lunes, 11 de enero de 2016

Al día con Rocky Colavito

Steve Eby. 01-01-2014. Cuando se trata de popularidad en la ciudad de Cleveland, una leyenda local aún prevalece sobre el resto en términos de cariño y respeto. “Es difícil de explicar”, dijo el antíguo jardinero de los Indios, Rocky Colavito. “Muchas personas te recuerdan, y ellos le hablan a sus hijos, y ellos recuerdan también. Definitivamente es un sentimiento maravilloso”. Ahora a los 80 años de edad, Colavito recuerda con alegría su tiempo como beisbolista y especialmente su tiempo en Cleveland, mientras aún disfruta el juego que le dio una prolífica carrera de 14 años. El le presta atención al beisbol, y especialmente a sus Indios, aunque está trasplantado al país de los Filis de Filadelfia. “Hubo un tiempo cuando yo estaba un poco resentido con la organización”, dijo Colavito de la Tribu, “pero ya no más. Todo eso ha cambiado”. Colavito, tambien conocido simplemente como The Rock, mantiene un lugar especial en los corazones de los aficionados de Cleveland así como un lugar único y extraño en la historia de la franquicia. La leyenda local dice que el cambio de 1960 que envió a Colavito lejos de los Indios a cambio del jardinero de los Tigres, Harvey Kuenn empavó a la organización y esa es la razón la Tribu tenga una sequía de 65 años sin ganar el campeonato. “Esa es una de las falacias de todos los tiempos. Terry hizo un buen trabajo”, dijo un sonriente Colavito del libro de 1994 del autor Terry Pluto, The Curse of Rocky Colavito: A Loving Look at a 33-Year Slump. Colavito fue enviado a los Tigres el 17 de abril al final del entrenamiento primaveral cuando la Tribu jugaba un último juego de calentamiento en Memphis, Tennessee. “Lo supe durante un juego en primera base”, recuerda Colavito. “Fue el último juego durante el entrenamiento primaveral”. La manera como Colavito supo del infausto cambio es una historia aparte. “El manager, Joe Gordon, fue a primera base y me dijo que fui cambiado”, dijo Colavito. “Él dijo, ‘Has sido cambiado a Detroit por Harvey Kuenn y quiero desearte toda la suerte del mundo’. Yo estaba impactado. Pensé ‘Oh, ¿cierto? Me están cambiando y ¿quieres desearme toda la suerte del mundo?” La reacción de Colavito al cambio tiene versiones opuestas. “Todo lo que pude pensar en decir fue, igual para ti”, dijo Colavito sin dudar. “Tres palabras…Igual para ti”. “Igual para tí” no fue el reporte que le dieron al público. “El día siguiente, leí el periódico y ellos quería hacerme quedar mal. Decían que yo le dije a Joe Gordon, ‘¿Kuenn y quien más? dijo Colavito. “Yo nunca dije eso. Nunca hice eso. Hubo muchas cosas que nunca dije que ellos dijeron que había dicho. Querían hacerme lucir mal ante los aficionados de Cleveland, pero estos nunca lo creyeron. Yo nunca diría algo como eso. Harvey era un tremendo pelotero. Era el lider de la liga en bateo con .353. Nunca diría eso aún si hubiese sido un pelotero de menor categoría. Ellos trataron de hacerme lucir como el demonio”. El cambio de Colavito causó un escándalo entre los aficionados de Cleveland, porque el alto, bien parecido Colavito con un cañón en el brazo había sido uno de los favoritos de los aficionados mientras Kuenn era visto como un movimiento colateral cuando mucho. Colavito era tan poderoso como cualquier pelotero de la élite de jonroneros de la Liga Americana para ese momento que incluía a futuros inquilinos del Salón de la Fama como Mickey Mantle, Al Kaline y Harmon Killebrew. Un juego especial durante la temporada anterior al cambio sobresale del resto, The Rock realizó un impresionante despliegue de poder en Baltimore el 10 de junio de 1959. Colavito impresionó a la multitud del Memorial Stadium esa tarde al descargar cuatro jonrones en un juego, empató la marca de Grandes Ligas con otros siete hombres para el momento. Colavito sabe que ese fue su mejor momento como pelotero, pero desea que no hubiese ocurrido. “Ese no hubiese sido (el juego más grande) si yo hubiera estado en un ganador del banderín y hubiéramos ganado un banderín o tal vez la Serie Mundial”, dijo Colavito. “Pero ese es el juego que recuerdo más. Lo recuerdo claramente. Batear cuatro jonrones en un juego…¿cuantos lo pueden hacer?” La respuesta a la pregunta de Colavito en la actualidad es 16, con el antíguo toletero de los Rangers de Texas, Josh Hamilton como último en lograrlo en 2012. En otro juego que sobresale del resto, Colavito casi igualó su histórico logro cuando regresó a Cleveland como miembro de los Tigres en julio de 1962. “El segundo mejor juego fue cuando yo estaba con Detroit, recuerda Colavito. “Bateé tres en fila contra Cleveland, en Cleveland. Ahora, ¿Dónde más querrías hacerlo sino en Cleveland? Todos me conocían, y diablos, algunos estaban pujando por mí tan fuerte como por sus propios jugadores. Le bateé dos a Pedro Ramos y uno al relevista Frank Funk, entonces trajeron a uno que lanzaba por el lado del brazo, especialista en sinker, Bill Dailey. Cuando fui a batear por cuarta vez, me dije que sería la única persona en la historia en hacerlo dos veces. El único hasta ese momento. Le bateé un lanzamiento hacia el segundo piso, ese batazo fue tan bueno como cualquier pelota que bateé ese día. Y me quedé ahí mirando como se fue desviando. Fue foul por 15-20 pies. En el próximo lanzamiento bateé hacia el segunda base. Así que no lo conseguí”. El poder de estruendo de Colavito no sorprendió a nadie en el estadio ese día, Colavito era un jugador estrella quién lideró la liga en jonrones y terminó entre los primeros 10 más votados para el jugador más valioso en tres de las cuatro temporadas previas. “Yo no estaba buscando batear jonrones”, dijo Colavito. “Buscaba batear la pelota tan duro como pudiera y tan lejos como pudiera. Y eso fue lo que hice”. Ciertamente lo hizo. Colavito descargó su poder con su talento natural, dado por Dios, la cual es la razón por la que está irritado con el problema de drogas de mejoramiento de actuación que ha tenido el beisbol en las dos décadas pasadas. “Ellos son tramposos”, dijo Colavito sobre los usuarios de esteroides. “Ellos hacen trampa. Cuando yo jugaba, nunca oi de esteroides. Había cortisona, y ese es un esteroide pienso. Pero la palabra esteroide nunca era usada”. “Imagínate un bateador de poder de mi tiempo, y puedo hablar con propiedad, durante la temporada bateábamos pelotas hacia la cerca que eran atrapadas a un paso de la pared. Hoy esas pelotas están 30 filas arriba. Lo que me molesta más es que, y digo esto con modestia, en mi mejor año bateé 45 jonrones. Ahora, viene un tipo y digamos Sammy Sosa batea 60 tres veces. Mark McWire batea 70. Barry Bonds batea 73. Eso nosh ace parecer como fuésemos mediocre y estábamos entre los cinco mejores jonroneros. Resiento eso. No quiero reconocimientos, pero no pienso que éramos mediocres. Pienso que muchos de nosotros nos sentimos de esa manera”. Luego de retirarse en 1968, Colavito co-administró un negocio familiar por varios años y eventualmente regresó y fue coach y narrador con los Indios durante los años ’70. “Teníamos una planta d hongos”, dijo Colavito de su negocio familiar. “Todos pensaban que era una granja de hongos. Una planta de hongos son edificios, y no quiero decir que eran de concreto, la de nosotros era de bloques de madera. Mi suegro era el propietario. Él era el dueño de los edificios y la propiedad y teníamos una sociedad con el propósito de cultivar hongos. Ambos trabajábamos mucho, pero él era el dueño. Él era el experto. Me enseñó todo lo que sé. Pero eso no era lo mio. Una vez él me dijo, ‘Encárgate Rock. Me quiero retirar’. Le dije que no. Véndela que voy a tratar de regresar al beisbol. Y lo hice”. Hoy en día, Colavito pasa el tiempo en su hogar de Pennsylvania y practica su otra pasión de toda la vida, la cacería. “Amo cazar”, dijo Colavito. “Aún cazo…Todavía soy capaz, hasta ahora, con la ayuda de mi hijo, Steve. Corto la grama en mi campo, tengo un campo de venados, mantengo tres edificaciones. Me mantengo ocupado con eso. Hay que cortar la grama al menos una vez a la semana, cada vez que siento que debe hacerse”. Durante la temporada de 2013, para su cumpleaños 80, Colavito hizo un receso en su otra pasión para regresar a Cleveland para una ceremonia especial de cumpleaños realizada en Progressive Field. Los aficionados le dieron la bienvenida a The Rock con una inmensa ovación y Colavito aun aprecia a los aficionados quienes le adoraron por tanto tiempo. “Siempre he sentido que esta es mi ciudad”, dijo Colavito con un brillo en los ojos. “Amo a Cleveland. Es mi ciudad favorita del mundo. Y esa es la honesta verdad de Dios”. Traducción: Alfonso L. Tusa C.

No hay comentarios: