martes, 15 de febrero de 2011

Chuck Tanner: El manager que siempre veía oportunidades de ganar

Probablemente la madre de Tanner le habló de las hazañas de Honus Wagner, Bill Abstein, Fred Clarke, Vic Willis, Howie Camnitz, Lefty Leifield y todo el equipo de los Piratas de Pittsburgh que ganó la Serie Mundial de 1909, 4-3 ante los Tigres de Detroit. O compartió con Chuck el seguimiento de los Piratas que lucharon por el banderín de la Liga Nacional en 1938 y llegaron segundos a 2 juegos de los Cachorros de Chicago. Seguro pasaron momentos de silencio y tristeza consolándose porque los bucaneros se quedaron fuera de competencia. Ni que decir de que en 1960 a lo mejor su señora madre llamó a Chuck eufórica por el jonrón de Billy Mazeroski que le dio la Serie Mundial a los Piratas o que pudieron compartir la gesta de Danny Murtaugh, Roberto Clemente, Steve Blass, Manny Sanguillén, Richie Hebner, Al Oliver, Bob Moose, Dock Ellis y todo el equipo de Pittsburgh de 1971.
Toda esa pasión por el juego el pequeño Chuck la empezó a demostrar en cada encuentro en la calle o en el estadio. Cuando debutó en Grandes Ligas en County Stadium el 12 de abril de 1955 vino a batear de emergente en el octavo inning por el gran zurdo Warren Spahn y le bateó un jonrón a Gerry Staley para igualar el juego a 2 carreras. El batazo fue al primer lanzamiento que Tanner veía en las mayores. Los Bravos de Milwaukee derrotaron a Cincinnati 4-2.
La integridad y la pasión de Tanner afloraron en el recuerdo de Bob Sproule cuando relató su experiencia al llamar a Tanner para que hablara de béisbol en el Capítulo Pittsburgh de SABR. Chuck no sólo fue a la reunión sino que cuando Sproule le iba a decir que su hora de charla había concluído y podía dejarlo hasta ahí, él le respondió que terminaría cuando estuviera listo y no antes. Al día siguiente muy temprano Tanner llamó a Sproule para agradecerle por haberlo invitado a la reunión de SABR.
En dos ocasiones Tanner sustituyó a Hank Aaron en la alineación de los Bravos de Milwaukee. El 13 de mayo de 1956, (el primero de un doble juego en Cincinnati) y el 17 de junio de 1956 (el segundo de un doble juego en Brooklyn), en ambas ocasiones Tanner entró a jugar al campo en el cierre del sexto episodio y bateó en la parte alta del octavo. En Cincinnati jonroneó y en Brooklyn soltó doblete.
En 1970 Chuck Tanner recibió una propuesta para dirigir a los Medias Blancas de Chicago y aún cuando tuvo marca de 3-13 al final de esa temporada, Tanner sacó a los patiblancos del foso de la división Este de La Liga Americana para llevarlos al tercer lugar en 1971 y al segundo puesto en 1972 a 5 juegos y medio de los Atléticos de Oakland. Tanner convirtió a los patiblancos de un equipo basado en la defensiva y el pitcheo a otro que también aprovechaba la ofensiva de Dick Allen, Bill Melton y Carlos Mays y la velocidad de Pat Kelly. Allí fue donde junto a Johnny Sain le enseñó un cambio de velocidad a Rich Goose Gossage y a partir de entonces fue un mejor pitcher que en 1971 dejó marca de 18-2 y 1.83 de efectividad con el Appleton Clase A. El primer consejo que Gossage recibió de Tanner fue: “Hijo, si no eres capaz de hacer sentir incómodos a los bateadores mejor te buscas otro trabajo”. De allí fue convocado al equipo grande en los entrenamientos primaverales de 1972, asignado al bull pen. En un momento de los entrenamientos Tanner llamó a Gossage a su oficina y le dijo que lo iba a mandar a las menores. Gossage respondió que era el mejor pitcher que había en el campo. Tanner le pidió que se lo demostrara. En tres innings ponchó a cada bateador que se enfrentó, sólo hizo dos lanzamientos malos. Tanner también fue responsable por pasar al nudillista Wilbur Wood del bull pen a la rotación de abridores y le fue muy bien.
Después pasó a Oakland en 1976 y los llevó al segundo lugar (a 2 juegos y medio de los Reales de Kansas City) mediante un estilo de juego basado en la velocidad en las bases, impusieron una nueva marca para la Liga Americana con 341 robos.
En 1977 Tanner llega a los Piratas de Pittsburgh y los lleva al segundo lugar al igual que en 1978. En 1977 se llevó a Gossage y a Terry Forster a los Piratas. Gossage estuvo muy triste cuando al final de la campaña fue a retirar sus pertenencias del club house porque los Piratas no podían pagarle lo que valía. "Metí mis valijas en el carro y me senté a llorar. Me gustaba el lugar, me gustaba el equipo y jugar para Chuck. Cuando los Piratas desistieron de firmarme, Tanner me deseó lo mejor y dijo que hacia lo correcto".
En 1979 los Piratas galvanizaron una química que venían activando desde las dos campañas anteriores. En el clubhouse los ánimos se disparaban mediante los apodos de “Scrap Iron” (Phil Garner), Mad Dog (Bill Madlock), Pops (Willie Stargell), “Rubber Band Man” (Kent Tekulve), “Candy Man” (John Candelaria), “Crazy Horse” (Tim Foli), “Buck” (Grant Jackson). “Pops” implementó un sistema de premios mediante estrellas que entregaba a cada pelotero que hubiese hecho algo especial para ganar un juego. La gorra de Tekulve parecía una lluvia de meteoros de tantas estrellas que ganó. Ningún pitcher de ese equipo ganó 15 juegos. Ningún jugador de posición empujó 100 carreras, sin embargo Stargell compartió el premio al jugador mas valioso de la Liga Nacional con Keith Hernández.
“Por ejemplo Bill Robinson nuestro jardinero izquierdo, fue tan valioso como cualquiera de nuestros peloteros. Ed Ott y Garner tuvieron los mejores años de sus carreras”, dijo Tanner.
Otra marca de aquel equipo fueron los movimientos poco ortodoxos que Tanner hizo en varios juegos. En un juego ante los Filis, sacó como emergente al zurdo John Milner por Steve Nicosia frente al tambien zurdo Tug McGraw. “En las tribunas mi esposa era la primera que pensaba que estaba loco. Sin embargo cuando Milner bateó un jonrón con bases llenas, el público empezó a aplaudir la decisión. Le dije al masajista Tony Bartirome: ‘¿Que hubieran hecho si John no hubiese dado ese batazo?’. Me contesto: ‘Te hubieran colgado’”, recordó Tanner. Poco tiempo después Tanner dejó batear al zurdo Ott ante McGraw y nuevamente se produjo un jonrón con bases llenas para barrer un doble juego crucial en agosto ante los Filis.
La mañana del quinto juego de la Serie Mundial de 1979 sorprendió a Tanner con la muerte de su madre. Su padre lo llamó y le dijo: “Vas a quedarte a dirigir ese juego. Eso es lo que tu madre hubiera querido”. Tanner recordó que su madre le había prometido que estaría en las tribunas en cada juego de la Serie. “Recuerdo que Dave Parker era su jugador favorito, me dije : ‘Si estás ahí haz que Parker meta un batazo sobre el logo de los Cardenales de San Luis’. Parker procedió a despachar un doble impulsor en el séptimo inning justo sobre el emblema de los Cardenales pintado sobre la pared del outfield del Three Rivers Stadium. Tanner empezó a sentir que había una fuerza especial en el ambiente. “Se me erizaron todos los vellos cuando salió ese batazo”, confesó Tanner. Pittsburgh ganó el quinto juego 7-1 y viajaron a Baltimore con confianza.
Luego de derrotar a los Orioles 4-1 en el séptimo juego con jonrón de Stargell y relevo de Tekulve, el pitcher Jim Bibby se acercó a Tanner. “Los peloteros te dedicamos esta Serie Mundial, Chuck”.
También es casi seguro que luego de ver la película “The Winning Season”, Tanner recordara a su mamá a través de la barajita de Honus Wagner, como la recordó en el dugout antes del quinto juego de aquella Serie Mundial cuando les dijo a sus peloteros: “Mi madre era una gran aficionada de los Piratas. Seguro se fue allá arriba a buscar ayuda para nosotros”.

Alfonso L. Tusa C.

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