viernes, 2 de diciembre de 2016

Esquina de las Barajitas: Mudcat Grant

Bruce Markusen Los trabajadores del Salón de la Fama también son aficionados al beisbol y les gusta compartir sus historias. Aquí está la perspectiva de un aficionado desde Cooperstown. La temporada de beisbol aún no ha llegado, pero las buenas noticias llegaron temprano este mes cuando Whittier College anunció que entregaría un título honorario a Jim “Mudcat” Grant. El 8 de febrero, Whittier College anunció oficialmente un doctorado honorario en asuntos humanos para Grant, citándolo por la manera ejemplar como él se sobrepuso a la discriminación para triunfar en el beisbol. La universidad también destacó el trabajo de Grant como investigador y autor, quien ha mostrado dedicación a la causa de promover el beisbol afroamericano y su historia. Durante sus días juveniles; Mudcat nunca tuvo la oportunidad de asistir a la universidad, así que es satisfactorio que uno de los grandes maestros y embajadores del juego reciba un diploma de una universidad reconocida. Todos podemos aprender de un hombre inteligente y entusiasta a quien algunos han llamado una versión joven de Buck O’Neil. Mi primera asociación con Mudcat ocurrió en 1972, cuando yo coleccionaba esta barajita de beisbol. Ese fue el año cuando empecé a coleccionar barajitas. Mi visita a Gillard’s Stationery Store me permitió adquirir esta barajita, parte de mi primer paquete de cartones. En ese momento yo no sabía nada de Grant como pelotero, podía haber sido un coach de bateo para lo que yo sabía, pero me gustó esa barajita desde el principio. Desde el uniforme verde y blanco sin mangas de los Atléticos de Oakland, hasta las patillas largas de los años ’70, esa era una barajita agradable. Poco imaginé que esa sería la última barajita Topps de Grant como pelotero activo. No tenía idea de que Grant ya había sido despedido por los Atléticos de Oakland durante el invierno. Nunca pensé que eso hubiera pasado, considerando las impresionantes estadísticas del reverso de la barajita de Grant. Antes que lleguemos a los eventos de 1971 y 1972, se necesita refrescar la historia de Grant desde el principio. Para el momento cuando Grant se graduó en la escuela secundaria, las ligas negras habían visto ir y venir sus mejores días. Firmó con los Indios de Cleveland en 1954, e inició una escalada contínua de cuatro años en el sistema de ligas menores. (Fue estando e las ligas menores cuando un compañero de equipo lo apodó Mudcat, al pensar erróneamente que él provenía de Mississippi, el estado Mudcat). Él estuvo en el roster inaugural de 1958, lanzó aceptablemente en 44 juegos, incluyendo 28 aperturas. Como novato, Grant fue compañero de cuarto del estelar veterano Larry Doby, el primer hombre en romper la barrera racial en la Liga Americana y el hombre quien había sido el ídolo de juventud de Mudcat. “Así que entré en la habitación y el resto de los peloteros todavía estaba en el estadio. Larry llegó un poco más tarde… Larry dijo, ‘Bien, tú debes ser Mudcat Grant’. Yo dije, ‘Si señor Doby’. Él preguntó, ‘¿Te gusta esa cama?’ Yo dije, ‘Si, señor Doby’. Él dijo, ‘Tenemos que solventar esto’. Yo dije, ‘Si señor Doby’”. “Él me enseñó acerca de todo. Yo conocía la historia de Larry Doby, porque tarde en la noche Larry caminaba. Él gritaba, vociferaba. Así es como el se desahogaba de las dificultades que atravesaba. Sé que era difícil. Y entonces el me enseñó, “Esto es lo que vas a tener que enfrentar como pelotero negro. Tienes que enfrentarlo, y cuando cruces la línea de cal, más te vale ganar. No se trata de, Ay, esto es muy malo para mi. Más te vale ganar. Porque si no lo haces, adiós, hasta la vista’”. Grant aprendió mucho de Doby, particularmente cuando se trataba de lidiar con la segregación de Jim Crow en hoteles, restaurantes, y hasta fuentes de agua. En el terreno, Gran se graduó finalmente de regular a tiempo completo en 1961, al aportarle a la tribu 15 triunfos y 244 innings. Al alternar años buenos y malos en 1962 y 1963, Grant empezó a frustrar a los Indios con sus altibajos. La situación alcanzó un punto de ebullición en 1964, cuando él empezó la temporada tan mal que los Indios decidieron hacer un cambio. En la fecha límite de cambios, Cleveland envió a Grant para los Mellizos de Minnesota por el pitcher Lee Stange y un prospecto del cuadro y los jardines llamado George Banks. La mudanza hacia Minnesota rejuveneció a Grant. Con un nuevo coach de pitcheo y un mejor grupo de peloteros a su alrededor, Grant floreció hacia el estrellato. Los Mellizos hicieron de Grant un abridor a tiempo completo y lo vieron fijar una efectividad de 2.82. Desde ese momento la situación solo mejoró. En 1965, los Mellizos emplearon a Johnny Sain como coach de pitcheo. La influencia de Sain ayudó a Grant a convertirse en un caballito de batalla. Hizo 39 aperturas, completó 14 juegos, y lideró la liga con seis blanqueos y 21 triunfos. La última estadística puso a Grant en el libro de registros como el primer pitcher negro de la Liga Americana que ganaba 20 juegos en una temporada. Con Grant liderando la rotación, los Mellizos lograron el banderín de la Liga Americana y fueron a la Serie Mundial contra los Dodgers de Los Angeles, quienes contaban con los ases Sandy Koufax y Don Drysdale. Grant hizo todo lo que pudo, al ganar dos de tres aperturas contra los Dodgers (hasta bateó un jonrón), pero los Mellizos se quedaron cortos en siete disputados juegos. Grant siguió lanzando bien en 1966, pero las lesiones lo hicieron inefectivo en 1967. Ahora en el lado desventajoso de los 30, Grant se hizo canjeable. El dueño de los Mellizos, Calvin Griffith, a quien no le gustaba la inclinación de Grant por música de jazz, lo cambió a él y el campocorto Zoilo Versalles a los Dodgers por el catcher John Roseboro y los pitchers Ron Perranowski y Bob Miller. Con la rotación completa, los Dodgers mudaron a Grant hacia el bullpen, donde destacó. Su efectividad de 2.08 se hizo aun más notoria en el contexto de su falta de ponches. Grant ponchó solo 35 bateadores en 95 innings, pero los bateadores fallaron en hacer contacto sólido contra él. Grant solo duró una temporada en Los Angeles. En el siguiente draft de expansión, los Dodgers no lo protegieron; y los Expos de Montreal tomaron al veterano lanzador derecho. Esa selección llevó a una dosis de controversia en la primavera, luego que Grant y los Expos se habían reportado al entrenamiento primaveral en West Palm Beach, Fla. El compañero de equipo de Grant, el veterano campocorto Maury Wills, fue a un bar con un periodista deportivo y un fotógrafo. Casi de inmediato le pidieron a Wills que se fuera “porque ellos no le servían a personas de color”. Grant, quien había experimentado tal racismo temprano en la década, no podía ignorar esa situación en 1969. Un nativo de Florida, Grant escribió una carta de protesta al gobernador del estado, Claude Kirk. Como Grant lo explicó a Associated Press, Wills es un ciudadano sobresaliente de este país. Él debe ser aceptado como ciudadano, no como negro, a quien le tienen que decir que no puede o puede hacer”. En el terreno, el pitcheo de Grant convenció a los Expos para hacerlo su abridor de la inauguración. En realidad, un equipo joven y en construcción como Montreal no necesitaba un pitcher de 33 años de edad, asi que en junio, los Expos cambiaron a su as. Lo enviaron a los Cardenales de San Luis por un relevista llamado Gary Waslewski. Grant terminó la temporada en la oscuridad, lanzando como relevista medio para los también desgastados pájaros rojos. Entonces llegó la segunda inflexión de la carrera de Grant. Ese invierno, los Cardenales vendieron el contrato de Mudcat Grant a los Atléticos de Oakland, quienes necesitaban un cerrador. Los Atléticos le dieron esa responsabilidad a Grant, quien hizo la transición con facilidad, obtuvo 24 salvados y la mejor efectividad de su carrera: 1.82. Grant realizó otro importante servicio para Oakland. Al trabajar con el joven Rollie Fingers, quien había fallado como abridor, Grant le enseñó al joven derecho como calentar de manera apropiada en el bullpen, y como prepararse para cada salida. Esencialmente, Grant hizo el trabajo para que Fingers lo sucediera como el cerrador de Oakland. Ese movimiento se hizo relevante a mediados de septiembre, cuando los Atléticos cambiaron a Grant para Pittsburgh por el joven jardinero Angel Mangual Jr. Los periodistas de Oakland reaccionaron al cambio en varios grados de perplejidad. Algunos especularon que el movimiento ocurrió después que Finley oyera que Grant había hecho una declaración radial acerca de cómo el dueño “interfería” con el trabajo del manager. Fue un golpe inconsecuente, una línea humorística, pero Finley pudo haberla tomado muy en serio. Al encajar bien con los racialmente integrados Piratas, Grant pitcheó efectivamente en el momento decisivo de la temporada, y los bucaneros aseguraron la división este de la Liga Nacional. Continuó ese rendimiento en 1971, pero un bullpen superpoblado lo hizo canjeable ese verano. El 10 de agosto, los Piratas lo vendieron de vuelta a Oakland. Grant lanzó maravillosamente para los Atléticos los dos meses finales, a ritmo de 1-98 de efectividad, ganándose el viaje de regreso a la postemporada por primera vez desde 1965. Aunque Mudcat parecía tener mucha vida en su brazo de 36 años de edad, los Atléticos lo dejaron libre después de la temporada, principalmente porque Finley no quería pagar el costoso contrato del pitcher derecho. Como aficionado beisbolero de siete años de edad, yo no entendía como el dinero podía alterar la opinión de la oficina principal acerca de un pelotero. O un tipo podía jugar, o no. Lección aprendida. En lo que sigue siendo un misterio para mi hasta este día, ningún otro equipo ofrecerìa un puesto a Mudcat en su roster de 25 peloteros. Varios equipos parecían necesitados de ayuda en picheo de relevo (incluyendo a los Medias Rojas de Boston, Reales de Kansas City y Cachorros de Chicago), pero solo uno, los no contendores Indios, le dio una invitación para el entrenamiento primaveral sin cupo en el roster. Grant había empezado su carrera con los Indios, así que el movimiento pareció motivado por el sentimentalismo más que cualquier otra cosa. Grant se reportò al campamento de entrenamiento primaveral pero no impresionó al cuerpo técnico de los Indios. Los Indios le ofrecieron un premio de consolación, un contrato de ligas menores para jugar con el Portland AAA, pero Grant rechazó la propuesta. Grant decidió continuar su carrera lanzando en las ligas menores, pero no con el Portland. En vez de eso firmó con los Oaks de Iowa, el equipo filial AAA de los Atlèticos. Grant lanzó bien para los Oaks, pero ningún equipo de Grandes Ligas lo llamò ese verano. Al final de la temporada, Mudcat renunció para terminar su carrera con 145 triunfos, 119 derrotas, 53 salvados, y una respetable efectividad de 3.63. Luego de sus días como jugador activo, Grant continuó cultivando otro de sus talentos. Aparecía a menudo en clubes nocturnos como líder de un grupo llamado “Mudcat and the Kittens”. También siguió ligado al beisbol al aceptar un trabajo como comentarista de los Indios. Luego de una breve pasantía en la caseta de transmisión de los Atléticos, Grant dejó el beisbol para convertirse en director especial de mercadeo para Anheuser-Busch en el area de Cleveland. También trabajó con el escritorio de vocería del equipo de la NBA, Cavaliers de Cleveland. Despues, Mudcat escribió el libro, The Black Ases, acerca de los pitchers afroamericanos quienes han ganado 20 o más juegos en una temporada. En los años ’80, Grant empezó un programa de amplitud nacional llamado “Slug-Out Illiteracy, Slug-Out Drugs”, en Los Angeles, donde el convocaba a los antíguos peloteros para que dieran un mensaje antidrogas durante clínicas instructivas. Y como parte de sus esfuerzos para ayudar a antiguos peloteros quienes tienen dificultades financieras y médicas, Grant ha servido como miembro activo de la MLB Players Alumni Association. Uno de los peloteros que trató de ayudar fue Leon Wagner, quién murió por abuso de drogas; estaba indigente. Mudcat puso su mejor esfuerzo para rescatar a “Daddy Wags”, consiguiéndole trabajos en campamentos de fantasía y lugares donde vivir, pero Wagner siempre regresaba a la vida de la adicción. En 2004, fui afortunado de conocer a Mudcat. Él y su antíguo compañero de equipo en los Piratas, Al Oliver, vinieron al Salón de la Fama para participar en un programa especial por el Black History Month. A veces nos desilusionamos cuando conocemos a nuestros héroes en persona, pero ese no fue el caso con Mudcat, o Al. Ambos fueron fenomenales, interactuaron maravillosamente con los aficionados en el Bullpen Theater, al aportar importantes reflexiones acerca de las dificultades del beisbol para conectarse con la juventud afroamericana, y entreteniéndonos infinitamente con sus historias en la cena. De vez en cuando, nuestras barajitas de beisbol cobran vida. Eso fue lo que ocurrió ese día de febrero de 2004, cuando un hombre mágico llamado Mudcat vino a la ciudad. Bruce Markusen es el gerente de Digital and Outreach Learning at the National Baseball Hall of Fame. Ha escrito siete libros de beisbol, incluyendo biografías de Roberto Clemente, Orlando Cepeda y Ted Williams, y A Baseball Dynasty: Charlie Finley’s Swingin’ A`s, el cual fue premiado con la Seymour Medal de SABR. Traducción: Alfonso L. Tusa C.

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