Con lanzamientos que los bateadores rivales consideran “difíciles”, el derecho de los Gigantes tiene el potencial para dominar.
John Lowe. Detroit Free Press.
Tim Lincecum, el magnífico derecho de los Giagntes de San Francisco, nació en 1984. Como 20 años después de que Sandy Koufax dejó marca de 25-5 con los Dodgers de 1963, luego en el primer juego de la Serie Mundial ponchó a los cinco primeros Yanquis.
“¿Cómo se puede ser tan sucio?” Preguntó Lincecum. En este caso “sucio” es un sinónimo de “superpoderoso”.
Koufax era sucio de la misma forma que Lincecum es ahora. Tenía una recta durísima, una curva afilada y mucho comando en sus pitcheos y en su esencia competitiva.
Yo era un seguidor de Lincecum cuando me enteré que él era seguidor de Koufax. El padre de Lincecum le transmitió la admiración por Koufax a su hijo.
Cuando hablé con Lincecum, el conocía el estilo de pitcheo de Koufax, pero quería saber más de los logros del hombre que es considerado por muchos como el mejor zurdo de todos los tiempos. Le recité algunos logros:
. Koufax dejó marca de 111-34 en los últimos cinco años de su carrera.
. En cada uno de esos cinco años Koufax lideró la Liga Nacional en efectividad.
. En tres de esos cinco años Koufax ganó el premio Cy Young. Había un solo Cy Young para ambas ligas. En las tres temporadas que lo ganó, Koufax ganó todos los 10 votos de primer lugar de electores de la Liga Americana, así como los 10 de la Liga Nacional. En esas tres temporadas tuvo de 60-60 en votos de primer lugar.
“Eso es insano”, dijo Lincecum al escuchar esto.
Luego le conté a Lincecum que Koufax ganó el séptimo juego de la Serie Mundial de 1965, en Minnesota, 2-0, con dos días de descanso, aún cuando su curva no le funcionó. Dejó a los Mellizos en tres imparables esencialmente a punta de rectas en los últimos episodios. “Ni siquiera sé como catalogar eso, salir adelante con sólo un pitcheo”, dijo Lincecum.
Hay otro punto de Koufax que tiene a Lincecum en ascuas.
“Sus no-hitters”, dijo Lincecum. “Lanzó cuatro. Me gustaría lanzar un no-hitter alguna vez, pero definitivamente estoy lejos de eso”.
“Si pudiera alguna vez, me gustaría sentarme y mirar algunos de sus juegos para ver como atacaba a los bateadores”.
Entonces le dije a Lincecum que Koufax es una de esas figuras inusuales cuya leyenda crece, lejos de palidecer, ante el escrutinio de sus números. Le dije que Koufax fue un caballero y un gran compañero. Dije que Koufax calificaba para unas líneas que escribió David Halberstam sobre el narrador Edward R. Murrow.
“Una de esas raras figuras legendarias que fueron tan buenas como su mito”.
Quizás Lincecum llegue a ese nivel.
La temporada pasada Lincecum tuvo un año grandioso, dejó marca de 18-5 y lideró la Gran Carpa con 265 ponches en 227 innings y una efectividad de 2.62. A los 24 años ganó el premio Cy Young de la Liga Nacional. Koufax no logró eso hasta 1963 cuando tenía 27 años.
Lincecum mostró su promesa como pitcher de primera categoría en Grandes Ligas y tiene el potencial para ser una fuerza dominante en el futuro y posiblemente iguale algunos de los logros de uno de los pitchers más difíciles de la historia del béisbol.
Ademá de su premio Cy Young, su aparición en el Juego de Estrellas y el título de ponchados, Lincecum ocupó el segundo lugar en efectividad en la Liga Nacional, tercero en innings lanzados, primero en ponchados por cada nueve innings (10.51), segundo en porcentaje de juegos ganados (.783) y primero en menos hits permitidos por cada nueve innings (7.22). Sucio, por cierto.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
lunes, 12 de diciembre de 2011
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