Este domingo 06 de noviembre de 2001, escuchaba el juego entre Caribes y Magallanes a ratos. Iba y venía entre juegos con Miguelín y tareas domésticas. El marcador siempre estuvo a favor de los Navegantes hasta el noveno inning. Alcancé a escuchar que Jean Machí dominó los tres últimos bateadores del inning con corredor en segunda. Me sorprendió que al final del inning anunciaran Caribes 4, Magallanes 4. “¿Y qué pasó aquí?” Entonces me enteré que Eliézer Alfonzo le había desaparecido un jonrón de dos carreras a Machí.
Más allá del béisbol y el deporte, en la vida en general se puede tener el mejor desempeño durante todo un año o cualquiera que sea la duración del trabajo. Sólo basta con que se cometa un error para que todas las miradas se posen sobre el responsable y todos los logros anteriores pasen a un segundo plano. ¿Naturaleza humana? Quizás. Por eso debemos hacer centellear en la memoria el momento cuando nos tocó vivir esa amarga experiencia, justo en el momento cuando otras personas pasan por ella. Sólo así podremos entenderlos y trocar el tribunal por las palmadas en el hombro y un “¡Adelante que tú si puedes!”
Luego vino el boleto de Darwin Pérez y el hit de oro del “pequeño gran hombre” José Altuve que recuperó el triunfo magallanero. Sólo en los comentarios finales escuché a Giner García relatar el vía crucis de Machí. Sin lanzar un solo envío muchas personas en las tribunas empezaron a gritar “Fuera Machí”. Puedo entender que se tengan argumentos sobre la actuación de tal o cual jugador. Sin embargo me parece injusto calificar el trabajo de nadie sin permitirle siquiera empezar a ejecutarlo. Por otro lado si se está del lado de una causa, difícilmente se favorecerán sus objetivos con una actitud intransigente.
El béisbol es un deporte muy duro, puede ocurrir que el mejor pitcher pueda perder un juego con su mejor envío. Ralph Branca, Ralph Terry, Mariano Rivera, Jonathan Papelbon, Francisco Rodríguez, Goose Gossage y muchos otros grandes lanzadores saborearon en algún momento la amargura de la derrota y no por eso dejaron de regresar por nuevos triunfos y grandes actuaciones.
Tratar de concluir que Machí haya tenido una temporada poco exitosa por crisis de control o franqueza en sus envíos, me parece inapropiado cuando apenas van 20 juegos de temporada. Además ha habido ocasiones en que la oportunidad de salvar se ha perdido porque la defensiva falló en realizar los outs (y eso también está dentro del juego).
Recuerdo un juego del año pasado cuando Machí relevaba en el noveno episodio de un juego versus Caracas. Había dos outs y ubicó un lanzamiento en todo el medio de la mitad del centro, como decía Carlitos González, pero el árbitro apreció bola. Al próximo lanzamiento Josh Kroeger se la sacó de jonrón, Caracas empató y luego ganó en extrainning. Por esa razón Machí no dejó de ser un buen cerrador. Lo más importante es reconocer los errores y asumir los retos. De eso, Machí ha demostrado bastante.
Por lo tanto lo menos que pueden hacer quienes piensan que Machí debería dejar de ser el cerrador del Magallanes, es reconocer que es un ser humano como todos nosotros y que además de los errores ha tenido muchos aciertos que se han traducido en victorias magallaneras.
Alfonso L. Tusa C.
martes, 8 de noviembre de 2011
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