miércoles, 9 de marzo de 2011

Clayton Kershaw es tan bueno fuera del diamante como dentro de él

Jeff Passan. Yahoo Sports. 07 Marzo 2011.

Glendale, Ariz. El polizón en el equipaje de Clayton Kershaw era grande, azul y de dos dimensiones. Sin identificación a menos que se quisiera usar la impresa en su parte superior, y seamos honestos: Ni siquiera los padres más crueles llamarían a su hijo Catcher de Lienzo.
A mitad de camino en el globo terráqueo, rodeado de pobreza y enfermedad, tratando de hacer el trabajo del Señor, Kershaw no podía escapar del béisbol. A los 22 años y muy cerca de la cúspide del estrellato, el zurdo de los Dodgers de Los Ángeles se resistió a perder ni una semana de entrenamientos primaverales. Ni podía estar otro año sin acompañar a su esposa, Ellen, en el trabajo de su vida: ayudar a los niños huérfanos de Zambia enfermos de SIDA. Así que ajustó su propósito al de su novia y salieron de viaje con un bolso extra.
El equipaje de Kershaw incluía el Catcher de Lienzo, una lona gruesa pintada con la presencia de un bateador cuyo estilo recuerda al de Cal Ripken. Debajo de su codo y hasta la mitad de la pantorrilla, está una zona de strike ampliada que sirve de blanco a las pelotas lanzadas. Un soldador local hizo el marco, Kershaw fijó el lienzo y el hombre grande y místico de un lugar lejano, muy lejano, empezó a disparar pequeñas píldoras más duro de lo que cualquiera había visto.
El coach de pitcheo de los Dodgers Rick Honeycutt pensó que Kershaw estaba bromeando cuando le dijo que Ellen iba a llevar su guante. Pero ella lo llevó, y también lo hicieron otros amigos de la misión Arise Africa, entre ayudar a construir una escuela y jugar con los niños locales, Kershaw mantuvo su brazo bastante suelto.
“Estaba bien preparado allá”, dijo Kershaw, y ensayó una sonrisa irónica. Aún es suficientemente joven para resistirse a ponerse en forma en poco tiempo, no importa cuan naturales sean sus condiciones. Y cuando combina esto con una ética de trabajo que su veterano catcher, Rod Barajas, llama “La mejor que haya visto en alguien tan joven”, eso debe hacer de Kershaw un candidato al Cy Young este año y los que siguen.
Después que Kershaw afinó su control a mediados de junio pasado, pasó de ser un as potencial a uno indiscutido. Kershaw agregó un slider hace dos años, lo mejoró el año pasado y se regaló otra arma para acompañar su recta. La habilidad para lanzar dos pitcheos en strike permitió a Kershaw reubicar su segundo envío previo, una curva que nada más que Vin Scully llamó Enemigo Público Nº 1 por la ferocidad y la malicia de su sinuosidad, como una oferta al margen.
Los mismos bateadores que se sentaban a esperar las rectas del Kershaw de 20 años ahora no pueden hacerlo, él generó tantas miradas atontadas como cualquier pitcher de la Liga Nacional.
“No me justa proyectar”, dijo Honeycutt. “Pero él espera ser un pitcher completo. Otras personas se sienten satisfechas. Él cada día espera salir y mejorar, eso es lo grande de trabajar con él. Puede ser el mejor”.
Aunque solo es el comienzo de los entrenamientos primaverales, la forma como Kershaw dominó a Cincinnati en su apertura del sábado, mostró sus capacidades. En cuatro innings en blanco ponchó tres. Dos de ellos ante el actual Jugador más Valioso Joey Votto, el primero con un slider y el segundo con una curva. El tercero fue ante Brandon Phillips quién abanicó un cambio.
“Cuando eso cuente para la temporada”, dijo Kershaw, “Estaré más excitado”.

En 24 días contará. El manager de los Dodgers Don Mattingly ya designó a Kershaw su lanzador del juego inaugural. Con el actual campeón San Francisco visitando el Dodger Stadium, esto provee no sólo, con el debido respeto a CC Sabathia y Justin Verlander, el enfrentamiento más intrigante del día sino el más disputado. Hasta entonces, Kershaw, como dijo Barajas, “siempre tiene una pelota en su mano, siempre ha tenido las botas puestas, siempre está ejercitándose a toda velocidad. Y cuando está en su juego y tiene sus cuatro envíos funcionando, es tan bueno como cualquiera en el juego”. Viniendo de un catcher que recibió regularmente a Roy Halladay, Randy Johnson y Curt Schilling, no es un elogio simple.
Aún más impresionante, fue la expresión de Kershaw cuando Barajas llegó a través de un cambio el año pasado. Su educación, su conciencia, “él ayuda a construir escuelas en África”, dijo Barajas, y necesitaba decir más. “Kershaw dictó una clínica en el área de Dallas, donde creció, para recaudar dinero para Arise Africa, antes del viaje, luego pasó dos día para viajar de ahí a Lusaka, la capital de Zambia.
“Tratamos de darle algo de amor a los niños”, dijo Kershaw. “La mayoría de ellos son huérfanos. Muchos de la generación intermedia, entre los niños y los abuelos, han sido contagiados con SIDA. Ellen se sintió llamada a ir, y lo hizo, yo quería ver lo que ella había estado hablando todos estos años”.
Él irá otra vez, y quizás la próxima vez deberá dejar el Catcher de Lienzo en casa. Kershaw hace todo lo que puede para balancear su vida, el trabajo, la familia y los amigos, su fé se dispersa entre todos. Es una batalla para cada beisbolista, el camino que Kershaw transita necesita sacrificio todo el tiempo.
Después que él y Ellen se casaron este invierno, viajaron a México para su luna de miel. Duró cuatro días. Kershaw debía regresar a casa. Tienen muchos años por delante para ayudar al mundo. El béisbol no podía esperar.


Traducción: Alfonso L. Tusa C.

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