lunes, 21 de enero de 2013

Stan Musial: Sustancia sobre excitación

George Vecsey. The New York Times 20-01-2013 Hace falta decirlo una y otra vez, que Stan the Man fue elegido por la revista Life como el mejor beisbolista de la década de postguerra, desde 1946 hasta 1955. Estos eran los años finales de (Joe)DiMaggio y (Bob)Feller, la época de (Ted)Williams y (Jackie)Robinson, los años iniciales de (Willie)Mays y (Hank)Aaron. Stan the Man era considerado el mejor, una mezcla potente de poder y consistencia. En el corazón ácido de Brooklyn, los fanáticos de los Dodgers lo llamaban "that man" (ese hombre") proveyéndolo de un apodo que sobrevivirá su deceso de este sábado 19 de enero de 2013 a los 92 años. ¿Cuan agradable era? En el otoño de 1960, Musial fue escogido por John F. Kennedy para unirse a una campaña en el Medio Oeste. Nadie los llamaba los "estados rojos" entonces, pero había un considerable desdén hacia los demócratas que bajaron del avión, James A. Michener. Arthur Schlesinger, Byron (Whizzer) White, un par de esposas de los Kennedy, Jeff Chandler y Angie Dickinson. "Todos sabíamos que ellos estaban contra nosotros", dijo una pensativa Dickinson hace pocos años. "Por eso nos abuchearon y nos lanzaron objetos. Para eso fuimos a esos estados". Las celebridades se sorprendieron de ver al beisbolista ponerse al frente y recordarle a la multitud, como una vez él se había ponchado en aquel estado, los republicanos lo aplaudieron. Stan the Man también era apreciado en los clubhouses. Cuando yo trabajaba en la biografía no autorizada, "Stan Musial: An American Life", publicada en 2011, viejos rivales recordaron como Musial sabía sus nombres, a pesar de que ellos solo habían estado en las Grandes Ligas pocos dias. Él era un hermano leal, que respetaba a los peloteros negros. En los juegos de estrellas, veía a Aaron, Mays, (Ernie)Banks, et al, sentados en una esquina, tal vez jugando una mano o dos de barajas antes de la práctica de bateo. Musial decía, guardénme un puesto. Su lugar estaba con los bateadores. Los hermanos lo querían por eso. Había jugado en un equipo mixto de baloncesto en Donora, Pa. Una vez en Pittsburgh, el hotel puso un tabique entre los jugadores y el resto de los comensales. Los muchachos, ocho blancos y dos negros, incluyendo a Buddy Griffey de los Donora Griffeys, se fueron. En 1947, Stan declinó dejar de jugar cuando algunos compañeros intentaron no salir al campo contra Jackie Robinson. El pensamiento revisionista dice que Musial no hizo lo suficiente para forzar a los Cardenales a contratar un pelotero negro antes de 1954. Él no era Martin Luther King Jr., para decirlo de alguna manera. Él veía a Jackie Robinson, Roy Campanella y Don Newcombe y le decía a sus allegados que los Cardenales no tenían vida. No ganarían un solo banderín desde 1946 hasta 1964, el año posterior a su retiro. "Finalmente tenemos un left fielder", dijo con una sonrisa. El left fielder era Lou Brock. En esos dias antes del cable e internet, Musial era un ícono debido a la radio, desde el Medio Oeste hasta el Sur y el SudOeste. Su aura se destiñó a través de los años, en parte por el paso del tiempo, en parte porque carecía de alguna clase de excitación. Era un hombre de familia que colocaba sus propias luces de Navidad en su casa de una modesta vecindad. Un amigo mío recordó ir a una tienda por departamentos y ver a Stan y Lil probar unos colchones, rebotando sobre ellos. Eran ciudadanos normales en una ciudad que valoraba la accesibilidad. Alrededor del país la gente se olvidó. La leyenda de DiMaggio incluía rosas en la tumba de Marilyn Monroe. La saga de Williams incluía el aterrizaje forzoso de un jet en llamas durante la guerra de Corea. Esos eran hombres temperamentales, misteriosos, sexy. En 1999, el beisbol lanzó una planilla de votación para elegir a los mejores 25 jugadores del siglo. Los fanáticos del momento votaron por Mark McGwire, y olvidaron a Stan the Man, con su promedio de bateo de .331, 475 jonrones, velocidad y consistencia. Afortunadamente, el Comisionado Bud Selig había designado un equipo de 30 jugadores, incluyendo 5 elecciones del comité para tales omisiones. Musial fue la primera persona incluida, nunca se quejó. En Flyover Country la gente se entretiene con la teoría de que el promedio de fortaleza de los chicos de ambas costas es superado por la solidez de los muchachos de la región central de Estados Unidos. Musial desarrolló su fuerza desde su niñez en Donora, hogar del humo asesino de Halloween de 1948 que mató docenas de personas en el acto y aceleró la muerte del padre de Musial. Lukasz Musial, un inmigrante polaco que trabajaba en los molinos de cinc, nunca se sintió a gusto en esta nueva tierra, pero su hijo, sonriente y atlético, encontró mentores, hombres que le enseñaron como vestirse y estrechar manos y mirar a las personas a los ojos. Quería tener una buena vida. Muchos años después, lucía sacos y corbatas y leía The Wall Street Journal en su oficina del Stan & Biggie’s Restaurant. Musial quería ser un hombre de negocios, no un jefe. Conocía los cortes de carne de la misma forma que dominaba el repertorio de Robin Roberts (le bateó 10 jonrones), Newcombe (11 jonrones), y Warren Spahn (17 jonrones). Por cierto, esos pitchers lo estimaban mucho. En años recientes, Musial lucía visiblemente desgastado, ya no era capaz de conversar o interpretar el “Feliz cumpleaños” con su sinfonía a las damas que iban a almorzar. “Sabíamos esto, fuimos afortunados de tenerlo por 92 años. Pero entonces piensas, nos hubiera gustado haberlo tenido por otros ocho años.”, dijo James J. Hackett este domingo, el antíguo jefe de detectives de San Luis, quien almorzaba regularmente con Musial. Hackett dijo que Musial era muy astuto con la gente y los negocios, detrás de su sonrisa natural. Lil Musial, estuvo en silla de ruedas por 10 años, aun así se encargaba de los oficios de la casa, hasta su muerte el pasado 3 de mayo de 2012. Fueron bien cuidados por sus cuatro hijos y muchos nietos. San Luis sabrá como decir que te vaya bien a su ciudadano más popular de siempre. Nos recordaran porqué él era tan querido y respetado, el jugador de una década, Stan the Man. Traducción: Alfonso L. Tusa C.

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