Brittany Ghiroli. MLB.com
Pregúntele al antíguo jardinero de los Orioles de Baltimore Al Bumbry
que nombre un momento de su carrera de 13 años en Baltimore que
sobresalga sobre el resto y la respuesta le puede sorprender. No son sus logros individuales, que incluyen el título del novato del año en 1973, o una presencia en el Juego de Estrellas en 1980, o sus dos Series Mundiales con Baltimore en 1979 y 1983.
La memoria más hermosa que Bumbry guarda de los Orioles ocurrió fuera de un diamante de béisbol, tambien fuera de un estadio. El hecho ocurrió en las calles de una ciudad que apoyaba a su equipo, ganara o perdiera.
“Después que perdimos la Serie Mundial de 1979 ante los Piratas, la gente de Baltimore hizo un desfile para nosotros”, dijo Bumbry. “No podía creer la cantidad de personas que fue al disfile. Nos demostraron cuanto nos apreciaban, demostraron su amor y apoyo. Se hubiera pensado que ganamos la Serie Mundial”.
El gesto de los aficionados aún estremece la voz de Bumbry más de 30 años después mientras recuerda cuan hospitalario fue Baltimore con un joven beisbolista afroamericano a principios de los años ’70.
“Tuve una transición muy suave desde un punto de vista discriminatorio”, dijo Bumbry. “No siento que fui discriminado. La primera vez que llegué a las Grandes Ligas, mientras jugué con Baltimore todos aquellos años y en las relaciones que tuve con los aficionados, me sentí muy a gusto con eso”.
Nacido el 21 de abril de 1947 en Fredericksburg, Va, Bumbry creció en una época cuando los afroamericanos empezaban a integrarse al béisbol de Grandes Ligas. Jackie Robinson debutó con los Dodgers ese mismo año, y al ser febrero el mes de la Historia del Béisbol Negro, Bumbry se tomó un tiempo para reflexionar sobre lo que provocó la integración completa del beisbol.
“No pude visualizar las dificultades que Robinson tuvo, lo que tuvo que sufrir”, dijo Bumbry en referencia al abuso y el rechazo de los fanáticos y algunos peloteros que Robinson tuvo que soportar.
“Tuve la oportunidad de jugar y la aproveché. Cuando veo hacia atrás y pienso en eso, el tratamiento discriminatorio que recibió Robinson, sólo me imagino teniendo que sufrir lo que el vivió”.
“La presencia de Robinson hizo que el mundo del béisbol reconociera que los negros podían brillar en el juego de béisbol”.
Ese juego ha cerrado su círculo para Bumbry, cuyo hijo, Steven, fue seleccionado por los Orioles en la vuelta 12 del draft de 2009.
Al Bumbry, quién se retiró después de jugar la temporada de 1985 con los Padres de San Diego, espera que el paso de su familia por el béisbol profesional solo esté empezando. Steven Bumbry jugó la temporada pasada con el Delmarva clase A, bateó .263 con cuatro jonrones y 34 empujadas, y es parte de un sistema de Ligas menores de los Orioles que ha mejorado mucho en la selección de talento joven.
“Disfruto mucho verlo jugar”, dijo Bumbry, quién fue la undécima escogencia en 1968. “Hay ciertas cosas que sé que él necesita mejorar antes de llegar a las Grandes Ligas, pero lo más importante es que ahora tiene esa oportunidad”.
Es una oportunidad de la que Bumbry se aseguró que su hijo no la tomará superficialmente porque se debe al coraje y la fuerza de jugadores como Robinson.
“No estoy muy seguro de que hubiese hecho lo mismo que Robinson hizo”, dijo Bumbry. “Estoy muy agradecido de que fuera capaz de resistir y abrir el camino para todos los peloteros afroamericanos que hemos llegado a las Ligas Mayores”.
Bumbry jugó en Venezuela con los Tiburones de La Guaira en las temporadas 1973-74 y 1974-75. Es uno de cuatro peloteros que ha ganado títulos de bateo en la LVBP en temporadas seguidas junto a Clarence Gaston, Luis Sojo y Victor Davalillo. En aquella temporada 73-74 recuerdo mucho la narración de Musiú LaCavalerie cuando bateaban por sus predios o corría por las bases. “¡Apareció el negrito!”
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
miércoles, 23 de febrero de 2011
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