miércoles, 17 de febrero de 2016
Sauveur reflexiona sobre su exitoso período como coach de pitcheo
Brendan McGair/ Pawtucket Red Sox. 26-09-2014. MiLB.com
A pesar de doblarlos en edad, Rich Sauveur tiene mucho en común con los numerosos pitchers AAA quienes fueron confiados a su cuidado durante su exitoso período de siete años como coach de pitcheo de los Medias Rojas de Pawtucket.
El hombre de 50 años esperaba por un trabajo a nivel de Grandes Ligas.
Sin embargo, la prosecución del sueño de Sauveur no ocurrirá en Boston, esa es la razón por la cual renunció a seguir con Pawtucket en el playoff. Sauveur se va a continuar su carera en otra organización, cierra un capítulo sin amargura o resentimiento, sino con la reflexión de que era el momento de un cambio.
Sauveur deja un cuerpo de trabajo que figura para funcionar bien en el futuro. El cuerpo bajo su tutela produjo dos Pitchers Más Valiosos de la International League (Charlie Zink en 2008, Anthony Ranaudo en 2014), y la edición de 2010 marcó la única vez que el cuerpo tuvo una efectividad colectiva por encima de cuatro. Sauveur deja McCoy Stadium con un curriculum que debe abrir muchas puertas.
Contactado temprano esta semana en su dirección de Florida, Sauveur dijo que hay una gran parte de él que desea poder haberse quedado con los Medias Rojas. Escalar esa cota final con la organización lo habría colocado en la misma categoría que los Ranuados del mundo, pero resulta ser que las estrellas no estaban alineadas para ese tipo de aterrizaje suave.
“(Los Medias Rojas” me dieron sus razones y las entendí 100 porciento. Ellos querían alguien con experiencia a nivel de Grandes Ligas”, dijo Sauveur. “Llega el momento cuando debes tomar una decisión y pensé que era hora”.
Juan Nieves se convirtió en el quinto coach de pitcheo diferente de los Medias Rojas durante la estadía de Sauveur con Pawtucket. De acuerdo a Sauveur, él nunca fue entrevistado por Boston, un movimiento que en algunos círculos pareció curioso considerando las fuertes relaciones de trabajo que él había cultivado con casi cada brazo con el que contaban los Medias Rojas.
Las razones de porque los Medias Rojas escogieron mirar en cualquier dirección excepto la de Sauveur solo fueron articuladas ante él alrededor del receso del Juego de Estrellas luego que él informara al personal del equipo que un comienzo fresco era probablemente lo mejor.
“Despues de siete años, sentí que tal vez iré a otro lugar y empezaré de nuevo”, dijo él. “Fue muy duro porque si yo quería ser un coach de pitcheo de AAA, pienso que tendría el mejor trabajo en el beisbol. Los Medias Rojas son una organización muy buena, probablemente la mejor donde haya estado. Hasta los Medias Rojas de Pawtucket, ellos se convirtieron en familia. La parte más dura fue probablemente dejar a esos muchachos”.
“No puedes complacer a todos, pero tal vez si yo pudiera haber tenido una entrevista aquí o allí, por lo menos sabría lo que estaban pensando de mi”, continuó Sauveur. “Me parece que eso ayudó a tomar mi decisión. Los Medias Rojas no hicieron nada malo, pero todo lo que aprendí salió cuando anuncié que me iba y pregunté porqué no conseguí esa entrevista”.
Desde John Farrell hasta Nieves y cualquiera entre ellos, Sauveur dice que disfrutó una fuerte y productiva relación de trabajo con los coaches de pitcheo de Boston. El ahora antiguo supervisor de los pitchers de Pawtucket compartió como felicitó a Nieves luego de inicialmente batallar con la idea de que una vez más había sido dejado de lado.
“Juan se lleva bien con todos y él es el tipo apropiado para el trabajo, no hay duda de eso”, dijo Sauveur. “Él ha ganado un amigo y vamos a estar en contacto. Si consigo un trabajo en Grandes Ligas, él recibirá llamadas telefónicas mías”.
A Sauveur le preguntaron si sus creencias sobre como manejar un cuerpo de pitcheo AAA se ajustaban a la filosofía de los Medias Rojas.
“Muy, muy cercana. Me veo como una persona llevadera y pienso que los muchachos hicieron un gran trabajo en Pawtucket de acuerdo a lo que yo quería. Pienso que trabajamos muy bien con los cátchers para planificar el juego, lo cual es muy importante. Quieres que los pitchers confíen en los ctachers”, dijo Sauveur. “Nuestros planes de juego era muy simples y tenía que ser así porque si te empeñas en profundizar en detalles, es sobrecargar al pitcher en lo que trata de lograr. Preguntábamos, ‘Atacamos al bateador con rectas o le pitcheamos basura?’”
“Como coach de pitcheo de ligas menores, sigues las reglas implementadas por el coordinador de pitcheo y el director de granjas y hasta de personas de arriba como el coach de pitcheo de Grandes Ligas. Ellos hablan acerca de que hacer con los muchachos una vez que llegan a cierto nivel”, dijo Sauveur sobre la cadena de mando que él siguió. “Si yo quería introducir algo, preguntaba, ‘Hey, pienso que deberíamos hacer esto’. Pero era su decisión y esa es la forma como debe ser”.
Comprensiblemente, Sauveur tenía un archivo para cada pitcher de los PawSox. Sauveur tenía en su programa información de ajustes mecánicos o reflexiones sobre el lado mental.
“Tuve que aprender a adaptarme a los cambios de dirección que puede presentar el nivel AAA porque cada individuo es diferente. Hay tipos que están cerca de llegar a las Grandes Ligas y hay otros que han estado en la mayores y fueron enviados abajo”, dijo Sauveur. “A un tipo como (el relevista) Alex Wilson, yo podía decirle cualquier cosa y el podía manejar la realidad. Esos son los tipos más fáciles para interactuar. Con los tipos quienes se molestan porque no logran lo que querían en cierto período de tiempo, tienes que saber que camino tomar. ¿Sabes lo que es ir diciendo las cosas poco a poco?”
Hubo muchos puntos altos acompañados de su bajos durante la estadía de Sauveur con los PawSox. Llevar a Zink, quien como Sauveur en sus días de jugador activo era un practicante de la bola de nudillos, a lograr los topes de su carrera en efectividad y juegos ganados en 2008 inmediatamente sobresale. Zink llegó a esa temporada con una efectividad de 4.34 en siete temporadas de ligas menores. Ese año él tuvo marca de 14-6 y efectividad de 2.84.
En 2011, Sauveur se apareció con una rutina de calentamiento que le agradó a Clay Buchholz y se la planteó a Andrew Miller. Además de implementar unos pocos ajustes en la mecánica de Miller, Sauveur fue capaz de encarrilar al talentoso y para el momento descontrolado zurdo por el camino correcto. Hoy en día, Miller es uno de los mejores relevistas zurdos de la Liga Americana.
“Notamos que cuando Andrew hacía el windup estaba rotando mucho la parte superior del cuerpo. Fue sugerido que él comenzara el windup sobre la marcha y ahí fue cuando su control mejoró 100 porciento”, dijo Sauveur. “Sabíamos que él podía pitchear. Era asunto de poner todo junto”.
Indiscutiblemente, el mejor momento de Sauveur llegó en 2009. Buchholz estaba lanzando sobrado en AAA, aún tuvo que enfrentar varios obstáculos para regresar a la rotación de Boston. (¿Recuerdan a John Smoltz y Brad Penny?)
“Tenía que encontrar la manera de mantener a Buchholz feliz en AAA cuando él ya había lanzado un no-hitter en las mayores y dominaba a los bateadores aquí, pero no había espacio para él”, recordó Sauveur. “¿Cómo mantienes a un tipo sano lanzando como lo hacía él?”
En el transcurso de su estadía con los PawSox, Sauveur vio un cambio sustancial en la conformación del cuerpo de lanzadores de AAA. Cuando Sauveur empezó, la rotación consistía de antiguos grandeligas como Bartolo Colón, y pitchers que habían dejado de ser prospectos como Zink, David Pauley y Devern Hansack. Esta temporada representó un gran contraste con Pawtuckest mostrando un grupo de veinteañeros en quienes los Medias Rojas esperan puedan convertirse en colaboradores confiables para mejorar.
“Al estar alrededor de Ranaudo, Hemnry Owens, Brandon Workman y Matt Barnes en los entrenamientos primaverales estos últimos años y oir lo que ellos hacen en Clase A y AA, los he visto crecer”, dijo Sauveur. “Me gustaba tener a los Colón y Hansack porque ellos hacían más fácil mi trabajo. Ellos sabían lo que tenían que hacer. Los muchachos jóvenes son donde necesitaba trabajar para ganar mi dinero”.
Owens dijo, “Rich no cambió nada de lo que yo hacía. Él solo me decía que me mantuviese consistente. Si yo tenía dificultades o lo hacía bien, él me recordaba que soy humano.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
lunes, 15 de febrero de 2016
Entrevista con el antiguo Atlético de Oakland y Ranger de Texas, Jim Umbarger.
CocoCrispaAfro,com. 2015
1.- Empecemos por el principio, usted fue drafteado por los Indios de Cleveland pero optó por ir a Arizona St. ¿Qué le llevó a esa decisión?
Tuve un gran último año en la secundaria; pero solo tenía tres ofertas de becas universitarias, ASU, USC, y UCLA. UCLA no tenía un programa muy bueno, pero disfruté conocer al entrenador asistente Glen Mickens (quien ahora está retirado en Hawaii llevando libros de anotación de beisbol). Casi firmé con USC, pero le había enviado una carta a Bobby Winkles (luego fue manager de los Atléticos en el ’77), quién tuvo al entrenador asistente Fred Nelson investigándome, y me ofrecieron el pasaje completo. Yo había leído el artículo de Sports Illustrated de 1967 acerca del campeonato nacional de ASU y sabía que ahí era donde quería ir.
Los Dodgers habían llamado y hablaron con mi mamá la semana antes del draft y le dijeron que si yo estaba disponible para su primera escogencia (en la ronda 20) ellos me tomarían; pero su scout de Florida los convenció de escoger a Rick Rhoden.
Antes del draft, el editor deportivo del periódico del periódico de la secundaria me preguntó por quién quería ser seleccionado, mi respuesta fue, “Cualquiera menos los Bravos y los Indios”, Ambos eran terribles en esa época. El día del draft yo estaba en clase de química cuando una buena amiga se asomó en la ventana de la puerta mostrando dos dedos por la segunda ronda y colocando cuatro dedos sobra la boca. Mi corazón se hundió, el doble impacto de no estar en la primera ronda, y ser escogido por Cleveland. Cuando llamó su scout para decir que quería reunirse conmigo, le dije que no se molestara, yo me iba a la universidad. Pero él fue a visitarme y me ofrecieron 20.000 $ y 8.000 $ para la universidad, un chiste, Mi tercera y última temporada en ASU me corté el pie y perdí mi velocidad, así que los Rangers me escogieron en la vuelta 16 ( Pienso de 356). Pero Harley Anderson, su scout, me había seguido por cinco años y sabía que yo mejoraría. Firmé por 15.000 $, más 7.500 $ de incentivos. Mi pie se curó, lancé muy bien en el Pittsfield AA y lo conseguí todo un año después.
2.- Usted hizo su debut de Grandes Ligas con los Rangers de Texas en 1975…El primer bateador que enfrentó fue el futuro inquilino del Salón de la Fama, Rod Carew. ¿Puede explicarnos el cúmulo de emociones que debió sentir?
Lo recuerdo vívidamente; día inaugural en casa, 28.000 personas en Arlington Stadium; mi papá voló desde Los Angeles (fue cerca de su cumpleaños). Perdíamos 7-1 con un out y corredor en primera en el séptimo. Naturalmente, estaba muy nervioso. Traté de prepararme para lanzar y mi rodilla izquierda no dejaba de temblar (Pensé que de seguro me iban a cantar un balk). Primer pitcheo, curva perfecta en la esquina, pero el árbitro (Bill Haller9 la cantó bola. Segundo pitcheo, la misma cosa…justo en la esquina, bola dos. Pienso que es una liga ruda y que si ellos no van a cantar esos pitcheos en strike, no tengo vida. El apodo regular de la curva era “Uncle Charlie” (No sé porqué). La míaera tan buena que Dave Nelson la llamaba “Lord Charles”. Y Earl Weaver en un evento formal de primavera en el ’81 que Steve Stone, y Blyleven y yo teníamos las tres mejores curvas de la Liga Americana. Yo habría agregado la curva de Tanana. La de Bert fue la mejor que ví…¡parecía romper dos veces! Tanana hizo la mejor transición que recuerde. Al lanzar tanto a través de su cuerpo, era claro para mí que más temprano que tarde su brazo sufriera consecuencias, pero cuando eso ocurrió el aprendió la disciplina para mantener la pelota baja y cambiar velocidades muy bien. Deseo haber sido así de inteligente.
Lancé una recta adentro al cinturón y Carew la rodó por segunda para el out forzado. Dos outs, Lyman Bostock está en el plato. Le hago los mismos tres pitcheos, dos grandes curvas en la esquina que fueron cantadas bola, y una recta a las manos para un roletazo a segunda. Inning terminado, recibí una larga ovación de pie mientras salía del terreno. P.D. Carew me bateó de 22-3 en su carrera y terminó no jugando contra mí.
…Y ¿tuvo una buena relación con el manager Billy Martin?
Normalmente los managers no tienen relaciones estrechas con los peloteros, es difícil despedir, cambiar o dejar libre a los amigos.
Billy era un genio en el terreno y un maniático fuera de el. Recuerdo unas pocas veces que iba temprano al clubhouse y lo veía en la mesa de masajes con tres o cuatro bolsas de hielo encima de él. Complejo regular de Napoleón con algo de muchacho italiano de mamá mezclado con el tipo rudo. Pero Billy no tenía miedo de usar los novatos, Sundberg y Hargrove fueron los ejemplos principales. Nuestros primeros juegos de la primavera del ’75, volamos a Ciudad de México para jugar con los dos mejores equipos de allá. La primera noche relevé para iniciar el quinto o sexto inning y ponché los primeros cuatro bateadores que enfrenté e hice los siguientes dos outs. Tuve una gran primavera, 16 innings, 16 ponches, 4 boletos. ¿Un zurdo controlado? Oh, oh, cuidado. Pero Ken Holtzman lo hacía parecer la cosa más fácil, 5 o 6 curvas, 70-80 rectas abajo y afuera, lanzamientos que terminaban en elevados al jardín central. Dudo que alguna vez sudara. Muy malo que se haya retirado antes de tiempo debido al exceso de viajes. Hablando de sudor… en un juego nocturno de agosto del ’76, perdí 7 kilogramos en dos horas, me cambié la sudadera tres veces. Luego que terminó la temporada, me fui a uno de esos restaurantes de carnes en Dallas que ofrecía como todo lo que quiera y comí ensalada, pan, papas horneadas, y más de seis filetes de huesito. Solo dejé de comer porque se estaba haciendo tarde.
Pero el peor manager para quien jugué fue Billy Hunter en el ’78. Mi temporada del ’77 fue horrible, pero trabajé duro ese invierno levantando pesas y bebiendo merengadas proteícas, llegué al campamento listo para impresionar. Corbett lo notó y él y Hunter hicieron una apuesta de 100 $, Corbett decía que yo haría el equipo, y Hunter (el manager quien toma la decisión) que ¡no lo haría! El día inaugural en Ft. Lauderdale contra los Yanquis, me midieron en 93 millas, y dominé su alineación titular (Reggie, Rivers, Munson, White, Piniella) por tres innings. Continué teniendo una gran primavera, e hice el equipo.
3.- Usted fue cambiado a Oakland antes de la temporada de 1977…¿Usted tuvo algún contacto con Charlie Finley durante ese tiempo? ¿Cuál fue su experiencia con el uniforme de los Atléticos y como se sintió cuando lo enviaron a las menores esa misma temporada… fue debido a las lesiones?
Antes de responder quiero declarar que era evidente que había muchos tipos jóvenes talentosos, Mitchell Paige, Wayne Gross, Rob Picciolo, Rick Langford, Mike Norris, Bob Lacey. Una de las experiencias más agradables que tuve fue con Richie Allen una mañana dominical sentado en el dugout, él usaba un traje de tres piezas y hablaba de su mamá. Siempre lo recordaba por una frase suya de los años ’60, que él amaba jugar, solo deseaba que los asientos del estadio estuviesen vacíos. Yo me había lesionado el tendón del codo en Royals Stadium en mayo del ’76, y no había sanado por completo. Sin saberlo, tenía un caso serio de depresión.
Charlie hizo el cambio por mí porque lancé un gran juego (que perdí 1-0 en 11 innings) una noche de junio del ’76, en Chicago, que fue transmitido por la tv local. No estaba en mi mejor momento en la primavera del ’77 y había “vientos de cambio” en el aire. Todavía no había firmado mi contrato y el presidente de la Liga Americana, Lee McPhail fue a Pompano para hablar conmigo por alguna razón. Hay que recordar que la libre agencia fue creada en julio del ’76 (estuve en la reunión de Filadelfia), firmé esa primavera por cuatro años y mucho dinero, inventé la cláusula del bono de dinero por ser cambiado, y dos meses después recibí 25.000 $. Resulta ser, que fui un jugador de alquiler, Charlie y Brad Corbett tenían un prearreglo de que los Rangers me tendrían de vuelta al terminar la temporada. Tuve alguna discusión con la asociación de peloteros sobre si debía recibir otros 25.000 por ser vendido de vuelta a Texas, y de acuerdo al contrato, pude haber ganado, pero no quería romper el bote, así que no procdimos en esa dirección. Es un gran juego, es un negocio rudo.
4.-Estuvo involucrado en el juego de beisbol profesional más largo (33 innings) en el cual lanzó 10 episodios en blanco. ¿Puede explicarle a los lectores esa locura y los altibajos emocionales que debió haber tenido en esos dos días?
La noche más loca de todas, luna llena, viento frío soplando desde la izquierda, el juego estaba programado para las 7:30 pero un problema con las luces lo retardó hasta las 8:00. El montículo estaba desajustado, así que lancé todos los 10 innings fuera de paso, y tenía bastante en la pelota. Soy nocturnal, así que llegar al juego a las 2 a.m., era mi territorio. Dos horas y ocho minutos después, pasaron diez innings más y los árbitros finalmente suspendieron el juego (teníamos un juego a la 1 p.m., 9 horas después). ¡Dave Huppert recibió los primeros 31 innings! (¡intenta agacharte por casi ocho horas!). En 2006 el equipo de Pawtucket hizo un reencuentro para los 25 años, con limosinas, buen hotel, gran refrigerio (con presentación Power Point de fotos y música de 1981), y un juego donde nos presentaron en el campo por posiciones.
5.- Finalmente…¿Cómo ha sido la vida de Jim Umbarger después del beisbol? ¿No está un poco loco por el golf?
Si, mucho; aunque el término apropiado sería fanático o adicto. He jugado en más de 400 torneos de celebridades por caridad (los mejores fueron organizados por Frank Quilici en Minneapolis). El próximo año será nuestro 30mo. torneo anual aquí en Phoenix, el cual Lou Klimchock y yo iniciamos hace tiempo. Fui afortunado en sincerarme conmigo para lograr los pasos para convertirme en instructor profesional a tiempo completo. Y en 2009-10 escribí un libro de 280 páginas acerca de la horrible instrucción de golf que prevalece. En 2013 escribí una autobiografía de 150 páginas (solo para mi propia diversión). En caso de que alguno de los lectores se haya preguntado porque tantos pitchers se dedican a jugar golf, aquí está mi razonamiento. El beisbol es maravilloso, pitchear es maravilloso. Pero los pitchers están frustrados por depender de la defensiva, de la ofensiva, y de los árbitros y managers en la definición de su destino. El golf es un juego de responsabilidad personal, cada golpe y cada anotación depende de el individuo, lo cual disfrutan los pitchers.
En 2014 vi mucho The Late Late Show con Craig Ferguson (y Geoff). Esta próxima toma es de él y no aplica a los lectores quienes han llegado hasta aquí, pero en caso de que ellos tengan algunos amigos con rango de atención corto, aquí están algunas lecturas recomendadas… Of Mouse and Man, Five Shades of Grey, A Tale of One City, y mi favorite personal – The Grape of Wrath.
Antiguos grandeligas del comité de Arizona quienes colaboran con nuestro torneo anual de golf, Ethan Blackaby, Cisco Carlos, Jack Heidemann, el antes mencionado Lou Klimchock, Leon Brown, Kevin Kobel, Ken Rudolph, Bart Zeller.
Hoy en día retirado, y de 62 años, mi vida gira alrededor de Maggie mi collie australiana de 16 años, el más inteligente, más sensible, cariñoso, rápido ser que haya conocido. Juego algunos torneos de celebridades, veo una tonelada de programas de crímenes de la vida real, y le grito a los políticos estúpidos. Para mantener mi mente en forma resuelvo sudoku de nivel experto.
Un logro importante de mi vida lo extraeré de mi autobiografía personal. El cumplido más alto que haya recibido ocurrió a finales de mayo de ese añó. Para ustedes aficionados al beisbol, presten atención aquí: si ustedes no son aficionados al beisbol, pueden obviar el resto de este párrafo. En 1970 y 71, yo era un pitcher de beisbol muy bueno en la secundaria. Durante mi último año en el ’71, tuve el honor de que casey Stengel fuese a verme lanzar en tres juegos distintos. Lancé bien esos juegos (y la mayoría de los otros), y me informaban usualmente después que Casey había asistido. Desafortunadamente, mi equipo, los U.S. Grant High School Lancers (de Van Nuys, California), perdió nuestro playoff semifinal en los playoff de la ciudad de Los Angeles de mediados de mayo. Para ese momento yo fue reclutado para jugar beisbol universitario en UCLA y USC (Sur de California para ustedes sureños). Asistí al juego de campeonato que fue jugado en Dodger Stadium y durante el tercer inning, mi cita, Kathy Brigham, y yo empezamos a subir por el espacio entre las tribunas para visitar la exposición de los concesionarios. Resultó que Justin Dedeaux y Casey estaban sentados unas pocas filas más arriba de donde estábamos sentados. Justin era el reclutador de USC y me había estado contactando para que jugara con ellos. Justin me ve y dice, “Hola Jim, hay alguien aquí que me gustaría que conocieras. Jim, este es Casey Stengel. Casey, este es Jim Umbarger. Casey, hemos hablando con Jim acerca de jugar para USC y pensamos que algún día él será un buen pitcher”. La respuesta simple e inmediata de de Casey fue, “Él ya lo es”. Yo estaba anonadado entonces, y todavía lo estoy. Cuando Casey falleció en octubre de 1975, lloré. Y nada de lo que alguien me haya dicho, o me dirá, podría superar el comentario de Casey, espontaneo, desde su corazón. Gracias “Ol’ Perfessor”. He llorado unas pocas veces en diferentes etapas de mi vida ante el maravilloso cumplido y memoria de un gran tipo”.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
miércoles, 10 de febrero de 2016
Esquina de las Barajitas: Phil Regan y su bola de saliva
Bruce Markusen. 17-01-2014. Detroit Tigers.
A través del año, estaré examinando algunas de las barajitas de beisbol más notables de peloteros y managers de los Tigres de Detroit. Examinaremos una variedad de barajitas (y las personas que hay en ellas) que han salido desde que empezó la era de Topps en 1952.
Para empezar, la barajita de 1964 del pitcher de los Tigres, Phil Regan, nos ofrece una mirada a una clásica Topps de los años ’60. Primero, es una foto de entrenamiento primaveral, completa, con cielo azul claro; Topps viajaba a cada campamento cada primavera para procurar fotos de perfil y otras imágenes de poses para sus colecciones anuales. (Las fotos de acción no llegarían hasta 1971). Segundo, el uniforme de Regan nos da alguna idea de la moda beisbolera de ese tiempo. Mientras Regan adopta una clásica pose de pitcheo, manos sostenidas arriba de la cabeza mientras aprieta una pelota imaginaria, también se nota que usa un sweater grueso debajo del uniforme. Aunque raramente vemos peloteros lucir así en la actualidad, el sweater debajo del uniforme era un uso común de los peloteros durante los años ’60.
Sospecho que los peloteros hacían eso por dos razones. El clima de Florida podía ser un poco frío a principio del entrenamiento primaveral, así que el sweater proveía algo de calor adicional. Y si un pelotero necesitaba desprenderse de unas libras durante la primavera, podía quitarse el sweater durante los ejercicios y esperar sudar algo del exceso de peso. Y en el caso de Regan, él podría haber usado ese sweater para guardar una sustancia de contrabando. Hablaremos de eso más adelante.
Ocho años antes de que esta barajita fuese impresa, la carrera profesional de Regan empezó en la organización de los Tigres. Un producto de la Wayland Union High School de Michigan, donde destacó en tres deportes, él firmó con los Tigres en 1956 y empezó a forjarse su camino gradualmente en el sistema de granjas de Detroit. Hizo paradas en lugares como Jamstown, Durham, Birmingham, y Denver antes de llegar finalmente a los Tigres en 1960. Los Tigres le dieron una mirada de mediados de temporada al espigado joven de 23 años, lo usaron en el bullpen y la rotación. No lo hizo bien, permitió que se embasaran 95 corredores en 78 innings mientras dejaba un record de 0-4 y efectividad de 4.50.
Aún así, los Tigres vieron algo en Regan para confiarle el papel de abridor ocasional y relevo largo en 1961. Tuvo dificultades en una temporada de expansión donde los bateadores de la Liga Americana dominaron a sus contrapartes del pitcheo. Regan caminó a casi tantos bateadores como los que ponchó y vio su efectividad empeorar hasta 5.25.
Con un repertorio que incluía una recta que se hundía y slider, Regan mejoró mucho en 1962 y ’63, mientras los Tigres le daban más oportunidades en la rotación. Lanzó 171 innings en 1962, y bajó su efectividad en más de una carrera. La temporada siguiente, ganó 15 juegos y ponchó 115 bateadores, mientras emergía como el tercer abridor detrás del as Jim Bunning y el zurdo Hank Aguirre.
A los 26 años de edad, Regan parecía haberse establecido en el comienzo de una larga pasantía en la rotación de los Tigres. Sorpresivamente, la temporada de 1964 trajo disgusto. Él lanzó tan pobremente que empezó a perder terreno ante dos jóvenes abridores, Mickey Lolich y Denny McLain. Al ganar solo cinco de 15 decisiones, Regan vio su efectividad subir hasta 5.03.
La situación empeoró en 1965. Regan lanzó de manera inefectiva en 51 innings y se ganó un boleto de vuelta a la pelota AAA. Mientras lanzaba para el equipo filial de los Tigres en Syracuse, Regan aprendió a lanzar otro pitcheo, más específicamente una pelota de vaselina. El pitcheo ilegal, el cual Regan y los Tigres trataron de disimular lo mejor posible, le dio movimiento adicional en la zona de strike. Años después, el relevista de los Cardenales, Al Hrabosky confirmó que Regan lanzaba un envío conocido como “slippery elm”.
Aún con la bola de vaselina (o bola de saliva) añadida a su repertorio, los Tigres no estaban conformes. Desanimados por los dos años de mala racha de Regan, lo pusieron en el mercado. En las reuniones invernales de 1965, ellos hicieron un trato, enviaron a Regan a los Dodgers por el infielder utility Dick Tracewski. Aunque Tracewski estaba cerca de iniciar una larga asociación con los Tigres como jugador y entrenador, ese fue un trato que los Tigres lamentarían a corto plazo, dado el resurgimiento de Regan.
Además de la adición de la bola de saliva, los Dodgers también hicieron un cambio importante a Regan que revitalizaría su carrera. Lo movieron hacia el bullpen, donde emergió como el nuevo as de relevo de Walter Alston. Apareció en 65 juegos, tuvo efectividad de 1.62, alcanzó un impresionante WHIP de 0,93, y lideró la Liga Nacional con 21 salvados. Quizás tan significativo como eso, ganó 14 juegos y perdió solo uno para ayudar a los Dodgers a ganar el banderín de la Liga Nacional. En varias ocasiones él llegaba a juegos donde los Dodgers estaban empatados o perdían, rápidamente veía a los Dodgers tomar la delantera, y entonces se apuntaba la victoria. Debido a esa tendencia su compañero de equipo en los Dodgers, Sandy Koufax, empezó a llamarlo “El Buitre”. El colorido apodo se quedaría con él por el resto de su carrera.
Aunque algunos observadores usaban en apodo despectivamente, los periodistas formales de la Liga Nacional sentían de otra manera. Votaron por él para terminar séptimo en la elección del jugador más valioso, por detrás de Juan Marichal y delante de Hank Aaron, Matty Alou y Pete Rose. Esa elección completó una temporada que también vio a Regan ganar el premio Regreso del Año mientras ganaba un lugar en el equipo de estrellas de la Liga Nacional. También apareció en su primera y única Serie Mundial, lanzó un inning en blanco como relevo.
Regan no pitcheó tan bien en 1967 y perdió su papel de as de relevo ante Ron Perranoski. Aún así le dio a los Dodgers 96 innings de relevo decente y mantuvo su efectividad debajo de 3.00. También incrementó su fama de lanzador de una pelota de saliva. De acuerdo a un artículo de Sports Illustrated, aproximadamente un cuarto de los pitchers de las ligas mayores lanzaba la pelota de saliva en 1967. El artículo indicaba los principales practicantes, Don Drysdale, Gaylod Perry, Bob Shaw, y por supuesto, Regan. Al contestar una pregunta acerca de su reputación como pitcher de la bola de saliva, Regan dio una respuesta colateral: “No puedo venir y decirte que ahora lanzo la bola de saliva”, le dijo Regan al reportero, “pero diría: No la uso tanto como muchos piensan”.
Aunque la bola de saliva mejoró la efectividad de Regan, Perranoski se había establecido claramente como el nuevo as de relevo delante de su compañero. Para abril de 1968, los Dodgers sintieron que no podían darse más el lujo de tener dos relevistas de alta calidad para los últimos innings. Los Dodgers enviaron a Regan y el toletero Jim Hickman a los Cachorros por el jardinero Ted Savage y el pitcher derecho Jim Ellis. Al darse cuenta de lo que tenían, los Cachorros convirtieron a Regan en su cerrador y lo vieron salvar 25 juegos para el final de la temporada. Por eso ganó su segundo premio Apagafuegos del Año.
El año de 1968 también trajo controversia. Durante un relevo de tres innings en un juego a finales de agosto, el árbitro principal Chris Pelekoudas gritó repetidamente a Regan, le pidió ver varias de las pelotas que lanzaba el derecho. Como siempre, Regan insistió en que estaba lanzando su slider, la cual él decía que podía romper tanto como 15 pulgadas, y no era una pelota de vaselina o de saliva.
Regan siguió efectivo en el papel de as de relevo en 1969, aún cuando los Cachorros desperdiciaron la considerable ventaja que tenían a mitad de temporada sobre los Mets. Siempre el caballo de batalla, Regan apareció en 71 juegos y acumuló 112 innings. El manager Leo Durocher lo usaba con mucha frecuencia, lo desgastaba y dañaba su actuación durante la carrera por el banderín.
La temporada de 1969 puede haberle pasado factura a Regan. El año siguiente, empezó a mostrar un declive significativo. Eso era comprensible, por el exceso de trabajo y el hecho de que había cumplido 33 años. Mientras su efectividad se desvanecía, el pasó a labores de relevo largo y permaneció ahí hasta junio de 1972, cuando los Cachorros vendieron su contrato a los vecinos Medias Blancas. Al aparecer en solo 10 juegos durante las siguientes siete semanas, Regan determinó su despido incondicional de los Medias Blancas. Ese movimiento terminó su carrera de 13 temporadas, lo dejó en 96 triunfos, 92 salvados, y una respetable efectividad de 3.84.
Al terminar sus días de jugador activo, Regan permaneció en su estado nativo de Michigan y empezó a trabajar como entrenador principal en Grand Valley State University. Permaneció allí hasta 1982, cuando regresó a la escena de las Grandes Ligas como coach de ligas menores con los Marineros. A partir de ahí, él fue scout con los Dodgers y entonces encontró su nicho como coach de pitcheo de Grandes Ligas, primero con los Indios, luego los Orioles y Cachorros. Su punto culminante como técnico fue un breve período como manager de Baltimore en 1995. También dirigió un poco en los niveles bajos del sistema de granjas de los Tigres.
Es difícil de creer, pero Regan aún enseña el juego. Más allá de su retiro, el hombre de 76 años continua trabajando en el sistema de granjas de los Mets. Como coach de pitcheo de los Mets de St. Lucie, él ha trabajado con Matt Harvey, Zach Wheeler, y Noah Syndergaard, los tres valiosos derechos quienes representan el futuro de la rotación de los Mets en Nueva York.
Me gustaría saber si Regan les dio lecciones de cómo lanzar la pelota de vaselina. Los viejos hábitos son difíciles de purgar.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
jueves, 4 de febrero de 2016
Jay Ritchie, leyenda beisbolera de Rowan County, fallece a los 80 años.
Mike London. Miércoles, 6 de enero de 2016. Salisbury Post.
En el último juego de la temporada regular el lanzó para los Dragons de Granite Quarry High en 1955, Jay Seay Ritchie ponchó 20 bateadores de Rockwell y permitió solo un hit en una victoria 7-1. Eso fijó la barra alta, pero Ritchie se superó en la próxima salida. Esa fue en la apertura de una serie de playoff de tres juegos, el campeón de Rowan County, Granite Quarry contra el campeón de Cabarrus County, Hartsell, por el título Granite Belt Conference. Ritchie lanzó sin hits ni carreras, ni boletos y ponchó 19.
Cuando Hartsell venció a Granite High en el Webb Field de Concord en el segundo juego de esa serie, detuvo una seguidilla de 29 juegos ganados de los Dragones, pero el entrenador Bob Fink envió a Ritchie al montículo para el decisivo tercer juego. Ritchie ponchó 15, y los Dragones, quienes también tenían al catcher Virgil Bernhardt y el campocorto Doug Lingle, ganaron el campeonato fácilmente.
Ritchie bateó .392 como jugador de último año y se mantuvo invicto en el montículo por segundo año seguido.
Ritchie, quien falleció este martes 5 de enero, le dejó muchas memorias a muchas personas. El humilde muchacho granjero, el menor de siete hijos, lanzó dos no-hitters seguidos para Granite High en su tercer año en 1954.
Ritchie era un tipo atlético quién también tuvo muchos logros en la cancha de baloncesto de la secundaria. Las estadísticas de su último año son impresionantes. Anotó 553 puntos en una temporada de 20 juegos. Lo mantuvieron por debajo de 20 puntos solo dos veces y anotó 30 o más siete veces. Cuando él se graduó, fue reconocido como líder anotador de todos los tiempos de Rowan County con 1325 puntos
Ritchie tenía planes de llevar sus habilidades atléticas a la universidad de Esat Carolina donde iba a jugar ambos deportes.
Los scouts de beisbol, había muchos en los juegos de él en su año final de secundaria, le dijeron que se olvidara de East Carolina y se diera una oportunidad en el beisbol profesional.
Major League Baseball no empezó a draftear peloteros hasta 1965. Antes de eso, los scouts buscaban talento en todas partes y podían firmar peloteros quienes habían terminado la secundaria. Ritchie recibió ofertas de los Yanquis de Nueva York y los Medias Rojas de Boston.
A él le gustaba el scout Mace Brown y escogió a los Medias Rojas de Boston. Recibió poco dinero, y para 1956 ya lanzaba en el profesional en Lafayette, Ind. Se casó con su novia de la secundaria, Shelby Jean Burwell, luego de esa temporada.
Lafayette fue el inicio de el largo viaje de ligas menores de Ritchie, Entonces solo había 16 equipos de Grandes Ligas, y cada uno de esos 16 tenía un inmenso número de equipos granjas. También había más niveles que avanzar por aquellos días, Clase D, C , B, A, AA y AAA, para llegar a las mayores.
Ritchie lo hizo bien en su debut en Lafayette (9-6, 3.15 de efectividad), pero todo lo que consiguió fue un movimiento lateral a otro equipo Clase D de los Medias Rojas en Corning, N.Y., para la temporada de 1957.
Le fue bien en Corning (11-10, 2.52 de efectividad) y saltó al Raleigh Clase B para 1958. Allí le fue muy bien, 8-2. 2.62, y alcanzó la pelota Clase A en Allentown, Pa., para finales de temporada.
Desde 1959 hasta 1963 los resultados de Ritchie fueron positivos, pero el progreso fue lento. Había un debate en la organización de Boston sobre si él debía ser usado como abridor o relevista. Era usado en ambos frentes mientras lanzaba para los equipos AAA de los Medias Rojas en Minneapolis y Seattle.
Consiguió su primera oportunidad en 1964, cuando el gerente general de Boston Mike “Pinky” Higgins estaba en el estadio cuando Ritchie hizo una aparición de relevo largo en Seattle y ponchó 16 bateadores. Eso llevó a que fuese llamado por los Medias Rojas el 31 de julio. Tenía 28 años de edad.
Debutó el 4 de agosto de 1964. Eso fue un martes contra los Mellizos en el Metropolitan Stadium de Minnesota. Los Mellizos habían castigado con rudeza al abridor de Boston, Bill Monbouquette en los primeros dos innings. Ritchie fue enviado a iniciar el tercer contra el toletero Harmon Killebrew.
Killebrew bateó un sencillo sobre el montículo, pero Ritchie estuvo brillante, cuatro innings, dos imparables, cero carreras, y los Medias Rojas habían hallado un relevista.
Ritchie fue un baluarte en el bullpen de Boston en los dos últimos meses de la temporada de 1964 y lanzó en 44 juegos como relevo para Boston en 1965.
Los Medias Rojas cerraron un trato con los Bravos, quienes se estaban mudando a Atlanta desde Milwaukee, el 11 de enero de 1966. Los Medias Rojas enviaron a un jugador a ser nombrado después, Anold Earley y Lee Thomas a los Bravos por Dan Osinski y Bob Sadowski. Ese jugador a ser nombrado después resultó ser Ritchie. El chiste entre los periodistas deportivos era que Ritchie había sido cambiados por “un par de Skis”, Dan y Bob.
Ritchie estaba emocionado porque iba a jugar en Atlanta, mucho más cerca de su hogar, pero los Bravos lo enviaron al Richmond AAA al inicio de la temporada.
Él dominó en Richmond (1.73 de efectividad). En julio, fue llamado a Atlanta, e hizo las mismas cosas que había estado haciendo para los Medias Rojas. Relevo largo. Relevo medio. Relevo corto. Su mejor pitcheo era la curva. Su slider no era mala, y su recta baja producía roletazos.
Él era un relevista natural. Podía calentar muy rápido, podía lanzar con efectividad en días consecutivos, y podía venir del bullpen a lanzar strikes. La guía de los Bravos publicada en 1967 decía que Ritchie tenía dos C que lo amparaban, control y coraje.
Su encuentro más cercano con la fama en 1966 fue darle boleto a Willie Mays de San Francisco, y luego sorprenderlo en primera base.
La temporada de 1967 produciría el legado más duradero de Ritchie para el beisbol, una destacada ruta de éxito en mayo.
Lanzando en el quinto inning el 5 de mayo contra los Rojos de Cincinnati, Ritchie permitió un doble con un out a Pete Rose. Luego retiró a los siguientes dos bateadores para dejar a Rose varado. Entonces él retiró el sexto inning por la vía del 1-2-3.
Su próxima aparición llegó en Filadelfia contra los Filis el 10 de mayo. Enfrentó cuatro bateadores, los retiró todos. En realidad fue acreditado con cinco outs, porque un Fili quien estaba en base cuando él entró al juego fue atrapado robando.
El 12 de mayo, Ritchie entró en el octavo inning de un juego en Pittsburgh contra los Piratas. Los Piratas fueron retirados a paso de conga, y Ritchie había sacado a 12 bateadores seguidos.
El 16 de mayo en Atlante fue el mejor día de Ritchie en el beisbol profesional. En un inning el bateó su único triple en las Grandes Ligas. También retiró 16 Mets de Nueva York en fila. Llegó al juego en el cuarto inning y logró un ponche para dejar corredores varados en primera y tercera. Luego dominó a 15 bateadores seguidos para terminar el juego. Ponchó cuatro.
Eso completó 28 bateadores retirados por Ritchie, un juego perfecto más uno, aunque un juego perfecto ejecutado en un período de 12 días.
Él siempre estuvo orgulloso de ese logro y recordaba que cuando su seguidilla de bateadores retirados finalmente terminó el 20 de mayo contra los Piratas, fue un error que la detuvo. Tampoco permitió imparable ese día. Enfrentó siete bateadores. Hizo cinco outs. Caminó intencionalmente a un octavo bateador para enfrentar al pitcher.
Los últimos juegos de Ritchie en Grandes Ligas fueron como miembro de los Rojos de Cincinnati en 1968. Los Rojos tenían un cátcher novato llamado Johnny Bench, así que esos fueron días memorables. La efectividad de Ritchie en 167 apariciones en MLB, 165 en relevo, fue 3.49. Tuvo marca de 8-13 y ponchó 212 bateadores. Si el pitcheara hoy, estaría haciendo unos millones de dólares al año.
Ritchie también lanzó en 504 juegos en las menores y ganó 94 veces.
Ritchie terminó su carrera lanzando en AAA en 1969 y 1970, tratando de conseguir una oportunidad más en las mayores.
Cuando los Bravos le ofrecieron un trabajo como scout en 1971, él aceptó. Escauteó las Carolinas para ellos por tres años, pero cuando los Bravos quisieron expandir su territorio, el declinó porque quería estar con su familia.
Se convirtió en vendedor y vendió muchos carros en Rowan County. Sin duda, hizo más dinero de lo que ganó en el beisbol donde su salario anual más lucrativo fue menos de 30.000 $.
Sus compañeros incluyeron a Hank Aaron, Carl Yastrzemski, Rose y Bench, y él será recordado por muchos por su papel en los Bravos en su temporada de debut en Atlanta.
Siempre dijo que Roberto Clemente de Pittsburgh fue el mejor bateador que enfrentó y que Willie Stargell de Pittsburgh fue el más temible.
Ritchie dijo que no tuvo ninguna dificultad con Mickey Mantle, y cuando se mira su record, él no tuvo dificultades con mucha gente.
Ritchie entró al Salón de la Fama de los Deportes de Salisbury-Rowan en 2004.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
Nota del traductor: Jay Ritchie jugó en LVBP en la temporada 1965-66 con los Leones del Caracas: 9 J, 8 I, 2 C, 3 G, 1 P, 42.2 IP, 34 HP, 13 CL, 19 K, 10 B, 2.74 EFE. Y en la 1969-70 con los Navegantes del Magallanes: 4 J, 2 I, 1 G, 2 P, 16.0 IP, 14 HP, 7 CL, 8 K, 7 B, 3.94 EFE. Como bateador en ambas temporadas: 15 VB, 2 H, 1 CI, 1 B, 3 P, .133 PROM.
En la temporada 1969-70, Ritchie ganó para Magallanes el juego que les dio la clasificación al play off semifinal ante los Tiburones de La Guaira, 6-4 el 13 de enero de 1970 en el José Bernardo Pérez de Valencia. También ganó el sexto juego de la serie semifinal ante los Tigres de Aragua, 9-0, el 27 de enero de 1970 en Valencia, con esa victoria Magallanes accedía a la final. El 1 de febrero de 1970 Ritchie venció 2-1 a los Tiburones de La Guaira en el estadio Universitario de Caracas para concretar el primer campeonato del Magallanes en quince años. En la Serie del Caribe efectuada en Caracas, Ritchie dejó en un imparable a los Tigres del Licey de Rico Carty, Manuel Mota y Cesar Cedeño, los venció 4-0 el 7 de febrero de 1970. El imparable de Elvio Jimenez en el quinto episodio fue lo único que separó a Ritchie del juego perfecto.
Recordando al antiguo manager de los Mets, George Bamberger
Brian Joura. Mets360.com. 24-11-2010.
Mucho se ha dicho de Terry Collins y su conducta “feroz”. Es un cambio marcado con su predecesor, Jerry Manuel, y una diferencia de lo que los Mets tienen usualmente como manager. De hecho, ¿quién fue el último manager de los Mets que pudiera ser descrito de esta manera? Quizás Dallas Green. Revisemos los managers recientes de los Mets y busquemos una palabra para describirlos.
Manuel – flácido
Willie Randolph – paranoíco
Art Howe – torpe
Bobby Valentine – egomaniaco
Green –dinosaurio
Jeff Torborg – despistado
Mike Cubbage – ¿Estuvo lo suficiente en el cargo para conseguir una palabra?
Bud Harrelson – asustado
Davey Johnson – ganador
Frank Howard – alto
George Bamberger – desinteresado
Todas las descripciones previas de alguna manera u otra tienen sentido para un manager de Grandes Ligas, pero desinteresado parece una de las últimas palabras que uno usaría para describir a un hombre empleado para dirigir un equipo en Nueva York. ¿Dónde estaba la diligencia de Sandy Alderson cuando Bamberger fue contratado?
Bamberger se hizo cargo de los Mets para la temporada de 1982 y fue una contratación celebrada para ese momento. Él no jugó mucho en Grandes Ligas, pero Bamberger se mantuvo lo suficiente en las menores para ganar 213 juegos y tuvo mucho éxito luego de retirarse como jugador activo.
Él debutó en Grandes Ligas con los Gigantes de Nueva York en 1951 y apareció en siete juegos entre el ’51 y el ’52 con el equipo que creció aupando como niño en Staten Island. Bamberger terminó su carrera de Grandes Ligas en 1959 con los Orioles y se quedó en la organización como coach.
Bamberger se hizo famoso como coach de pitcheo de los Orioles, un trabajo que mantuvo de 1968 hasta 1977. En ese período, él entrenó a 18 ganadores de 20 juegos, incluyendo al famoso grupo de 1971 el caul incluyó a cuatro pitchers que ganaron 20 juegos (Jim Palmer, Mike Cuellar, Dave McNally y Pat Dobson). Los Orioles fueron tres veces a la Serie Mundial durante la gestión de Bamberger.
Los Cerveceros escogieron a Bamberger como su manager para la temporada de 1978. El año previo, Milwauke tuvo marca de 67-95. En su primera temporada con Bamberger, los Cerveceros dejaron marca de 93-69, lo cual mejoró la previa mejor marca de la franquicia de 76 triunfos. Bamberger fue seleccionado Manager del Año por The Sporting News por su trabajo en su temporada de novato como dirigente.
En 1979 repitió el desempeño, los Cerveceros ganaron 95 juegos. Sin embargo, las cosas se descarrilaron la temporada siguiente, cuando Bamberger afrontó una cirugía de bypass quíntuple. Renunció durante la temporada, pensaba que su carrera en el beisbol había terminado.
Sin embargo, el gerente general de los Mets, Frank Cashen, recordaba a Bamberger con agrado por sus días con los Orioles y buscó a su amigo para que regresara al terreno. Bamberger estaba dudoso, pero un contrato de 250.000 $ le dio todas las razones que necesitaba para regresar. Además, los Mets tenían su entrenamiento primaveral cerca de su casa de Florida y Bamberger aún tenía familiares viviendo en Staten Island, así que eso parecía una buena opción para él.
Los Mets parecían venir en ascenso luego de sufrir años difíciles de beisbol después del cambio de Tom Seaver a mediados de 1977. Se vieron fuertes en una breve carrera de la segunda mitad por la corona del este de la Liga Nacional, la cual fue la solución de cómo manejar la pérdida de más de seis semanas de la temporada de 1981 debido a la huelga de peloteros.
Adicionalmente, los Mets llevaron una pizarra de última generación para la temporada de 1982. Y el equipo estaba emocionado con la llegada de George Foster desde los Rojos. Foster venía de una temporada de 150 de OPS+ y era visto como un pilar ofensivo. El duo de Foster y Kingman le iba a dar a los Mets una de las ofensivas más temidas de la Liga Nacional.
Aún así, el pitcheo dejaba mucho que desear, lo cual hizo más impresionante la contratación de Bamberger.
Sin embargo, ni un mago podía producir ensalada de pollo de las versiones de 1982 de Pete Falcone, Charlie Puleo, Craig Swan, Mike Scott y Randy Jones.
Para crédito de Bamberger, los Mets tuvieron una arrancada decente. Tuvieron marca de 10-10 en abril y luego de un fuerte mayo en el cual marcaron 17-10, estuvieron solo 3.5 juegos detrás de los líderes divisionales, los Cardenales, para el 1 de junio.
Pero todo se desplomó de manera espectacular desde ahí en adelante. Los Mets jugaron pelota de .333 en los últimos 114 juegos de la temporada, incluyendo un agosto de 5-24 el cual fue peor que cualquier mes de los Mets de 1962 y estuvo entre los peores de la historia del equipo, si no es por el julio de 4-25 del equipo de 1963.
Los Mets de 1982 fueron un equipo extremadamente decepcionante en la mayoría de los frentes. Craig Swan tuvo marca de 11-7 y efectividad de 3.53 pero el cuerpo de pitcheo fue un desastre. Nueve lanzadores hicieron al menos cinco aperturas para el equipo, y cada uno de ellos también lanzaron desde el bullpen, hasta Swan hizo 16 apariciones en relevo, mientras Bamberger ensayaba constantemente con la rotación.
Los Mets terminaron undécimos en efectividad en una Liga nacional de doce equipos pero hasta esa actuación fue mejor que lo que hicieron los bateadores esa temporada. Los Mets terminaron empatados en el último lugar con un OPS+ de 84. Mientras Kingman lideró la liga con 37 jonrones, Foster fue una decepción colosal, al batear .247 con 13 jonrones y 70 carreras empujadas en 151 juegos.
Bamberger regresó para la temporada de 1983, pero renunció luego que el equipo abrió la temporada con marca de 16-30 y perdió nueve de sus últimos 10 juegos. Él dijo de su renuncia. “Probablemente sufrí demasiado”.
Una de las muchas razones del pobre inicio de los Mets en el ’83 fue la decisión de Bamberger en segunda base. En el ’82 un Wally Backman de 22 años llegó y tuvo un OBP de .387 en 96 juegos. Backman solo empezó tres juegos antes de ser enviado a las menores a mediados de mayo. En su lugar, Bamberger colocó a Brian Giles, quien tuvo .308 de OBP y .298 de SLG.
Bamberger terminó su carrera con los Mets con marca de 81-127. Su .389 de porcentaje de victorias fue aun peor que la marca de .405 de Joe Torre en 706 juegos.
Los aciertos del régimen de Bamberger son pocos y de lejos intermedios. Elevó a cerrador a Jesse Orosco y le enseñó a Carlos Díaz su famosa “Staten Island sinker”. Días fue luego el anzuelo principal que trajo a los Mets a Sid Fernandez.
Él también fue el primer manager de los Mets que escribió el nombre de Darryl Strawberry en la alineación, pero eso fue más debido a las circunstancias que a cualquier otra cosa, los Mets promovieron a Strawberry más como un movimiento de relaciones públicas que cualquier manejo de Bamberger para llevarlo al equipo.
Cuando Bamberger llegó a la escena, rápidamente estableció reglas para hacer de los Mets un equipo más profesional. Una de las críticas a Torre era que él no mantenía un barco disciplinado y Bamberger fue traído para restaurar el orden. Entre otras cosas, él implantó políticas que eliminaron los perros y los niños del clubhouse y requirió que los peloteros usaran saco y corbata.
Nada de eso ayudó a los Mets a jugar mejor beisbol. Se espera que cuando Collins traiga su enfoque profesional a los Mets, obtenga mejores resultados que Bamberger.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
martes, 2 de febrero de 2016
Conversación con Latroy Hawkins: Pequeñas Ligas y salud del brazo.
Jake Shapiro. Baseball in General. 20-05-2015.
Recientemente me senté con Latroy Hawkins, el veterano lanzador de los Rockies. Hawk fue drafteado y firmado por los Mellizos de Minnesota en 1991, e hizo su debut de Grandes Ligas el 12 de abril de 1995. Ahora él ha tenido más de mil apariciones en MLB pero no ha olvidado sus raíces del beisbol juvenil.
Cuando el equipo de Chicago, Jackie Robinson West llegó a las finales de la Serie Mundial de Pequeñas Ligas el verano pasado, Hawkins, Melvin y Justin Upton, Torii Hunter y Wesley Wright, donaron dinero para que los familiares pudieran ir a ver a sus muchachos jugar. Esta primavera Hawkins reflexionó sobre su carrera en un artículo hecho en ESPN. Dijo del beisbol menor “Cuando yo estaba creciendo le dije a mi mamá que quería jugar en un equipo que viajara y ella me preguntó ‘¿Cuanto cuesta eso?’ En ese entonces dije que era como 600 dólares. Las Pequeñas Ligas era 25 $, y 45 $ en total con mi hermano porque nos dieron un descuento de 5 $. ¿Qué piensas que iba a decir mi mamá? ‘Jugarás en las Pequeñas Ligas’”.
Estoy en la directiva de North Boulder Little League, y entiendo la importancia del beisbol menor, asi que pienso que sería interesante hacerle a Hawkins algunas preguntas acerca de cómo los jugadores de pequeñas ligas podían aprender de él para hacer que sus brazos se mantuviesen sanos.
Jake Shapiro (JS): ¿Qué posiciones jugó en las pequeñas ligas?
LaTroy Hawkins (LT): Yo quetcheaba, jugaba shortstop, jardín central y lanzaba. Jugaba cuatro posiciones diferentes, dependiendo de quien lanzara ese día se determinaba la posición que iba a jugar.
JS: ¿Cuál era tu posición favorita?
LT: Es divertido, mi posición favorita era cátcher. Me gustaba quetchear porque siempre era parte de la acción. Fui cátcher hasta que tuve 14 años de edad. Yo tenía un scout que me decía, no puedes lanzar y batear, es mucho desgaste para tu brazo.
JS. ¿Pîensa que haber sido cátcher mientras crecía influenció en el ángulo de su brazo?
LT: No pensaba en eso cuando estaba quetcheando, eso ni siquiera importaba en cualquier cosa que yo hiciera, solo tomaba la pelota, si un corredor salía hacia segunda base yo lanzaba allí tan duro como podía.
JS: Como pitcher ¿Cuáles envíos lanzaba en las pequeñas ligas?
LT: Cuando era pequeño lanzaba puras rectas, hasta los 13 años. Cuando fui a la liga de más edad, tuve la oportunidad de empezar a lanzar envíos quebrados, una curva.
JS: ¿Qué técnicas aprendió en las pequeñas ligas que todavía usa hoy?
LT: Esa es difícil porque no tuve un coach de pitcheo hasta que firmé para jugar beisbol profesional. La única técnica que tengo, que siempre tendré, es ser atlético. Cuando yo era más joven, ser atlético me ayudó a mantenerme a pesar de no tener coach de pitcheo apropiado, ni la mecánica y cosas como esas.
JS: ¿Cuáles piensas que son los hábitos más importantes que deben aprender los jugadores de pequeñas ligas?
LT: Trabajo de equipo, practicar como se juega, y más práctica porque el beisbol es uno de esos deportes donde tienes que salir y jugar. Tienes que hacer la repetición, tienes que repetir. Repetir tu swing, repetir tu mecánica, repetir tu mecánica de cómo vas a fildear la pelota, repetir tu mecánica de cómo vas a lanzar la pelota, repetir tu mecánica de cómo vas a atrapar la pelota. Pienso debes practicar. Tienes que practicar.
JS: ¿Cuales son los lanzamientos más importantes que según usted deben aprender los jugadores de pequeñas ligas?
LT: El lanzamiento más importante es la recta porque ese es el pitcheo número uno, tienes que tener control de ella antes de lanzar otras cosas. Todos quieren hacer parecer que es un asunto de velocidad, pero la velocidad sin control no significa nada. No lanzas tan duro pero puedes colocar tus pitcheos donde quieres, pienso que eso es más un logro que lanzar duro y disperso. Pienso que tratar de controlar tu recta es importante.
JS: Siempre hay conversaciones acerca de como lanzar curvas puede lesionar tu brazo cuando eres joven. ¿Usted cree que un pitcheo específico puede lesionar a los muchachos?
LT: Estoy seguro de que muchas personas más inteligentes que yo han tratado de responder esa pregunta. Pienso que eso depende del muchacho, pienso que algunos muchachos que tienen 10, 11, y 12 años son más maduros y sus cuerpos son más fuertes que otros chicos de 10, 11, y 12 años. Hay que observar al muchacho y ver si él puede experimentar con un lanzamiento quebrado.
JS: Si pudiera darle un consejo a un jugador de 12 años de edad cual sería?
LT: Si quieres jugar beisbol, tienes que trabajar mucho. Pero por otro lado lo que sea que hagas en la vida va a requerir de mucho trabajo. Sea en los estudios, o el trabajo. Lo que sea que hagas va a necesitar de mucho trabajo, y vas a tener que salir y hacerlo. Tienes que entender que habrá muchos días malos, pero los días malos no sobrepasaran tus días buenos, eso es seguro. Pero tienes que salir y trabajar.
MLB junto a USA Baseball tiene un gran programa para que los niños mantengan sus brazos sanos. Es llamado Pitch Smart, ellos usan “una serie de recomendaciones prácticas, apropiadas para ayudar a los padres, jugadores y entrenadores a evitar las lesiones por sobreuso y garantizar carreras largas y sanas para los pitchers jóvenes”.
JS: ¿Cómo ha sido capaz de mantener su brazo sano a través de su carrera?
LT: Pienso que simplifiqué mi mecánica a temprana edad, puse menos tensión en mi hombro y mi codo con mis lanzamientos. Pienso que eso me ha ayudado a mantenerme relativamente sano a través de mi carrera.
JS: ¿Qué tipo de ejercicios hace en el receso entre temporadas?
LT; He realizado muchos ejercicios en el curso de mis 25 años en el beisbol. Fui haciendo ajustes. Cuando era más joven, hacía muchos ejercicios, a mitad de carrera reduje la intensidad, y hacia el final de mi carrera todo lo que hago son pesas. Hago un ejercicio de kilogramo y medio para hombros, funciona para mis escapulares y trapecios, y la parte frontal del hombro, y los bíceps. He hecho algo de cada cosa.
JS: ¿Cambió la manera como se ejercitaba cuando era lanzador abridor, comparada a la de ahora como relevista?
LT: No, siempre me ejercitaba, hacía mis carreras. Nada cambió, solo mi cuerpo.
JS: En un día típico cuando lanza, ¿Qué tipo de preparación hace usted antes de pitchear, y después de pitchear cuales cosas que hace para mantenerse sano?
LT: Hago rutina de estiramiento antes de ponerme hielo, luego pongo calor en mi brazo. Si lanzo, inmediatamente después que salgo del terreno, hago pruebas de esfuerzo y me ejercito con nuestro entrenador. Fortalezco mi hombro, y luego ellos sacan la sangre mala de mi brazo y ponen sangre buena en él. Entonces enfrío mi codo y hombro. Pongo mi brazo en un balde de hielo, la cual es la vieja usanza. Eso es cada vez que lanzo, sin condicionales, peros, bueno, malo, indiferente, esa es mi rutina posterior.
JS. ¿Cual es la lesión más ruda con la que ha lidiado y como se sobrepuso a ella?
LT: La única lesión mayor que he tenido en mi carrera ocurrió en 2010. Tuve cirugía de hombro. Tenía 20 años de carrera cuando eso ocurrió, y no sabía que hacer. Me estaba desgastando mentalmente porque nunca había estado en la lista de incapacitados por un tiempo tan prolongado. La cirugía fue un desgaste mental. Le hice varias preguntas al doctor muchas preguntas acerca de lo que necesitaba hacer para prevenir otra cirugía, y mantenerme sano el resto de mi carrera. En cuanto a mi hombro, le pregunté al doctor por cuanto tiempo iba a tener que hacer rehabilitación y él dijo que el resto de mi carrera. Esa cirugía fue solo el 10 % de la solución, que yo fuese a la clínica e hiciera rehabilitación fue el otro 90%. Fue duro, especialmente las primeras dos semanas cuando no podía levantar el brazo, y ellos te obligaban a hacerlo. Sabes que es por una buena razón, pero aún así duele.
JS. Hay un aspecto de biomecánica en esto, ¿su doctor le dijo que cambiara la manera como lanza?
LT: No, el no me dijo que cambiara nada, me dijo que eso era producto del uso y el desgaste.
Gracias a Latroy Hawkins por su tiempo, es una de las personas más agradables con quien he compartido. Siempre es agradable ver a un grandeliga a quien le importa el juego, y a quien le gustaría hacer al beisbol mejor para las generaciones venideras. Es muy evidente que Hawkins quiere tener un impacto en la juventud beisbolera. Latroy Hawkins está cerrando su carrera este año con los Rockies, será agradable observarlo, en el montículo y en la comunidad.
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
lunes, 1 de febrero de 2016
Walt Williams, jardinero conocido como No Neck, fallece a los 72 años
Bruce Weber. 27-01-2016. The New York Times.
Walt Williams, un jardinero de alta energía, y bate alegre quien jugara para cuatro equipos de Grandes Ligas pero que probablemente era más conocido por su físico que le ganó el apodo No Neck, falleció este sábado 23 de enero en Abilene, Tex.
La causa fue un ataque cardíaco, dijo su esposa Ester.
Williams jugó la mayor parte de su carrera con los Medias Blancas de Chicago. Él empezó en Houston, terminó con los Yanquis y jugó una temporada en Cleveland. Era popular con los fanáticoa dondequiera que iba.
Como Pete Rose, él jugaba con un entusiasmo cafeinado, corría con toda su alma en cada pelota bateada, salía corriendo hacia su posición al comenzar cada inning y tambien corría hacia primera base luego de recibir una base por bolas, aunque eso no ocurría muy a menudo. Dispuesto a batear siempre, rara vez veía la cuarta bola, nunca más de 26 veces en una temporada.
Inusulmente para un bateador tan agresivo, él no se ponchaba mucho tampoco, solo 211 veces en una carrera de 10 años que incluyó 2555 apariciones al plato, solo 8.3 porciento del tiempo. (En comparación, el promedio de las Grandes Ligas en 1975, el último año de Williams en las mayores, fue 13 porciento; para 2014 ese promedio habìa subido a 20.4 porciento).
Williams tenìa un bate ràpido y era un buen tocador pero tenía poco poder. Solo bateó 33 jonrones en su carrera. Su mejor año fue 1969, cuando bateó .304, fue uno de solo seis peloteros de la Liga Americana que bateò sobre .300. Tuvo un promedio superior a .280 otras tres veces, incluyendo su temporada final como jugador a medio tiempo de los Yanquis. Tuvo promedio vitalicio de .270.
Williams era pequeño y de hombros amplios, con la peculiar característica denotada, quizás un poco metafórico por su apodo.
"El irregular jardinero izquierdo de los Medias Blancas de Chicago", lo llamó el periodista deportivo Jim Murray en 1970.
Murray citó a un scout desconocido que dijo, "Él parece como si alguien trató de meterlo en una maleta cuando oyó aue veian los policías".
Walter Allen Williams naciòn en Brownwood, en Texas central, el 19 de diciembre de 1943, hijo de Coleman Williams y Pearlie Mae Diggs. Uno de nueve hijos, él fue enviado en su adolescencia a vivir con una tía en San Francisco, donde se graduò en Galileo High School (ahora la Galileo Academy of Science and Technology) y jugó utbol americano, baloncesto y beisbol.
Antes de la temporada de 1963 firmó con el equipo de expasnión de segundo año de la Liga Nacional en Houston, entonces conocido como los Colt .45s, jugó en las ligas menores y brevemente en las Grandes Ligas antes de ser seleccionado de la lista de waiver por los cardenales de San Luis. Jugó en el sistema de los Cardenales, quienes lo cambiaron a Chicago, donde debutó en 1967.
Cuando terminó su carrera de Grandes Ligas, jugó en Japón y México.
El primer matrimonio de Williams terminó en divorcio. Se casó con Ester Lacy en 1988, ellos vivieron en Brownwood. Además de ella, a el le sobreviven dos hermanos, Freddie y Joe, una hermana, Carol Sue Stanfield; un hermanastro Dennis Wade; una hermanastra Madeline Bradley; dos hijos, Deron y Walter Jr., una hija adoptiva, Sherry Barron; un hijo adoptivo, Gary Eugene Barron; cuatro nietos; y dos bisnietos.
De acuerdo a su esposa, Williams dijo que la poc longitud de su cuello se debía a una vacuna mal dispensada cuando él era niño. El apodo vino despues, diferentes compañeros de equipo durante sus primeros dias en el beisbol profesional han recibido el crédito o la culpa por ello.
"Al principio a él no le gustaba mucho el apodo", dijo Ester Williams en una entrevista el miércoles. "Pero se quedó con él".
Traducción: Alfonso L. Tusa C.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)