de la parrilla que teníamos en la playa. “Venezuela le ganó a Cuba un Campeonato Mundial Juvenil que se realizó en Caracas en 1960. Por cierto un pitcher cumanés llamado Nicolás Jaimes blanqueó a los cubanos en un juego”.
Hasta que Venezuela venció a Cuba en el Campeonato Mundial Juvenil de 1977 en Argentina, aquel cuento de Elías me pareció una fábula. A partir de ese momento empecé a buscar información del suceso hasta que lo ubiqué en los microfilms de la Hemeroteca Nacional. “Nicolás Jaimes recordó la hazaña del 41 al blanquear ayer 2-0 a Cuba”, era el encabezado de la reseña de El Nacional el 01 de agosto de 1960. En el primer episodio, Renold García se ponchó con tres lanzamientos enrevesados de Jaimes. Valdes se embasó por error del inicialista Ángel Rosillo. Arcia se aprovechó de otro pecado del torpedero Rigoberto Mora. Entonces Jaimes dio muestras de entereza al ponchar al cuarto bate “Tamakún” Martínez y a Ángel Suárez-
En el cierre del primer inning Rigoberto Mora se embasó por error del camarero Casares. Pedro Ferino ponchó a Orlando Herrera. Rosillo también se embasó por otro error del antesalista Martínez. Debido a que Mora había estafado la intermedia, llegó a la antesala con esta jugada. Desde allí anotó con elevado de sacrificio de Jesús Quilarque.
Jaimes concedió boletos a Rangel y Fernández para iniciar el segundo episodio. Davis la rodó cerca del box y el catcher Romero hizo el out en tercera. Ferino sorbió ponche y Renold García forzó a Davis en segunda con rodado a las paradas cortas.
Aquella capacidad de concentración para solventar situaciones difíciles hacía dudar a los aficionados sobre si Jaimes sería capaz de mantener a raya a los cubanos hasta el final del juego. Más que todo porque era un juvenil y quizás le faltaba demostrar que podía mantener ese nivel de juego.

La segunda carrera venezolana llegó en el quinto inning. Pablo Lunar conectó sencillo a la derecha. Jaimes soltó otro imparable por la misma banda. Lunar llegó a la antesala. Orlando Herrera lo remolcó con metrallazo al centro.
Desde el tercer episodio Jaimes apretó el brazo hasta el octavo, cuando hubo algunas fallas defensiva pero finalmente el cuadro interior logró respaldar a pitcher para completar otro cero.
El noveno episodio lo abrió Ángel Suarez con imparable. Rangel bateó un roletazo cargado hacia la segunda base que fildeó en gran forma el camarero suplente Remigio Hermoso para iniciar un impresionante doble play.
Jaimes permitió el primer hit en el quinto episodio ante Renold García. El segundo se lo dio Rolando Amaro, en el octavo, emergiendo por el lanzador Pedro Ferino. Y Suárez conectó el otro en el noveno. Ponchó 10 contrarios incluidos 3 al cuarto bate Tamakún Martínez.
La magia del momento fue alterada por el empleado de la Hemeroteca que me indicó que en cinco minutos iban a cerrar. Me apresuré a sacar copia de la reseña. Cuando la máquinas dispensaba las páginas con la tinta recién impresa, la sonrisa de Elías creció en mi recuerdo. “Fue un tremendo trabajo de pitcheo que se mandó Nicolás Jaimes ese día”.

Alfonso L. Tusa C.

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