martes, 14 de diciembre de 2010

Baudilio Díaz: Aquel catcher “cambao” de Cúa

El atardecer de un viernes siempre tiene expectativas de fin desemana. Para mí, aquel 23 de noviembre de 1990 representaba el tercerdía de guardia nocturna en el laboratorio físico-químico deSuperoctanos en la zona industrial de Jose. El trasnocho acumulado mellevó a recostarme en la alfombra de la sala del apartamento. Mientrassentía las arenas del sueño perdido en los párpados, encendí el radio.Noté que hablaban de Baudilio Díaz. Cuando vi que pasaban los minutosy seguían hablando de Baudilio, me incorporé y subí el volumen: “Unaccidente terrible acaba con la vida del primer receptor venezolano enllegar a las Grandes Ligas…” Me levanté y empecé a bañarme y vestirme mucho antes de lo queacostumbraba. El trasnocho se espantó entre fotografías de revistas deSport Gráfico que mostraban a Baudilio como receptor de bull pen conlos Leones del Caracas. A principios de los 70 las pocas oportunidadesde jugar que recibió se debieron a aquellos juegos de “puros criollos”que se efectuaban como parte de doble juegos. En uno de esos juegosrecibió el no hit no run de Urbano Lugo padre en enero de 1973. En la temporada 1975-76 los equipos Caracas y La Guaira se fusionaronen Tibuleones, se pudiera decir que a partir de allí Baudilio empezó ajugar con regularidad en la LVBP. Entonces participó en 42 juegos,bateó para .259 en 112 turnos al bate. Baudilio subió a Grandes Ligas con los Medias Rojas de Boston enseptiembre de 1977. Sólo actuó en 2 partidos. La próxima temporada(marzo 1978) pasó a los Indios de Cleveland junto a Tex Cox, MikePaxton y Rick Wise por Dennis Eckersley y Fred Kendall. Mientras salía del baño tropecé con la puerta del cuarto, mientras mesobaba la nariz fue inevitable aquella transmisión de RCTV. Durante elquinto juego de la Serie del Caribe de 1979, Abelardo Raidi y HenryAltuve se deshicieron en expresiones de júbilo cuando Oswaldo Olivareshizo dos disparos al plato donde Baudilio se plantó cual barrerainfranqueable para detener las carreras de los dominicanos mediantedos dobleplays de leyenda. Allí ganó su primera Serie del Caribe, conel Magallanes. Baudilio representaba la piedra angular donde los Leones del Caracasarmaron todos aquellos equipo campeones de finales de los setenta ylos ochenta, incluida la Serie del Caribe de 1982 ganada por elCaracas y el no hit no run de Urbano Lugo hijo en el juego culminantede la final de 1987 ante La Guaira. Estuve un buen rato en el balcón siguiendo las estrellas del cielonovembrino. Cuando Len Barker lanzó el juego perfecto en mayo de1981, Baudilio era el segundo catcher de los Indios, es muy probableque haya recibido a Barker en el bull pen aquel día. En noviembre deese año pasó a los Filis de Filadelfia como parte de un cambio entretres equipos que llevó a Lonnie Smith de los Filis a San Luis. ASilvio Martínez y Larry Sorensen de San Luis a Cleveland. Y a ScottMunninghoff y un pelotero a ser nombrado después de Filadelfia aCleveland. La de 1982 resultó su mejor temporada en la Gran Carpa: 144 juegos,525 turnos al bate, 69 carreras, 151 imparables, 29 dobles, 18jonrones, 85 empujadas, .288 de promedio al bate. Esa temporada levalió convertirse en apenas en uno de dos receptores de los Filis queen una temporada batea más de .275, y conecta más de 25 dobles y 15jonrones; el otro es Mike Lieberthal. En 1983 llegó hasta la SerieMundial con los Filis. Al esperar por el autobús del trabajo, sólo la imagen de Baudiliocasi metiéndose en el dugout de la derecha del Universitario paraindicarle a Luis Mercedes Sanchez que había que esconderle la bola aCarmelo Martínez, me mantenía despierto. Sánchez vino por el medio yMartinez se la sacó por todo el centro. Allí se quedaron lasesperanzas de La Guaira de ganar aquella Serie del Caribe de 1983.En agosto de 1985 pasó de Filadelfia a los Rojos de Cincinnati junto aGreg Simpson por un jugador a ser nombrado después, Tom Foley y AlanKnicely. Fred Toliver resultó ser el jugador a ser nombrado más tarde. Cuando entré al pasillo del autobús, varios huecos en la via agitaronla narración de Delio Amado León aquel enero de 1980: “Allá va unbatazo largo a lo profundo del left field…parece que la bola se va, seva….joooooooonroooooon de Baudilio Díaz, el número 20. Hay un nuevoregistro para la Liga Venezolana de Béisbol Profesional”. Cuando logrésentarme a mitad del autobús todavía se escuchaba la ovación en elUniversitario.

Alfonso L. Tusa C.

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