Hay temporadas que son consideradas como el tope de una carrera. En ellas un pelotero lo hace todo por su equipo, desde animar a los compañeros en el dugout hasta discutir con los árbitros. El jugador pareciera estar dotado de una fuerza excepcional que le hace alcanzar logros paralizantes.
Mickey Mantle en 1956, Frank Robinson en 1966, Ted Williams en 1942 y 1947,Joe Medwick en 1937, Roberto Clemente en 1967, George Brett en 1979, son ejemplo de ese tipo de fenómeno que arrastró a un equipo sino a ganar el banderín y la Serie Mundial, por lo menos a ser competitivo. Sin embargo en mi opinión hay un ejemplo ineludible, me refiero a Carl Yatrzemski en 1967. A partir del tercer juego de los
Medias Rojas, el 14 de abril en Yankee Stadium, Yaz empezó a dar muestras de lo que haría aquella temporada. En ese encuentro Billy Rohr llegó al cierre del noveno inning ganando 3-0 y sin permitir imparables. Tom Tresh abrió la entrada con una línea silbante hacia el jardín izquierdo que parecía el final del no-hitter. Yastrzemski
emprendió una carrera vertiginosa y se lanzó con los brazos estirados al máximo para preservar la joya de pitcheo con una atrapada cardíaca que congeló el grito de los aficionados en las tribunas, aunque Elston Howard rompió el hechizo un out después. La importancia del out de Yaz se hizo latente pues hubiese habido corredores en primera y segunda con un out. En el dugout Rohr se acercó a Yastrzemski. “Yaz, despues que hiciste la atrapada, quería lanzar el no-hitter por ti. Fue la atrapada más grande que vi en mi vida”.
Es difícil encontrar una actuación tan destacada en cada aspecto del juego. Ese año Yastrzemski además de ganar la triple corona de bateo (.326 promedio, 44 jonrones, 121 empujadas) fue líder en carreras anotadas (112), hits (189), promedio con gente en base (OBP=.418), slugging (.622). Como jardinero izquierdo fue lider en outs (289),
asistencias (13), su promedio defensivo fue .977. Eso lo valió el guante de oro.
El juego ha mejorado mucho en los aspectos técnicos, sin embargo persiste la pregunta ¿por qué ha pasado tanto tiempo desde que Yaz ganó la última triple corona de bateo, si antes el montículo estaba más alto, la zona de strike era más amplia, y ahora existe el bateador designado?
El propio Yastrzemski dice que estaba más pendiente de ganar con los Medias Rojas que de sus estadísticas. “Le hacía swing fuerte a la pelota y corría durísimo, aunque parezca increíble mantuvo ese ritmo durante toda la temporada de 1967”, declaró Rico Petrocelli, el short stop de aquel equipo. “Ganó la triple corona cuando la temporada
estaba al rojo vivo”, dijo Ken Harrelson, quién llegó a Boston en plena temporada de 1967 para suplantar al lesionado Tony Conigliaro.
“Lo hizo en medio de probablemente, la carrera más grande por el banderín de la Liga Americana”.
“Sin dudas 40 años es mucho tiempo”, ha dicho Yaz. “Si no hubiésemos tenido aquella carrera intensa por el banderín y hubiera pensado en ganar la Triple Corona, probablemente no la habría ganado. Cuando piensas en batear un jonrón, generalmente no lo haces”.
“Para mí es aún el mejor jardinero izquierdo que haya visto”, dijo Harrelson, ahora narrador de los juegos de los Medias Blancas de Chicago. “Lo llamo ‘El Hombre del Renacimiento’, porque representó el renacimiento del béisbol en Nueva Inglaterra”.
Yastrzemski avizoraba desde el left field cualquier seña que captara del manager o los coaches rivales. Cuando comprobaba que eran comandos de robo o bateo y corrido se lo hacía saber a sus catchers y se pasaba el guante por el pecho cuando la seña estaba activa. Así sacaron a varios corredores.
En una ocasión que George Scott fue declarado out en jugada de apelación por haber salido antes que el jardinero tomara el flay de sacrificio, el manager Dick Williams armó un escándalo en el dugout y dijo que hablar con Scott era como hablar con una pared de cemento, al día siguiente Yastrzemski fue a la oficina de Williams y le hizo saber que los peloteros merecían respeto y que si quería decrle algo a Scout ha podido llamarlo a su oficina.
El día que Tony Conigliaro salió herido con un pelotazo del pitcher Jack Hamilton en su ojo izquierdo que lo dejó casi inconsciente, cuando se reinició el juego Yastrzemski le gritó al pìtcher varias veces que tenía que controlar su bola de saliva.
En aquel 1967 la fiebre del béisbol recapturó a la ciudad de Boston cada noche de junio, julio agosto y septiembre. Se podía seguir la narración de los juegos en las voces de Ken Coleman y Ned Martin de semáforo a semáforo, de porche a porche, de negocio a negocio, gracias a la gesta de Carl Yastrzemski y sus compañeros de equipo. Cada noche había un héroe y en más del 50% de las veces ese protagonista fue Yaz.
Él demostró lo que la gracia y la determinación bajo presión atlética podían producir. En los últimos 12 juegos de una encarnizada disputa entre cuatro equipos por el banderín, Yaz bateó de 44-23 (.523), con 5 jonrones, 16 carreras empujadas, 14 anotadas. En los últimos dos juegos bateó de 8-7 y por si fuera poco hizo out a Bob Allison en segunda con un disparo certero para desactivar un intento de rally de los Mellizos en el octavo inning del juego final de la temporada y así ganar el banderín por un juego. En 44 años no se ha vuelto a ver un triple coronado en las Grandes Ligas.
Yastrzemski tuvo un buen coach de bateo: Ted Williams. Ël le sugirió cambiar su estilo de bateo de un bateador de contacto que aprovechaba todo el campo, a un bateador de poder. “Nunca jugué con Yaz”, dijo Williams, cuyo retiro después de la campaña de 1960 permitió a Yastrzemski encargarse de su posición. “Pero (el coach de los Medias
Rojas) Bobby Doerr me dijo que su temporada de 1967 fue la mejor que haya visto y Bobby jugó conmigo por 10 años. En ese año en particular él fue Babe Ruth, Ty Cobb y Honus Wagner a la vez”.
En el juego final de una serie ante los Yanquis, Yastrzemski recibió el día de libre, tenía un slump de 17 turnos sin conectar de hit. En el octavo inning con el juego empatado 1-1 Williams lo sacó a jugar en el left field. En el noveno fue dominado por Al Downing, en el undécimo la sacó de jonrón para darle la victoria 2-1 a los Medias Rojas.
Uno de los 44 jonrones que dio en 1967 fue el de tres carreras que le despachó al zurdo de Minnesota Jim Merritt en el penúltimo juego de la temporada para poner a los patirrojos a ganar 3-2 en un juego que pudo significar la eliminación de Boston.
Mel Stottlemyre, aquel pitcher de los Yanquis dijo una vez que podía escuchar a Yastrzemski llamándose la atención cada vez que iba a batear. “Tengo que ser mejor”:
Esa era la magnitud de su presencia en la alineación de los Medias Rojas, en el clubhouse y en la ciudad de Boston, aquel verano de 1967 cuando los pronósticos se derrumbaron ante el trabajo arduo de un equipo y la determinación de un jardinero izquierdo llamado: Carl Yastrzemski.
Alfonso L. Tusa C.
jueves, 7 de abril de 2011
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