jueves, 5 de enero de 2017

Reflexiones de un naufragio.

Desde el momento de zarpar hubo errores en la carta de navegación. ¿A quién se le ocurre empezar la temporada sin un cátcher de la experiencia de Gustavo Molina (por quien además Magallanes entregó al prospecto Alejandro Chacín a los Tigres. Y ahora, antes de empezar la temporada 2016-17 lo dejaban libre), cuando Juan Apodaca hubo de someterse a una intervención quirúrgica y Jesús Sucre tomaría varios día libres? Empezar la temporada con dos receptores cuya máxima experiencia apenas llegaba a nivel A de ligas menores y ninguna en LVBP, sin contar con ningun cátcher experimentado quien los guiara, ciertamente pasó factura en esos primeros seis o siete juegos que pueden resultar la diferencia entre clasificar o no. ¿Por qué dejaban en libertad a un pelotero tan útil como Luis Domoromo, quien puede venir de la banca en cualquier momento del juego y de la temporada y jugar tan bien como el titular? Los Navegantes del Magallanes jamás se aproximaron a la coordinación del team work (trabajo de equipo). Nunca ganaron cinco juegos seguidos. Dificilmente ejecutaban el bateo y corrido, su desplazamiento en las bases fue desastroso toda la temporada, amén de decisiones desajustadas del coach de tercera base. Las deficiencias en fundamentos del juego llegaban hasta fallas sistemáticas de infielders atacando de lado roletazos que debían asumir de frente, hasta la incapacidad reiterada para ejecutar el toque de sacrificio, hasta la inmovilidad de los jardineros mientras veían elevados aterrizar a sus pies. Por otro lado el pitcheo siempre fue irregular, tanto el abridor como el de relevo. Tanto a Carlos García como a Omar Malavé, se les escurrió la temporada buscando un pitcher para cada bateador el primero, e insistiendo con una alineación de solo nueve peloteros el segundo, guardando en la banca los emergentes en turnos de jugadores quienes habían permanecido ausentes del juego con el madero. Si permanece o no Malavé como manager es decisión de la gerencia deportiva (que de paso es hora de que sea asumida por un gerente a tiempo completo, los casos de Alfredo Guadarrama y Juan José Avila como presidentes y gerentes deportivos a la vez, son excepcionales). En caso de ratificarlo debería haber mucho énfasis sobre los fundamentos del juego y el trabajo de equipo, cada día del año, antes y después de la temporada. En caso de nombrar a un nuevo manager, deberían considerar a Ramón Hernández, Rouglas Odor, Iván Arteaga, Carlos Subero o Alex Delgado. Alfonso L. Tusa C.

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