jueves, 27 de septiembre de 2012
Reegie Corona dispuesto a ganarse un puesto en el infield magallanero
P: ¿Qué tan recuperado estás de la lesión?
R: Todo bien, mejorando todos los días. En el bateo estoy casi al 100 %. Con el guante también. Sólo debo acondicionar el brazo, en este momento estoy a un 50-60 % de mi capacidad. Hay que ir poco a poco hasta recuperar la fuerza.
P: ¿Cómo ocurrió la lesión?
R: Fue un elevado detrás de segunda base. El right fielder me cayó encima. Me fracturé el húmero y tuve dislocación en el hombro, más no la detectaron al principio. Me operaron y me pusieron una placa metálica y un clavo para reparar la fractura. Empecé a presentar molestias en el hombro, los médicos dijeron que era debido a la inactividad, pero los dolores seguían. A los cuatro meses descubrieron que tenía dislocado el hombro y me operaron para corregir la lesión. Luego debieron repetir la operación porque continuaron las molestias.
P: ¿Sigues con la organización de los Yanquis de Nueva York?
R: Me dejaron en libertad. Por disposiciones legales siguen pagando mis gastos médicos hasta que empiece a jugar otra vez.
P: De ganarte un puesto, ¿qué tan a menudo podrás jugar?
R: Todavía estoy en proceso de fortalecer los músculos. A fines de esta semana empiezan los juegos internos, es ahí donde se verá si estoy listo y puedo ganarme un puesto. Eso lo evaluará el cuerpo técnico.
P: ¿Quiénes te han ayudado en la recuperación?
R: Los médicos, los masajistas, aquí en Venezuela Johan Fernández ha sido muy consecuente conmigo.
P:¿Qué otra actividad has realizado en este tiempo de la lesión?
R: Dos años de terapia, relajación, correr.
P: ¿Cómo está la competencia por la segunda base?
R: Hay muchos peloteros jóvenes y experimentados que están dando le mejor por hacer el equipo. Por mi parte haré todo lo posible por ganarme un puesto.
Alfonso L. Tusa C.
miércoles, 26 de septiembre de 2012
Carlos García: “Queremos ir a la final y ganar el campeonato”.
P: ¿Cuanto de estrategia y cuanto de comunicación debe tener un manager para sacar adelante a un equipo?
R: La comunicación es muy importante porque permite mantener los puntos claros, permite la motivación y también establecer el papel de cada quién. La estrategia se desarrolla de acuerdo al tipo de jugadores con que se cuenta. Si son rápidos se verá más bateo y corrido, toques, robos de base. Si son lentos, se dependerá más de los batazos largos.
P: ¿Cuál fue tu mayor satisfacción en 2012 con los Marauders de Bradenton?
R: Desarrollar el talento de los jugadores. Estoy muy satisfecho porque muchos de los jugadores fueron promovidos a AA. Hubo dos pitchers que destacaron, Jameson Taillon y Gerrit Cole quien subió hasta AAA.
P: ¿Regresarás como manager de Bradenton?
R: Eso no está decidido. Es probable que vaya a dirigir a otro equipo en otra categoría. La organización de los Piratas de Pttsburgh está satisfecha con mi trabajo.
P: ¿Qué se puede esperar de los Navegantes del Magallanes en la temporada 2012-13?
R: Llegar a la final y conquistar el campeonato. Tenemos un gran compromiso con la afición. La directiva ha hecho un gran esfuerzo por conseguir buenos jugadores importados.
P: ¿Lanzarán toda la temporada Fernando Nieve y Gustavo Chacín?
R: Pienso que en principio no hay limitaciones. Ellos lanzarán hasta donde lo determine su rendimiento. Necesitan pitchear aquí.
P: ¿Cuál es el plan para el bull pen?
R: En principio Jean Machí debe ser el cerrador. Si se retrasa porque San Francisco avance en los play offs, ya ajustaremos con Gabriel Alfaro, Bruce Rondón si le permiten jugar, Jesús Sánchez y el resto de los relevistas. Cada quién se hará su destino con su desempeño.
P: ¿Cómo se manejarán los catchers? ¿Jugará Robinson Chirinos?
R: El que esté listo va a jugar. El día a día determinará quién estará en la alineación. Hablé hace poco con Robinson, ya está recuperado totalmente de la concusión, el médico dictaminó su normalidad y ya está jugando en la liga instruccional. Esperamos contar con él desde el primer día.
P: ¿Habrá alternabilidad en el cuadro interior?
R: Hay mucho talento en novatos y veteranos. Será un gran reto para mí y los jugadores armar el infield de cada día porque de seguro habrá una gran competencia.
P: ¿Jugarán toda la temporada los jardineros Brandon Boggs y LeslieAnderson?
R: Todo dependerá de su producción, si todo marcha bien es probable que se queden hasta el final de la temporada.
P: ¿Cuáles son tus expectativas con Johermyn Chavez?
R: Esperamos que se consagre. Tenemos esperanzas en él. Pudimos haberlo cambiado y decidimos esperar porque tiene las herramientas.
P: ¿Hay posibilidades de ver con el equipo a Edwar Pinto, Anthony Santander y otros novatos de gran talento?
R: Si demuestran que pueden con la liga van a estar con el equipo. Se les dará su oportunidad.
P: ¿Qué tan clave puede ser Eliezer Alfonzo para el Magallanes?
R: Tiene toda la experiencia y el poder para decidir juegos, va a ser un jugador muy importante en el equipo.
P:¿Luis Landaeta seguirá como principal emergente?
R: Seguro, y también saldrá a jugar en caso de algún imprevisto.
Alfonso L. Tusa C.
lunes, 24 de septiembre de 2012
Pluto y el Caballo de Hierro
Los reflejos del sol maracayero brillaban en las piedras del asfalto, luego de varias vueltas de manzana llegué a una esquina de jardín frondoso. En la puerta se oía una voz amortiguada. Roberto, te busca un señor. La voz ronca y el rostro bronceado impregnaron el porche. ¿Estás escribiendo un libro de El Látigo? Los periodistas siempre decían que entre él y yo estaba el mejor pitcher venezolano de la liga profesional a mediados de los años sesenta. Siempre me andaba diciendo que me iba a dar un jonrón. Pero yo siempre lo pasaba con la recta. En la temporada 1967-68 nos enfrentamos dos veces. Un juego lo ganó él y el otro yo. La pizarra de ambos juegos: 1-0. Isaías era mi amigo. En la final de la temporada 1966-67 La Guaira nos tomó de refuerzos. En el juego decisivo, le estábamos ganando por paliza al Caracas y Adolfo Phillips se robó el plato. Casi lo decapito, porque le hice swing al lanzamiento y él entró de pié. El pitcher del Caracas, Diego Seguí, me dio un pelotazo en el codo y salí del juego. Después vino la reacción del Caracas y el resto es historia. Más adelante aquel año, mientras jugábamos en ligas menores de Estados Unidos, me tocó enfrentarme a Seguí y le metí un bolazo la nuca . Lo fui a visitar al hospital y me dijo: "Oye Venezuela en lo que salga de aquí te doy tu merecido". Muñoz respondió. "Oye Cuba, tú me diste un bolazo allá, ahora yo te lo devuelvo acá. Estamos en paz". Esa voz resonó dentro de la cabina del carro esta mañana cuando John Carrillo informaba del deceso de Roberto Muñoz este domingo 23 de septiembre de 2012, a causa de un ataque cardíaco.
A mitad de conversación pasó un conocido por la acera. ¡Ese Pluto! Solo recuerdo que Nelson Castellanos fue el primero que me llamó Pluto ¿Por qué? No lo sé. Quizás porque daba la impresión que estaba en la luna, solo de apariencia, muchas veces sorprendió a corredores en distintas bases. Quizás porque escarbaba mucho debajo de la caja de lanzar y daba vueltas en el montículo antes de lanzar.
Una vez después de un juego de ligas menores me fui con Isaías a cenar alrededor de la medianoche en un restaurant. Cuando fui al baño me encontré una escena tenebrosa. Varias blancos golpeaban a un negro. Me quedaron viendo y se marcharon. El hombre se pasó la mano por las hematomas. “Thank you man! Thank you man”
En su infancia disfrutaba mucho mirando los pájaros en las mañanas y se quedaba mirando hacia El Ávila desde su barrio en Sarría. Su madre siempre lo sacaba de sus ensoñaciones para que fuese a comprarle comestibles a la bodega. Con sus amigos formaron un equipo de béisbol. Unos andinos que tenían unos autobuses se interesaron por el equipo y apostaban dinero cada vez que jugaban.
En una ocasión se presentó un juego contra un equipo de Boleíta y ellos arreglaron una apuesta de 30 bolívares. Roberto les dijo que él iba si le garantizaban que después iban a subir a El Ávila para ver los pájaros y otros animales que le habían dicho vivían allá.
Los andinos primero recelaron pero cuando Roberto dijo que no iba para Boleíta, accedieron a llevarlo a El Ávila.
Roberto preparó su mascota y empezó a quetchear el juego. Pelo e rata era el short y Luis el pitcher. Al final del juego los rivales tenían hombres en primera y segunda. El de segunda empezó a abrir demasiado. Roberto mandó un peñonazo a Pelo e rata y la bola le pegó en la sien al corredor. Lo tuvieron que llevar de urgencia al hospital. Pasaron varios días que la mamá de Roberto no lo dejaba salir porque decían que el lesionado había jurado vengarse.
Desde entonces varios le recomendaron que se convirtiera en pitcher, sólo cuando firmó al profesional hizo la transición. Los técnicos de los Atléticos de Kansas City y los Industriales del Valencia le dijeron que tenían que aprovechar el potencial de su brazo. Pronto se verían los resultados. En 1964, con las Abejas de Burlington, dejó marca de 11-8, 3.35 de efectividad en 153 innings. En 1965, con los Broncs de Lewiston, su marca fue de 13-4, 3.97 en 136 episodios. En 1967, con los Mounties de Vancouver, 12-4, 2.58, 150 innings. Ese año subió a la Gran Carpa. Ganó 1 y perdió 1, 3.57 en 40.1 innings. En 1970 regresó a las Grandes Ligas para jugar con los Atléticos de Oakland (0-0, 2.92, 12.1 innings), Padres de San Diego (0-0, 6.61, 16.1 innings), Cachorros de Chicago (3-2, 5.82, 43.1 innings). En Venezuela destacó con el Valencia (entre 1965 y 1968 dejó marca de 28-20 con efectividad de menos de 2.50 en más de 350 innings). En 1968 la franquicia se convirtió a Llaneros de Acarigua y a mitad de campaña fue cambiado a los Navegantes del Magallanes, allí junto a Ronnie Tompkins se convirtió en uno de los baluartes del pitcheo que permitió la remontada que metió al equipo en la clasificación (4-2, 2 salvados, 57.2 innings, 2.81). Al año siguiente salió de Magallanes por diferencias con el manager Patato Pascual. Siempre me pareció que Magallanes debió recibir algo a cambio por un pitcher tan valioso como Muñoz. Sin embargo fue dejado en libertad. De inmediato firmó con los Tigres de Aragua y allí empezó su transición a pitcher de relevó (2-2, 4 salvados, 1.88, 43 innings). En la 71-72 fue campeón con los Tigres (5-6, 11 salvados, 2.09, 129 inning), en esa temporada empezaron a llamarlo el Caballo de Hierro porque venía a relevar casi todos los días. También fue campeón con los felinos en la temporada 74-75.
La estatura del lanzador que fue Roberto Muñoz está reflejada en sus estadísticas en la LVBP: 368 juegos (6to.), 39 juegos completos (8vo.), 267 juegos relevados (7mo.), 64 juegos ganados (9no.), 59 juegos salvados (5to.), 1228.2 innings lanzados (5to.), 734 ponches (5to.), 426 boletos (5to.)
Hasta siempre Roberto.
Alfonso L. Tusa C.
miércoles, 12 de septiembre de 2012
John Lester Moss (Les Moss). El otro rostro.
La tristeza de mis hermanos cada vez que abría la puerta del dormitorio, oprimía mis ganas de jugar con ellos. El radio de bulbos, levitaba desde un costado del escaparate. Los Navegantes del Magallanes habían vuelto a salir derrotados. Ojos cerrados, manos entrecruzadas detrás del cuello, bocas apretadas, a punto de borrarse. Apenas tenía idea de aquel juego que transcurría sobre un rombo y todo empezaba y terminaba en una base llamada “home”. La aguja roja temblaba en la pantalla verde del radio. Felipe apenas respiraba. Jesús Mario se quejaba de las decisiones de “ese tal Les Moss. ¿De donde sacaría Magallanes a ese manager?” Pasaban los días y los marcadores negativos doblaban a las victorias. Quería saber más del juego para hablar con mis hermanos y decirles que por alguna razón habían traído a ese manager. Hasta hace unos días, cuando me enteré del deceso de Les Moss el 29 de agosto de 2012, lo ignoraba.
Había nacido el 15 de mayo de 1925 en Tulsa, Oklahoma. El buscador de talento Jack Fournier, vio jugar a Les Moss con el equipo Legion de Tulsa cuando competían en la finales del Oeste, en Miles City, Montana y le dijo que pasara por sus campos de entrenamiento. Moss reunió 5.25 $ y viajó a Los Angeles junto con un amigo. Fournier recibió a Moss y a Jack Fette y le consiguió un puesto a Les en uno de los equipos semiprofesionales de la Liga de Los Angeles City. Luego, en octubre de 1941, Fournier lo firmó para los Carmelitas de San Luis y fue asignado a los Pioneers de Americus en la Georgia-Florida League Clase D, donde el manager Jerry Tiemann tenía muy buena impresión de Moss. En 1943 fue receptor de los Pioneers de Elmira el equipo Clase A de Atléticos de Filadelfia en la Eastern League, pero seguía perteneciendo a los Carmelitas.
Varias veces esperé que mis hermanos salieran y me subía al bidet para alcanzar la puerta del gabinete. Allí estaba el montón de barajitas de cartón que tanto celaban Felipe y Jesús Mario. Si pudiera alcanzar al tramo más alto tendría oportunidad de ver a todos los peloteros que mencionaban en la radio y quizás a aquel vilipendiado manager que convertía la habitación en gruta del terror las noches y tardes sabatinas y dominicales cuando jugaba Magallanes.
Moss bateó para .299 con Americus y .308 con Elmira. Durante 1944 y 1945 estuvo en la Marina Mercante en la segunda guerra mundial. En 1946 jugó en AAA con los Mud Hens de Toledo, por primera vez jugaba en una filial de los Carmelitas. Bateaba para .297 con 13 jonrones, cuando lo subieron a Grandes Ligas en septiembre. En 1947 regresó a jugar con los Carmelitas y no regresó a las ligas menores hasta que completó una carrera de 13 años como catcher en las mayores. Ese año bateó para .157 con 6 jonrones y 27 carreras empujadas. En 1948 Moss participó en más juegos debido a la lesión de Roy Partee. Bateó para .257, 14 jonrones y un tope para su carrera de 46 empujadas. El 11 de julio el coach Fred Hofmann de los Carmelitas le comentó a sus compañeros que había soñado que Moss había derrotado a Bob Feller con un sencillo al jardín izquierdo. Esa tarde Moss derrotó a Feller con un imparable hacia el campo izquierdo en el noveno inning, la conexión fue un jonrón.
La siguiente ocasión que traté de alcanzar la barajitas me resbalé y casi quedo colgando de la puerta del gabinete. Seguía el misterio por saber más sobre aquel manager. Esa misma noche Felipe soltó una exclamación cuando abrió el gabinete. ¡Que pasó aquí! Jesús Mario me quedó mirando. Esperaban que confesara. Me hice el desentendido. Pregunté cuantos juegos había perdido el Magallanes. Felipe me dijo que habían despedido a Les Moss.
En 1949 bateó para .291 como suplente de Sherman Lollar. Jugó en 97 encuentros. negoció 49 boletos y sorbió solo 32 ponches. Su última temporada completa con los Carmelitas ocurrió en 1950. El promedio de bateo descendió a .266. En 1951 fue cambiado a los Medias Rojas de Boston por el catcher Matt Batts, el pitcher Jim Sucheki, un cheque de 100.000 $ y dos meses después el pitcher Jim McDonald, luego de batear para .170 con los Carmelitas al inicio de la campaña. Con los patirrojos bateó .198. Antes de terminar el año Moss fue enviado de regreso a los Carmelitas junto a Tom Wright por el catcher Gus Niarhos y el jardinero Ken Wood el 28 de noviembre. En 1952 y 1953 fue suplente de Clint Courtney y bateó para .246 y .276. En 1954 se mudó con el equipo a Baltimore para convertirse en los Orioles, bateó .246. El 26 de septiembre perdió a su esposa Yvonne en un accidente de tránsito en Toledo. Les debió encargarse de la hija de ambos, Sandra de 6 años. Volvió a contraer nupcias el 04 de febrero de 1956 con Carol Jean Gigandet. En 1955 fue suplente de Hal Smith . Bateó para .339 en 56 turnos, entrando hacia finales de los juegos o como bateador emergente. El 6 de junio fue enviado a los Medias Blancas de Chicago por Harry Dorish. Allí fue suplente de nuevo de su antíguo compañero en los Carmelitas, Sherm Lollar. Terminó bateando .254. En 1956 y 1957 bateó para .244 y .270, siempre como suplente de Lollar. En 1958 tuvo un accidente en el mar junto a su esposa e hija, fueron rescatados luego de 22 horas extraviados con su bote. Permaneció todo 1958 con los patiblancos, sólo participó en 2 juegos y consumió 1 turno al bate.
En 1959 y 1960 jugó muy brevemente en ligas menores con los Indians de Indianapolis y los Padres de San Diego y luego se retiró como jugador activo. En 1960 fue catcher de bull pen de los Medias Blancas desde el 1 de mayo hasta que se fracturó la muñeca. Tanto en 1960 como 1961 y 1965 trabajó como cazatalentos. En 1962 y 1963 dirigió a los White Sox de Savannah que debieron mudarse a Lynchburg por conflictos raciales el 26 de Agosto de 1962, ganaron el banderín. En 1963 empataron el segundo lugar a dos juegos de la punta. Moss fue nombrado Manager del Año de la Sally League. En 1964 regresó a Indianapolis como manager y terminaron en el segundo lugar.
En 1967 Moss comenzó otra carrea como coach de los Medias Blancas de Chicago por 4 años. En 1968 mientras los patiblancos tenían 5 managers distintos, Moss sustituyó a Eddie Stanky por 2 juegos y luego le entregó a Al López. Éste tuvo una apendectomía y desarrolló una infección. Moss asumió como manager por otros 34 juegos antes que regresara El Señor.
En 1970 Moss fue coach de pitcheo de los Medias Blancas, renunció al terminar la temporada y finalizó una relación de trabajo de 16 años. En febrero de 1971 fue contratado por los Angelinos de California para dirigir a la Captains de Shreveport en la Dixie Association AA. Permaneció con los Angelinos 2 años más, ambos como manager de los Angels de Salt Lake City en la Pacific Coast League. En 1974 fue scout para los Angelinos.
El director de ligas menores de los Tigres de Detroit Hoot Evers contrató a Moss en septiembre de 1974 para dirigir al equipo de Montgomery en 1975. Evers se dio cuenta que en siete temporadas como manager de ligas menores, Les Moss había ganado dos banderines y nunca terminó mas abajo del tercer lugar. Además había trabajado durante los recesos, con campamentos para novatos en la Liga Instruccional de la Florida y durante 12 años dirigió en las ligas invernales de Puerto Rico, Venezuela y República Dominicana. En esos 12 años dirigió 8 equipos campeones.
Moss sustituyó a Jim Leyland como manager de los Rebels de Montgomery en 1975 y 1976. En ambas temporadas, Montgomery ganó el campeonato de la Southern League.
En 1977 y 1978, Moss dirigió a los Triplets de Evansville, tambien filial de Detroit. Se dice que terminó de pulir las cualidades defensivas y ofensivas de Lance Parrish. Luego de la temporada de 1978, la American Association y The Sporting News lo nombraron Manager del Año de Ligas Menores.
Les Moss sucedió a Ralph Houk como manager de los Tigres de Detroit luego que este anunciara su partida a finales de septiembre de 1978. Reconoció que siempre quiso ser manager en Grandes Ligas. Cuando le preguntaron por su fama como gran disciplinario en la conferencia de prensa para anunciarlo como susutituto de Houk, Moss dijo, “Nunca multé a un pelotero con màs de 25 $”. Luego agregó. “Me gusta ser firme en mis decisiones”. El periodista deportivo de Detroit Joe Falls escribió que aunque los peloteros le endilgaban apodos en referencia a su rudeza como manager, no lo era. Sólo creía en que había que trabajar el día completo para merecer el pago completo. Trabaja duro y espera que todo el mundo lo haga. Dirigió los primeros 53 juegos de la temporada para una marca de 27-26, luego la gerencia sorprendió a todos al despedir a Moss el 12 de junio para reemplazarlo con Sparky Anderson quien recibió un contrato de 5 años.
Moss fue nombrado instructor de pitcheo de Ligas Menores de los Cachorros de Chicago en julio y se mantuvo en el cargo por el resto de 1979 y 1980, también fue manager de los Cubs de Midland en 1980.
En 1981 asumió como coach de pitcheo de los Cachorros. Cuando lo reemplazaron le ofrecieron otra posición en el equipo pero él decidió aceptar un trabajo como instructor de pitcheo de Ligas Menores con los Astros de Houston. Fue una buena decisión. Fue coach de Grandes Ligas con los Astros desde 1982 hasta 1989. La mayoría de los managers traen sus propios coaches, pero Moss permanecía. En ese lapso trabajó para los managers Bill Virdon, Bob Lillis, Hal Lanier y Art Howe. Luego de una temporada final con los Astros, de nuevo como instructor de pitcheo de Ligas Menores, Moss trabajó como coordinador de pitcheo de los Gigantes de San Francisco a partir de 1991. Su hermano Perry explicó: “Iba al campo de entrenamiento primaveral y luego se iba en su motor home a Seattle y a Davenport, Iowa. Después iba a Shreveport. Hacía ese viaje como dos veces al año y luego volvía a casa. Hasta que una vez en Seattle dijo: ‘Bueno, ya es suficiente, y se fue a casa y no trabajó más’” Era 1995. Les Moss se había retirado luego de medio siglo en el beisbol.
A inicios de 2010, Moss tuvo una intervención para reemplazar su cadera, y luego tuvo una caída que le generó sangrado en el cerebro. Falleció en Longwood, Florida, el 29 de agosto de 2012.
Empecé a indagar sobre Les Moss, más de 40 años después tenía que saber por qué la gerencia del Magallanes lo contrató para la temporada 1967-78. Hurgando en La Enciclopedia del Béisbol en Venezuela. 2006, de Daniel Gutiérrez, Efraim Álvarez y Daniel Gutiérrez (h)., encontré que John Lester Moss había sido el manager más ganador de la desaparecida Liga Occidental. A finales de los años cincuenta Moss era compañero de equipo de Luis Aparicio Montiel en los Medias Blancas de Chicago. Aparicio lo convenció para que viniera a dirigir a Rapiños en la temporada 1958-59, resultó campeón y repitió en la 59-60 como manager jugador (.258, 48 juegos, 151 turnos, 39 hits, 3 dobles, 1 triple, 5 jonrones, 18 anotadas, 20 empujadas), y volvió a repetir en la 60-61 Rapiños se convierte en el único equipo de la historia del beisbol profesional venezolano en ganar 4 titulos seguidos, se enfrentó a Industriales del Valencia por el título nacional y perdió en 4 juegos, Moss ganaría también la accidentada temporada 62-63.
Ahora si entendía porque John Lester Moss vino a dirigir al Magallanes.
Alfonso L. Tusa C.
Fuentes: Baseballreference.com
John Lester Moss by Bil Nowlin. The SABR BioProject.
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