Cameron Smith. 10-05-2011.
Con todo lo retorcido y duro que puede ser un trauma emocional para un deportista de secundaria, es difícil imaginar que alguien haya pasado por algo más fuerte que lo experimentado por Jaydin Goldenstein el mes pasado.
Después de estar alejado un año de su madre, una drogadicta que pasó un buen tiempo en la cárcel y en una casa de cuidados, Goldenstein la acompañó en su lecho de muerte.
De acuerdo a una excelente reseña de Benjamín Hochman del periódico Denver Post, dos días después, aun en medio de su dolor, Goldenstein experimentó lo que puede ser considerado como la actuación individual más grande en el béisbol de Estados Unidos en 2011. En un doble juego de su equipo de secundaria Holyoke (Colo.), comenzó la jornada lanzando sin hits ni carreras, en medio de una victoria 11-0. En el segundo juego bateó 4 jonrones para liderar al Holyoke a una victoria 15-8.
Para hacer el escenario más excitante los dos juegos eran decisivos para la temporada de Holyoke. El equipo necesitaba ganar ambos juegos para ganar el titulo de la liga Lower Platte. Gracias a Goldenstein eso fue posible.
Luego, el adolescente no sabía como reaccionar ante la muerte de su madre y el día histórico que había vivido en el campo de béisbol. Sus emociones encontradas de una larga y turbulenta relación alcanzaron los límites entre la molestia y la angustia.
“Cuando ella empezó a consumir drogas, me daba miedo porque actuaba diferente”, Goldenstein le dijo al Post. “Entonces los policías intervinieron y me dije, ‘¡Que bien!’ No se debería ver policías en la casa cuando se tienen 8 años.
“La disculpé varias veces. Pero ella siguió cometiendo desarreglos. Intentaba llamarme y yo no le hablaba”
Toda esa confusion mental desapareció en seis horas sobre el diamante de beisbol, donde Goldenstein es el rey del pueblo. La estrella del futbol escolar, los equipos de baloncesto y béisbol nunca habían tenido un día deportivo como ese. Probablemente el no lo volvería a tener.
“Sabía que él estaba jugando con mucha adrenalina y emoción”, el padre de Goldenstein, Clint Goldenstein, le dijo al Post. “Ese día dejó salir todas sus emociones. Jugaba el juego que tanto le gusta”.
“Normalmente no pienso en batear jonrones”, dijo Jaydin quien una vez bateó dos jonrones en un juego. “Pero después del tercero, me dije ‘Voy a tratar de batear el otro’”.
Quizás la mejor perspectiva del juego vino del dugout rival, donde el manager del Wray (Colo.) High no podía creer que el mismo jugador había destruido el sólo las esperanzas de ganar el título de su equipo en dos juegos seguidos… en un mismo día.
“Estaba muy feliz por él”, el manager de Holyoke Kyle Bules le dijo al Post. “Hablé con uno de sus entrenadores después del juego, y me dijo: ‘Él logró en un día lo que la mayoría de los muchachos hace en toda su carrera’”. Una carrera en un día, y una vida de altas y bajas en una semana.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
sábado, 14 de mayo de 2011
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